El muchacho asintió lentamente. Claro que lo recordaba. Un joven millonario de veinte años con un lujoso yate, amigos por donde fuera, dinero hasta en los calcetines... hacía lo que quería cuando quería. Era una persona nefasta, soberbia, orgullosa... era lo peor de lo peor.

—Lo recuerdo.

—Todo lo que has vivido ha sido para tenerte preparado —Owen lo tomó de los hombros y lo miró directamente a los ojos—. Has sido mejor líder de lo que yo pude llegar a ser...

—Owen, tú...

—¡Tienes veintidós años, o veintitrés! Físicamente hablando, claro está... no sé qué edad tengas en realidad. La Isla cambia totalmente cuando...

—¿A qué quieres llegar?

—A que cuando yo tenía tu edad, ni siquiera había llegado al Triángulo, en primer lugar; tomaste mejores decisiones que yo tomé cuando estaba al mando. ¡Por Dios!, incluso hasta hiciste una especie de alianza con los Habitantes de la Isla hace unos meses, o un par de años. ¡Yo lo logré hasta los treinta, casi!

—No es lo mismo, Owen —Dylan se soltó de él, y se dio la vuelta para salir al balcón de nuevo y mirar su extraño entorno—. Cuando Bill intentaba destruir la Isla, teníamos apoyo. Te tenía a ti. A Selina. Matt, Liam... incluso a Killian y sus piratas. Teníamos todo. Vince... Stephen... —Dylan hizo casi una mueca—. Ahora es diferente. Tenemos todo por perder.

—Eso debe hacer la situación un poco más grave, y con más motivación para llevarnos la victoria —respondió Owen, siguiéndole los pasos—. Además, mi hermano hacía las cosas para la conveniencia de todos. Ben lo hace por sí mismo. ¿O de verdad crees que va a hacer todo esto por el bien de los demás?

—No hay un modo de vencerlo.

—Claro que lo hay —le sonrió Owen—. Estamos nosotros dos. Desde el inicio de esta travesía estábamos en lugares distintos. Tú en la Isla, yo en el mundo real. Todo el viaje nos ha traído hasta este momento. ¿Tenemos las de perder? Sí, pero también las de ganar. Ben no se ha enfrentado a dos Dylans y... bueno, si de por sí yo soy un dolor de cabeza, imagina cuando nos vea unidos para darle donde más le duele.

Dylan rió.

—Ni siquiera yo podría hacer un discurso así.

—Es porque no te has hablado a ti mismo... yo práctico en el espejo, sólo que mi reflejo sigue estando igual de viejo que yo...

Dylan volvió a reír, y esta vez le soltó un golpe a Owen en su hombro. Vaya que lo extrañaba.

—¿Cuál es el plan, entonces? —dijo el muchacho.

Owen se rascó la barbilla, limitando a hacer una mueca debido al golpe que le habían soltado, y comenzó a tararear para sí.

—Tú dímelo.

—En primer lugar, salir de esta fosa extraña —respondió el muchacho—. Bill dijo que podía sacarnos de aquí porque... prácticamente soy tú, y esta dimensión, este tiempo, este futuro me reconoce como el líder... así que esa es la primera parte del plan.

—Nos encontramos a unos kilómetros del Triángulo de las Bermudas, en esta dimensión —prosiguió Owen, caminando por el balcón—, y tenemos a dos mil personas en este lujoso barco. No será sencillo movernos hasta el punto del portal sin eludir los peligros que hay.

—¿Podremos solucionarlo? Aún queda buscar a Bill.

—¿Ahora qué le sucedió al inútil de mi hermano? —farfulló Owen.

Dylan suspiró. Necesitaba contarle la verdad acerca del encierro de Bill en la Pirámide y del porqué acudió a él para vencer a Ben. Su hijo adoptivo, por así decirlo.

Paralelo [Pasajeros #4]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن