La verdad

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Aire... Era todo lo que su mente pedía en esos momentos, aire.

La luz poco a poco iba desapareciendo de su vista, todo eso, ojalá fuera un sueño, su mente quería decirle que era un sueño, sin embargo... El dolor en el cuerpo le hacían saber que todo eso era completamente real.

—GuanShan— Escuchó a alguien llamando a su nombre, no quería despertar, algo le decía que no era lo que el Querría —Mo GuanShan— Su fría voz de aquella persona le hizo despertar de golpe, intentó moverse pero eso sólo hizo resonar las cadenas que lo mantenían atado.

Sus ojos se abrieron con miedo al ver al hombre que estaba parado frente a él, lo reconocería en cualquier lugar, su asqueroso cabello albino lo delataba.

— S- She Li...— Su voz salió en un pequeño hilo de sonido, no entendía que estaba haciendo en ese lugar, como es que había llegado ahí.

—Al fin despiertas, que perezoso eres, cabeza de cerillo— Su voz parecía ahogada, llena de ira y desprecio —Ahora sí... Mo GuanShan... Tú y tu bastardo se despedirán de este mundo— Fue en ese momento en el que el pelirrojo tragó grueso, su corazón se aceleró y en miedo lo invadió.

—H-He Tian ¡¿Dónde está mi esposo?!— Gritó desesperado.

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—¡Mo! ¡Mo!— He Tian llevaba horas buscando a su pelirrojo, desde que había escuchado ruido en la habitación, los gritos y al llegar ver todo tirado supo que algo había sucedido, GuanShan había sido secuestrado.

Él no iba a negarlo, claro que tenía miedo, no quería que algo malo le pasara al pelirrojo y a su bebé.

—Amo Tian— Una de las sirvientas se acercó al pelinegro con algo en sus manos— Encontramos esto— Mencionó— Es cabello, blanco—Agregó, pista al cerebro del mafioso.

—¡She Li!— Gruñó molesto, ese hombre conocería su ira como nadie nunca la había sentido, rompería cada uno de sus huesos si le hacía algo a su preciado Shan y a su no nato bebé.

Con ese pensamiento en mente subió a su auto para ir en busca del maldito albino de She Li.
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—Ahh Daddy—Un gemido salió de los labios de She Li.

GuanShan estaba cerca de la habitación donde se encontraban el Albino y el hermano de su esposo, se sentía incómodo escuchando los lloriqueos y gemidos que soltaba She Li cuando He Cheng lo golpeaba o lo estimulaba bruscamente para excitarse.

Pero GuanShan sabía que ahí había algo más de lo que el albino aparentaba, algo que ocultaba bajo su flequillo apartando la mirada.

Los sollozos de She Li no se detenían y después del sexo los gritos se escuchaban.

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—¡Creí que me amabas!—Gritó por fin el albino apretando las sábanas de su cama confinada al momento y sólo eso, su cuerpo maltratado y los fluidos manchando su cuerpo era lo de menos en ese momento.

—¡Abre los ojos Li!—Gruñó Cheng —Eres lo mismo que las demás, eres un juguete más entretenido, me queda claro, pero al final de cuentas un JUGUETE— Mencionó mirando serio al chico.

She Li apretó las sábanas con más fuerza.

—¡Entonces no volverás a tocarme!— Gritó entre el llanto—¡Nunca más!

—¡Yo hago lo que quiera contigo!— Le advirtió Cheng tomando del mentón al albino quien se quejaba del dolor.

—¡No! ¡No!— Sus gritos se hicieron desgarradores— ¡Suéltame!— Sus llantos se hicieron más fuertes.

Luego de un golpe sordo GuanShan soltó un sollozó, se escucharon más golpes y los gritos del albino, los reconocía, de a poco GuanShan comenzó a entender a She Li.

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Al día siguiente o al menos eso pensaba GuanShan después de Dormir, He Cheng fue el que se presentó en donde estaba, pero solamente aventó algo de comida cerca del pelirrojo y se fue, lo hizo para ver como GuanShan se las ingeniaba para comer pese a estar encadenado.

Obviamente el pelirrojo era listo, después de arrastrarse pudo obtener algo de comida, no algo que él quería, era algo que necesitaba para mantener vivo a su bebé.

Estuvo aburrido un rato después, hasta que escuchó pasos, lentos, pero al final de cuentas seguían siendo pasos. Poco después una cabeza de cabellos blancos se asomó, vendado hasta la cabeza y cubierto de gasas y curitas, con un ojo morado y los labios partidos, se veía deplorable caminando con un par de muletas.

She Li no dijo nada cuando bajó, se sentó algo alejado pero al fin de cuentas estuvo en esa habitación apretando sus ropas como pudo con su mano menos vendada.

GuanShan sintió pena por él, por estar escondiéndose del hermano de su esposo, no pensó que fuera así, que fuera un golpeador.

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He Tian llegó al lugar donde la señal del celular de su hermano decía y discreto como siempre entró al lugar observando por cada habitación el lugar donde estuviera su esposo.

Estaba al pendiente de que He Cheng no apareciera porque no tenía tiempo de enfrentarlo.

De una habitación provenían gemidos nuevamente, un hombre y una mujer, He Tian se asomó levemente para ver y observó a su hermano teniendo sexo con una mujer rubia bastante voluptuosa. Frunció el entrecejo y caminó por las habitaciones en silencio hasta que dio con el lugar del que provenían unos cuantos sollozos, unos que sonaban ahogados, como si intentarán acallarse.

Al entrar se llevó dos grandes sorpresas, una fue ver a GuanShan encadenado y otra fue ver a un muy mal herido She Li quien intentaba contener sus sollozos poniendo un dedo sobre sus rotos labios haciendo un ruido de silencio, no quería que el pelirrojo hablara.

*******Momentos antes********

—She Li—GuanShan Intentó armar conversación con el albino sobre lo que había escuchado antes pero presa del pánico She Li hizo un gesto de silencio, escuchaba los ruidos obscenos de la habitación de junto, se asustó más cuando la puerta de esa habitación se abrió dejando ver a He Tian.

Ahora si podían admitirlo, She Li no era como lo conocían.

Esposo de un mafioso || 19 DAYS || TIANSHANWhere stories live. Discover now