Capítulo 4 - Charlas emocionales

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¿Estás bien? -Preguntó Papi algo preocupado por la forma en que fruncía su ceño, mientras ponía su mano por donde se encontraba su mentón. No le agradaba en lo más mínimo la actitud que había adquirido su hijo.

Si... -Murmuró de manera desganada viendo hacia el suelo, realmente no tenía ánimos para seguir practicando ese día. Necesitaba descansar, pero cada que cerraba sus ojos recordaba a Kedamono. Sacudió su cabeza antes de ver a Papi- Estoy bien

Mmm, no te vez muy bien... -Respondió no muy seguro, mientras ladeaba su cabeza intentando encontrar una forma de recuperar a su entusiasta y a veces aterrador hijo de vuelta- Que tal si traemos a Kedamono para que te esfuerces más y así tu puedes~...

Si vas a seguir con eso será mejor que me vuelva a ir... -Le dirigió una mirada amenazante gruñendo levemente. Era claro que estaba evitando lo maximo posible a Kedamono. No tenía tiempo para ese tipo de "bromas" de su estúpido padre.

¡N-No, era broma~! -Sacudí sus manos frenéticamente logrando parar la ida del menor. Suspiró antes de ver de manera triste a su hijo- Que tal si... ¿Vas a tirar cuchillos por un rato? -Exclamó inseguro más en duda sorprendiéndose al notar el asentimiento.

Claro... -Susurró mansamente antes de irse a paso lento, no tenía ganas de luchar con el mayor. Tal vez tenía razón, lo mejor era tirar cuchillos así despejaría su mente y podría mejorar en ello. Sin embargo suspiró cansadamente, se sentía muy solo.

Popee... -Susurró su nombre viendo como su hijo se alejaba de manera perdida. Detestaba ver al menor de esa forma, ese niño jamás le hacía caso tan fácilmente, le era frustrante el hecho de verlo tan desganado, tan solitario. Se supone que fue una razón para aceptar a Kedamono en el circo. Para evitar la soledad en el menor.

Desde el encuentro encuentro de Kedamono y Popee, este último lo había estado evitando, amenazando fuertemente con sus cuchillos si alguno se acercaba a él. Popee duró un tiempo en lograr ganarse la confianza del rubio. Sin embargo mientras más pasaban los días, la actitud del menor se tornaba cada vez más cerrada y mansa.

Papi no podía soportar más tiempo ver a su hijo de esa manera, tenía que hacer algo y claro que lo iba a hacer.

Esto está siendo más dramático de lo que esperaba~ -Papi se rascó su nuca riendo nerviosamente al ver a lejos a un Kedamono solitario con una expresión depresiva. Si, tenía que hacer algo y pronto.

Y ya sabía exactamente con quien empezar primero.

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Hola Kedamono~ -Canturreó de manera alegre antes de sentarse a su lado y posar su brazo sobre los hombros del menor riendo levemente al ver la cara avergonzada y sorprendida que se había instalado en su máscara.

S-Señor... -Lo saludó con nerviosismo desviando la mirada, no tenía idea sobre lo que quería hablarle el mayor. Normalmente no pasaban tiempo a solas, no sin Popee. Frunció el ceño sintiendo como la tristeza volvía a envolverlo.

¿Mala semana~? -Preguntó como si nada viendo como las orejas de Kedamono se encontraban cabizbajas. Sonrió levemente, ese lobo realmente se había ganado su cariño. No quería verlo sufrir al igual que su hijo.

Supongo que si~ -Sonrió levemente casi de manera forzada viendo al mayor. Sin embargo volvió a voltear al suelo al notar la mirada de Papi. No quería verlo a los ojos, sentía avergonzado de como se había dejado llevar con su hijo.

¿Tiene qué ver con Popee? -Le preguntó intentando llegar al punto del porque estaba ahí. Acarició levemente su cabeza intentando calmar al nervioso lobo que se encontraba a su lado. Eran tan obvios ambos que le daba entre ternura y diversión.

Nuestro trato (Popee x Kedamono) (Popee The Performer) Where stories live. Discover now