Especial #3: Bienvenida

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Estaban tranquilamente en su casa disfrutando de un día en familia. Dishi estaba recargado en las almohadas sobrantes que habían entre sus padres mientras le hablaba al vientre de su mamá y a su vez, éste le acariciaba los cabellos.

Toda la noche anterior había estado recibiendo piquetitos desde a dentro pero lo atribuía a que ya se acercaba su parto y su cuerpo se preparaba para ello. Por su parte He Tian había estado sufriendo de los ataques de ira de su amado GuanShan debido a que, no podía levantarse, le dolía mucho la espalda, sus pies y piernas hinchadas le mataban, tenía mucha hambre y su pecho se sentía muy sensible.

Esos últimos meses había sucedido aquello que ellos no planearon y que ninguno de los dos chicos, hablando de She Li y GuanShan habían pasado; GuanShan estaba produciendo leche.

Eso les había caído como una bomba a los dos, más sin embargo dejaron el caso de lado debido a las protestas de GuanShan sobre lo sensibles que se sentían sus pezones, claro que estaba muy avergonzado de decirlo, pero era algo que no podía soportar.

Más de una vez le pidió a He Tian que lo tocara porque debido a su sensibilidad el puro rose de su camisa le causaba... Mmh... Excitación. Obviamente el azabache no podía ni quería negarse a complacer a su pelirrojo aún si no podía hacérselo, pero, le bastaba y le sobraba escuchar aquellos deliciosos gemidos que salían de esos bellos y rosados labios.

Sin embargo ese día era consciente de que no era nada de eso porque de pronto el dolor comenzó a hacerse más fuerte y no pudo evitar jadear ante eso, así como no pudo evitar que gotas de sudor comenzaran a formarse en su cuerpo.
Ante aquel quejido Dishi y He Tian no pudieron hacer nada más que mirar preocupado al pelirrojo; era muy obvio que pese a su corta edad de año y medio Dishi podía entender a la perfección lo que sucedía tanto como He Tian, por ello, en vez de alterarse y llorar como un niño normal de su edad haría al ver que su mamá sufre él simplemente se quedó calladito y le dejó espacio a su padre para moverse y acercarse a su esposo.

He Tian lo supo por las expresiones que su pareja ponía, pero estaban a tiempo y ésa vez él no pensaba ayudar a que el bebé naciera, no porque no quisiera... Bueno, no, no quería repetir esa experiencia nuevamente así que hizo lo que tenía que hacer, tranquilizar a su esposo, tomarlo en sus brazos con cuidado para luego bajar las escaleras con precisión y cuidado, no sin antes haberle advertido a Dishi que no se moviera de la cama hasta que él volviera.

Cuando llegó al primer piso se apresuró en caminar a la puerta y aunque se tuvo que agachar para colocar a GuanShan recargado en sus piernas debido a la posición de escuadra que adoptó logró girar la perilla, volvió a alzar a su esposo y salió del lugar para repetir el mismo proceso al abrir las puertas del auto, aunque al final logró recostar a su pareja en los asientos traseros.

Una vez que estuvo ahí corrió escaleras arriba para tomar la maleta de ropa preparada donde estaban un par de mudas diminutas a sus ojos pertenecientes a su bebé y un poco de ropa para GuanShan, luego corrió a su habitación, apagó el televisor y tomó a Dishi en sus brazos, de esa forma cual rayo bajó los escalones de tres en tres y se subió al auto después de dejar todo cerrado.

Como una bala condujo por las calles a toda prisa esquivando como podía a los peatones y cruzándose los semáforos rojos sin que la policía los detenga... Obviamente todos saben por qué (Cof cof, corrupción alv).

En fin, una vez que llegaron He Tian bajó apresurado llamando a quien sea que pudiera ayudarle y al mismo tiempo les pidió que llevaran una silla de ruedas con ellos. Cuando por fin aparecieron un par de enfermeras con la silla de ruedas He Tian colocó a GuanShan en ella y las dejó irse con él, no sin antes haberle prometido a GuanShan estar ahí cuando todo comenzara.

Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHANWhere stories live. Discover now