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~*Juro Solemnemente que mis intenciones no son buenas*~
Sasuke y _____ Uchiha, ambos sobrevivientes de la masacre que alguna vez hubo en la zona residencial del Clan Uchiha. Ese día algo pasó, algo... los quebró por dentro...
-Así son las cosas, Itachi. Pero recuerda que todo esto lo hacemos por el bien de la aldea... y por nuestros hermanos, ellos junto a su generación merecen tener una vida diferente a un ambiente lleno de guerra y destrucción.
Él tenía razón en cada una de sus palabras pero aun así, ¿hacía falta llegar al punto de sacrificar su propia vida?
De repente, el dolor en mi cabeza se intensificó aún más, a lo que solté un grito ahogado. Llevé ambas manos a mi cabeza de forma desesperada, pues el dolor crecía cada vez más y más conforme pasaban los segundos, pero aun así, el dolor no disminuía.
Cerré los ojos a causa del dolor, intentando así que todo cesara pero fue bastante inútil, lo único que provoqué fue que el dolor aumentara.
Ni bien había cerrado los ojos, en mi mente se había proyectado el momento preciso en el cuál Shisui se había suicidado, tirándose de espaldas contra el río. Todo pasaba en cámara lenta, y se repetía una y otra vez en mi mente como si de una película aterradora se tratase.
¿Qué me estaba pasando?
Y en ese momento lo comprendí... algo de lo que me había hablado mi padre, hasta el mismo Shisui hace un tiempo atrás, ¿acaso podría ser...?
¿Podría ser que estuviese despertando el Mangekyō Sharingan...?
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Unas cuantas horas después.
Ya era el atardecer del día siguiente... bueno, de ese mismo día. Habían pasado exactamente doce horas, doce horas desde la muerte de Shisui y no había indicios de que algún Uchiha lo supiera, cosa que me molestó un poco.
La idea de Shisui era que lo encontraran lo más pronto posible, y quizás los del Clan entrarían en razón y desistirían de esa absurda idea sobre el golpe de estado. Yo sabía que eso era algo imposible pero, una parte mía aún albergaba un poco de esperanza.
En todo el día, _____ no había parado de preguntar en dónde estaba su hermano. Yo no sabía muy bien qué contestarle, simplemente le había dicho que él había ido un momento a su casa y que no lo vi más.
