Cuando lo vi, a mi mente llegaron las palabras de mi abuela una vez hace años cuando fuimos a misa: Hija, recuerda que el diablo fue una vez un ángel, así que puede llegar a ser muy atrayente y hermoso.

Mason llevaba puesto un traje negro con una corbata azul que hacia juego con su ojo izquierdo, su cabello húmedo estaba desordenado pero no le quedaba mal, una sonrisa torcida adornada sus labios, mostrando un solo lado de sus dientes, el huequito apareciendo solo en una mejilla. Sin duda alguna, Mason era muy hermoso. Si no supiera lo que sabia, si lo estuviera viendo por primera vez, jamás se cruzaría por mi mente la idea de que era un asesino frío. Solo vería a un hombre joven con ojos peculiarmente preciosos, y una cara bonita. Jamás pensaría que esas manos habían estado manchadas de sangre o que esos ojos se habían iluminando asesinando a alguien.

No pude evitar sonreír ampliamente, y reírme un poco, me estaba volviendo loca.

Mason levantó una ceja, —¿Qué es tan gracioso?

—¿Alguna vez has escuchado el dicho "Las apariencias engañan"?— él me dejó continuar, —Eres el puto amo de ese dicho, ¿Lo sabias?— lo señalé de pies a cabeza, —Tan hermoso por fuera y tan, pero tan jodido por dentro.

Su estúpida sonrisa creció, —¿Crees que soy hermoso?

Volteé los ojos, —¿Eso fue lo único que entendiste de lo que dije?

Él se encogió de hombros, —Es lo único que me importa.

Le di una mala mirada, —Por supuesto.

Sus ojos navegaron por todo mi vestido y la satisfacción en su rostro era evidente. Él se acercó a mi con paso lentos, y yo retrocedí hasta que lo bajo de mi espalda chocó con la silla detrás de mi, —Te ves maravillosa, Fleur.

Recuerda, fingir es sobrevivir.

Forcé mis labios a sonreír ligeramente, —Gracias.

Él me pasó por un lado y se dirigió a la cabeza de la mesa, señalando para mi sentarme al otro lado, me extrañó que pusiera tanta distancia entre nosotros pero no me quejaba.

Me senté y me sorprendió el plato frente a mi, lucia estéticamente muy bien preparado y acomodado, de esos platos que solo servían en restaurantes costosos.

Comenzamos a comer en silencio, todo sabia muy bien, —Esta delicioso.

Sentí la mirada de Mason sobre mí, —Siempre me ha gustado cocinar, mi madre me enseñó cuando era pequeño.

Levanté mi mirada, —¿Dónde esta ella ahora?

Lo vi tensarse pero mantuvo su expresión calmada, cortando su bistec con agilidad, —Muerta.

—Oh, lo siento.— las palabras dejaron mi boca antes de que pudiera detenerlas.

Él me dio una sonrisa de boca cerrada, —Esta bien, ella estaba sufriendo mucho de todas formas.

—¿Qué le pasó?— Mierda, Fleur, ¿A ti qué más te da?

Mason siguió cortando su carne, —Yo la maté.

Oh.

Sus ojos encontraron los míos de nuevo, —Se lo que estas pensando y estas equivocada, yo amaba a mi madre, jamás hubiera querido hacerle daño.— él suspiró, —Pero ella estaba loca, una noche después de la cena de Acción de gracias, asesinó a mi padre y a mis dos hermanas menores. Ella intentó apuñalarme a mi pero luché con ella, era su vida o la mía, es increíble en lo que el instinto de supervivencia puede convertirnos.

No sabia que decir.

Mason puso su cuchillo y su tenedor a ambos lados de su plato, —Nuestro instinto de supervivencia es impresionante, ¿No crees?

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Where stories live. Discover now