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Klaus estuvo toda la tarde paseando conmigo por Mystic Falls, iba contándome todo sobre su pasado, sobre su padre, su madre, todo cuanto quise saber, él me lo contó.

Por nuestro lado pasó un chico con una rosa, entonces Klaus se la quitó.

—Te irás sin la rosa y no te importará.— obligó al chico, el cual sin rechistar dio media vuelta y se fue. Rodé los ojos y lo miré.

—¿No te da pena que el chico se vaya sin su rosa?

—Me daría más pena aún que tú te quedases sin una.— dijo con una sonrisa mientras me daba la rosa, entonces sonreí mientras negaba con la cabeza y cogí la rosa.

Seguimos caminando hasta llegar al Grill donde nos sentamos en una de las mesas. Miré a mi alrededor y observé el ambiente era el mismo que la primera vez que vine.

—Aquí fue donde empezó todo.— dijo Klaus mirándome con una sonrisa. Asentí con la cabeza mientras le miraba tiernamente.
Hasta que Matt interrumpió. Nos miró a los dos y luego dejó su mirada fija en mí, creo que no estaba seguro de lo que debía hacer.
Niklaus apretó la mandíbula y lo miró serio.

—Tu trabajo es atendernos, no devorarnos con la mirada.— miré al híbrido seria, y cuando vio mi expresión facial bajó la mirada y se echó hacia atrás en su asiento.

—Matt, traenos dos bourbons, por favor.— sin decir nada asintió lentamente con la cabeza mientras se iba.

|• • •|

El rubio entró en el almacén donde se encontraba Jeremy.

—Jer. Cindy está aquí, con Klaus.— el chico dejó de hacer lo que estaba haciendo y cogió el móvil para llamar a Damon.
Mientras Matt fue a darles lo que querían.

|• • •|

—Seguro que el rubito está llamando a sus amigos para decirles que estás aquí.— dijo el híbrido cerrando los puños mientras miraba al suelo.
Junté mi mano con la suya, haciendo que se relajase y se la acaricié.

—No me van a separar de ti, tenlo por seguro.— después de decir eso nos quedamos callados, mirándonos fijamente a los ojos, como si todo lo que necesitásemos estuviese ahí.
Hasta que vimos que alguien estaba de pie, mirándonos. Y no era Matt.

—Vaya. Klaus, nunca pensé que pudieses obligar a alguien a sentir algo por ti. Eres peor de lo que imaginaba.— dijo el vampiro con voz arrogante, como siempre.
¿Es que se ha vuelto loco?
¿Qué pretende diciendo eso? Es ridículo.

—Que tú obligues a la gente a sentirse atraida por ti, no significa que yo lo haga.— dijo con una sonrisa. Eso me hizo sonreír a mi de lado, si Damon pensaba que me iba a separar de él... Estaba muy equivocado.
Vi como el Salvatore lo fulminaba con la mirada y luego me miraba a mí.

—¿Cómo puedes querer a este tío? Es incomprensible. Cindy, por favor.— me replicaba Damon perdiendo los nervios.

—Yo no te digo a quien querer, Damon.— me levanté y él se acercó a mi hasta quedar a pocos centímetros.

—Y yo tampoco, pero en este caso es normal que te lo diga yo, ¡y todo el mundo!— me dijo entre dientes, se notaba que estaba enfadado, pero aún sigo sin entender el por qué. Es mi vida, no la suya.
Niklaus se levantó y se puso en medio de nosotros, mirándolo a él amenazadoramente.

—Vámonos, amor.— dijo dándose la vuelta y cogiéndome de la mano. Cuando ya nos habíamos dispuesto a salir de allí Damon me agarró de la otra mano.

—Él no es quien tú piensas, Cindy. No te conviene.— sin responderle retiré mi mano bruscamente.— No te vayas.

Me giré por última vez, su cara expresaba tristeza. Le dediqué una última mirada y nos fuimos de allí. No quería saber nada de Damon, nada de mi familia ni amigos, sólo quiero estar con ellos, con los originales.

|• • •|

Damon volvió a casa, enfadado, triste, y agobiado. No veía el momento en el que Cindy entrase en razón. Klaus Mikaelson es un monstruo, y no está a salvo con él.

Abrió de un portazo y cerró de la misma manera, Stefan lo miró confuso.

—¿Qué te pasa?

—Hay que hacer lo que hemos planeado, ya.

INEFABLE [I] || «Klaus Mikaelson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora