1/1 Frío y calor.

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Jimin se cubrió con las cobijas, como era usual esto no fue suficiente para saciar su búsqueda de calor. Al parecer la calefacción se había averiado, pero el joven no tenía dinero para repararlo.

Desde que vivía solo en aquella vieja casona era difícil sentirse a gusto, todo se sentía extraño y simplemente nada parecía estar bien. Pero sin duda lo peor para Park eran las recurrentes pesadillas en las que se ve a sí mismo ahogándose pero nadie está ahí para salvarlo.

Todo en aquellos sueños se siente tan real que no puede reparar en despertar sudado, pataleando, agitando ambos brazos y tosiendo desesperado por tomar grandes bocanadas de aire. Aún así se siente bendecido ya que las pesadillas habían comenzado a cesar luego de dos años en los que estos episodios no le permitían si quiera cerrar los ojos por unos segundos. Ahora los seguía teniendo, por supuesto, pero ya no periódicamente como antes.

Se levantó del sofá aún con las mantas cubriéndole la cabeza y camino lentamente hacia la escalera, con su mirada en dirección a la entrada de su hogar se sentó en el primer escalón, suspiró y el silencio reinó.

Se sentía sólo, muy sólo, mañana se cumplirían tres años desde que su madre no lo llamaba para desearle un feliz cumpleaños, su única compañía era aquel perro negro de patas blancas que se había metido a su casa hace un par de meses y Yoongi, claro, el único amigo que había perdurado con el tiempo.

— ¡Botas!—llamó a su amigo canino pues necesitaba algo de compañía.

El perro subió el escalón y apoyo su cabeza en el muslo de este provocando que sonriera.

Observando la puerta de entrada el joven repentinamente recordó una mañana de invierno a principios del 2004, ¿o era el 2003? en verdad no lo recordaba bien.

Él, Yoongi y sus antiguos amigos, los cuales formaban una hermosa pandilla de siete entraban por aquella misma puerta, todos estaban riendo y jugando cuando el menor de los siete cayó al suelo en esa misma alfombra de terciopelo rojo que seguía vigente. En ese momento perdió su primer diente, al principio Jungkook había llorado pero enseguida detuvo su llanto cuando vio que sus amigos le felicitaban, ¡se le había caído un diente!, los chicos decían que era el primer paso para convertirse en un hombre. Cuando escuchó esto, en ese entonces el pequeño Jungkook llenó el pecho de aire y alzó el diente como si fuera un logro o un premio.

Al recordar esto la sonrisa de Jimin se amplió aún más provocando que sus ojos desaparecieran. Pero de un momento a otro su sonrisa se disolvió y su rostro cambio a una mueca de tristeza. Ese maravilloso grupo de amigos se había disuelto, él sólo mantenía contacto con Min Yoongi.

—Ah...vaya que el tiempo es cruel—.Dijo suspirando—. ¿No es así Botas? el paso los años, si lo piensas bien, no perdona a nada ni nadie. Todo tiene un fin, todo termina siendo cenizas—. Se dijo para sí mismo acariciando la cabeza de Botas.

Avergonzado por lo que había dicho en voz alta miró a ambos lados sólo para asegurase de que nadie estuviese cerca, aunque él sabía que estaba sólo en casa. Fue entonces cuando escuchó pasos en la segunda planta.

Al principio creyó que había sido producto de su imaginación, pero luego volvió a oírlos una y otra vez. El sonido de los pasos recorrió la segunda planta hasta que se escuchaba como si estuviesen bajando la escalera, la misma escalera en la que Jimin y Botas se encontraban.

Pudo sentir como su corazón comenzaba a latir cada vez más fuerte, pero aún así su cuerpo no entró en calor.

Se paró de inmediato dejando caer las mantas, los pasos se oían cada vez más cercanos pero no podía ver a nadie ni nada que emitiera aquel sonido.

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2017 ⏰

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