Daddy's Secret j.b CANCELADA

I Can't Quit You.

Amelié.

No pude pegar ojo en toda la noche. Los recuerdos de él tocándome de esa forma me aterraban cada vez más.

A él parecía no importarle, ya que dormía tranquilamente en la habitación de al lado.

Sí, así es. Luego de haber abusado de mí, me echó como si fuese una cualquiera de su habitación.

Pero lo que más me aterraba, era verle la cara hoy.

Estiré mis piernas, estar sentada por cinco horas en el suelo contra la puerta de la habitación no suele ser cómodo.

El sol ya se hacía notar a través de mi ventana y lo único que esperaba era no encontrarme con Justin hoy.

Intenté levantarme cuidadosamente. Justin fue muy violento ayer que todo mi cuerpo no deja de temblar de dolor y miedo.

Decidí que lo mejor sería dormir, dentro de lo que el dolor infernal que sentía en estos momentos me permitiese.

En cuanto los recuerdos de la noche anterior me invadieron, las lágrimas comenzaron a caer hacia mis costados. ¿Cómo la persona a la cuál amas y confías puede destruirte en tan solo unos minutos? Es algo que nunca logré entender desde que vivo junto a él.

Entre un mar de lágrimas y almohadas mojadas, logré conciliar el sueño y no desperté hasta luego de un rato, cuando los gritos provenientes del piso de abajo me atormentaron.

Justin estaba en casa.

-Justin no te atrevas a entrar a su habitación, está muy asustada.- escuché la voz de Gabriella.

-me vale mierda si está asustada.- respondió un Justin enfadado.

Podía oírlos con claridad ya que se encontraban de un momento a otro frente a la puerta de mi cuarto.

-¡Amelié abre! -su grito hizo que me sobresaltase y corriera hacia el baño privado.

-Gabriella traeme la otra llave, ¡ahora! -bramó y yo gemí asustada.

que se vaya, que se vaya.

El ruido de llaves y luego de una puerta me alarmaron. Puse con pestillo la puerta del baño y me senté contra esta para que no logre abrirla.

Es obvio que no serviría de nada ya que tiene más fuerza que tres de mi.

Estaba jodidamente asustada. Yo no quería a este Justin.
Todo marchaba bien, ¿qué fue lo que pasó?

-¡Joder! Abre Amelié.- golpeó con fuerza la puerta y me estremecí.

Sus golpes sobre la puerta comenzaron a ser con más violencia y eso bastó para que las lágrimas adornaran mis mejillas otra vez.

-vete por favor.- hablé entre sollozos.

-no voy a irme maldición, ¡abre la puerta! -gritó.

Sé que Gaby no iba a entrometerce en su camino porque valora mucho su vida como para salir lastimada sin razón alguna.

Al igual que yo, pero yo no tenía escapatoria.

Escondí mi cara entre mis brazos esperando a que se canse y se retire. Pero eso nunca pasó.

-vete Justin, te lo pido por favor.

-¡Juro que si no abres esa maldita puerta voy a..- lo interrumpí.