- Que no!! - El duque la interrumpió - Tal vez su amor no esté al lado del príncipe.

- Debes hablar con ella. Dios, sabes que ella no me escucha. Pero a ti te escuchará - Clara dijo, tomando asiento. Michael suspiró y dobló sus manos sobre su regazo. Se sentó junto a su esposa quien consideraba su proximidad con algo de desprecio.

-¿Es tan terrible? Preguntó - Nuestra hija está enamorada. ¿Qué podemos hacer para impedirlo?

- Pues, arreglar su matrimonio con el príncipe! - Clara, casi gritó - No sé por qué no lo has hecho ya, el Rey está más que dispuesto a casar a su hijo con la nuestra.

- Pero que estás diciendo!!! – dijo un tanto enojado el duque.

- Clara se puso de pie, evitando discutir con su marido mientras este permanecía sentado - Eso no es lo que quiere Lauren - sostuvo Michael.

- No se trata de lo que ella quiera, es sobre lo que es bueno para ella - le contestó.

- No... –

Abrió grande los ojos y miró a su marido con incredulidad y repugnancia.

- No entiendo. Acaso quieres hacerme pagar lo que me hiciste?

- ¿Y qué pasa si así es? - Michael gritó. Clara dio un paso atrás. Su marido era rara vez que le alzaba la voz - ¿Qué pasa si estoy tratando de hacer lo que ésta vez pienso que está bien? Mis actos me han perseguido desde entonces, ¿qué pasa si quiero hacer el bien? Cada día cuando me despierto viéndote a mi lado, me gustaría no haber hecho lo que hice. Ojalá que las hubiera dejado solas a las dos.

- No - La duquesa dijo en voz baja pero con firmeza - No permitiré que Lauren sabotee su futuro, especialmente para que tu sientas una especie de alivio por lo que hiciste - Dio la vuelta y se marchó a su habitación . Michael apretó sus manos tan fuerte, que sus dedos dejaron profundas impresiones en su piel.

Camila alegremente montaba su caballo prestado, avanzando a lo largo de la carretera. Era la primera vez que había vuelto a visitar a su familia. Cuando comenzó a trabajar para Becky, el acuerdo era, que ella podía volver y visitar a su familia cada vez que quisiera. Becky le pagó una generosa suma de dinero, lo suficiente para alimentar y mantener a la familia durante meses. Ella se había sorprendido cuando Becky le entregó un saco con monedas pesadas pero la chica simplemente le sonrió y dijo:

- Eres de mucha ayuda, más de lo que puedas saber - Camila estaba confundida con esta declaración, Becky nunca había sido tan atenta con ella, ya con Lauren había cometido muchos errores. Pero no quiso discutir con su nueva jefa y le aceptó las monedas.

Imaginó ver la cara de sus padres cuando les presentara el dinero que llevaba para ellos. Estarían encantados, sin duda. Becky la dejó montar su caballo, una hermosa bestia de color negro que la castaña coincidentemente había tomado "prestado" la noche en que fue a ver a Lauren. Fue un paseo agradable, el pura sangre trotaba calmadamente a un ritmo en el que Camila fácilmente no tenía problemas al andar. Pero era bueno estar libre de responsabilidades por primera vez.

Le informó a Becky que se iría por aproximadamente tres días y ésta aceptó. Se trataba de que el viaje le llevaría medio día y valía la pena llegar a la ciudad pausadamente ya que ella no tenía prisa alguna. Todo iba bien por primera vez. Cuando ella llegó, su madre estaba afuera. Cuando vio a Camila, dejó caer la ropa que estaba lavando y se apresuró por abrazar a su hija.

- Madre - Camila saludó con una sonrisa y un abrazo.

- Cariño. Oh! Tanto tiempo - Sinu contestó.

- CAMILA! - Sofía gritó desde el segundo piso. Ella se agachó y podía oír el fuerte ruido de pasos como corrían escaleras abajo. La niña corrió fuera de la casa y saltó a los brazos de la castaña.

Pronto toda la familia, excepto Andres quien estaba trabajando en la herrería, tenían a Camila rodeada, cada uno alrededor de ella abrazándola y besándola.

- Os he extrañado mucho a todos.

- ¿Qué se siente? - Vladimir preguntó - Estar en esa gran mansión?

- Muy... - Camila pensó para responder - Es muy solitario. Prefiero estar aquí con todos vosotros, que atrapada en esa casa grande - Su madre le agarró la mano cariñosamente.

- Bueno, vamos, debes estar cansada después de todo este largo viaje a caballo - Sinu dijo.

Camila siguió a toda la familia, con Vladimir a su lado, explicándole todo lo que había pasado desde su partida.
Más tarde, Camila se reunió con su madre y su padre junto a la mesa. Estaba tan emocionada por presentarles sus ingresos que no estaban ni siquiera correctamente sentados cuando sacó el monedero y lo puso sobre la mesa haciendo un poco de ruido. Ella empujó la bolsa hacia ellos.

- Debería ayudarles! - Dijo rápidamente -Me paga generosamente y esa es la razón por la que vine hasta acá.

- Alejandro se puso pálido y miró el monedero con miedo, como si lo estuvieran maldiciendo. Camila estaba confundida por su reacción. Ella esperaba cálidas sonrisas, abrazos, quizás incluso algunas lágrimas. No esperaba a que tuvieran miedo.

- Padre.

- No queremos - Él dijo, empujando lejos las monedas - No, no, no esto no es correcto, no después...- Se levantó y se fue arriba. Camila lo vio preocupado y levemente herido. Su madre caminó alrededor de la mesa y recogió las monedas entregándoselas de nuevo a su hija.

- No entiendo, ¿por qué papá no está feliz?

- Porque eres demasiado buena con nosotros, y el recuerdo del día que te vendió lo persigue siempre.

- Pero yo le he perdonado - Camila contestó.

- No importa, mi amor. Él no se ha perdonado aun y ahora que vuelves a casa, dándole dinero le recuerda ese día. No importa cuánto le ofrezcas, nunca tomará dinero tuyo - Camila miró hacia las monedas.

No quería hacerle daño a su padre, ella pensó que él sería feliz. Su madre notó su angustia y le colocó una mano reconfortante sobre su hombro.

- Usa ese dinero para ti, querida - Sinu dijo - Cómprate algo bonito. Ya es hora que hagas algo para hacerte feliz.

Camila se quedó toda la noche pensando acerca de qué haría por ella misma. Nunca se había comprado nada bueno. ¿Lo que me haga feliz? Se preguntó y lo único que le vino a la mente fue la imagen de Lauren. ¿Eso era todo lo que necesitaba para ser feliz y ya la tenía, pero que podría comprar?

Una Caja Musical me Llevo a TiWhere stories live. Discover now