Daddy's Secret j.b CANCELADA

Hugs.

(Lean este capítulo con la canción en multimedia, si quieren).

Justin Bieber.

Han pasado días desde que llegamos a Virginia, y Amelié parece adaptarse de nuevo a vivir conmigo. Y yo no puedo estar más agradecido por eso.

Casi no la veía por mi trabajo, pero lo poco que casi interactuaba con ella, me hacía creer que todo iba mejorando poco a poco.

Hoy, hoy sería un día muy especial. Llevaría a mi pequeña a dar un paseo por la playa para tener una agradable cena allí. Estoy seguro que ella lo amará, adora las playas. Y más cuando es de noche.

Tecleé algo rápido en mi computadora antes de recibir una llamada de uno de los guardias de seguridad.

-Bieber, la señorita Amelié no se encuentra en la casa.

Tras oír esas palabras me alerté.

-¿dijo a dónde se dirigía?
-oh sí, dijo que iría a la plaza que queda a kilómetros de aquí.

Apreté mi mandíbula y pasé mis manos por mi frente. -si vuelve, quiero que me comuniquen con ella.

Finalicé la llamada y seguí haciendo mi trabajo.

(...)

Nadie me había llamado luego de unas horas y la desesperación carcomía mis entrañas. ¿Y si le sucedió algo? Más vale que sea algo menor.

Tomé las llaves de mi auto y salí velozmente de mi despacho.

-estaré aquí mañana por la mañana, preparame la cita con quién sea que tenga mañana reunión -hablé rápidamente mientras salía del establecimiento.

Subí a mi coche y conduje hasta la plaza más cercana de mi hogar. Aparqué sobre la vereda y busqué con mi mirada por todo el lugar, a Lilié.

Golpeé el volante. Esto era absurdo, sólo eran miles de niños correteando por ahí. Juro que si se había escapado, no tardaré en encontrarla.

Bajé del auto y lo rodeé, encaminándome hacia la plaza.

Fijé mi vista sobre una persona que estaba recostada en el cesped, bajo el sol. Ahí es cuando reaccioné. Ahí estaba mi bebé.

La observé de lejos. Estiró una de sus manos al cielo, y corrió su vista hacia mi.

Su sonrisa de pronto de esfumó, mostrando una rellena de pánico. Demonios, ella seguía temiéndome.

Se levantó acomodando sus jeans, y se acercó lentamente. -p-papi -murmuró una vez que estuvo frente a mi.

-cariño, me tenías preocupado -acaricié una de sus mejillas y ella se estremeció.
-uhm, y-yo había avisado que vendría aquí.

Asentí. -lo sé, pero no volvías asique me asusté por ti Amelié. -su vista se iluminó como si de lo más importante se tratara -Por cierto, estás castigada.

Ella suspiró y bajó su mirada. Tomé su mano y nos encaminamos hacia el auto.

Hoy tenía planeado llevarla a la playa, asique el castigo comenzaría mañana.