Conociendo a Daniel

127 7 1
                                    


Eran aproximadamente las tres con cuarenta y cinco de la mañana y Daniel no podía pegar un ojo. Su vista iba de un lado a otro siguiendo lo que parecía ser una pequeña criatura verde limón

-Te diviertes viéndome sufrir, ¿No?- Dijo el adolescente algo malumorado -Podrías solo...¿Hacer menos ruido?-

La pequeña criatura hizo un pequeño ruido que parecía ser una risa y un suspiro salió de los labios de Daniel

-Bien...Me rindo- Y sin más cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, sin siquiera darse cuenta que estaba a mitad de la sala durmiendo en el sillón.


Ni él mismo se lo podía creer, en serio, era algo irreal
¿En qué momento llegó a su maldita cama?
Genial, otro misterio que no tendrá respuesta.
Daniel se levantó con pereza y miró la hora de su reloj sobre el mueble, aún le quedaba una hora para llegar al colegio y no estaba muy lejos, alcanzaba el tiempo para una ducha rápida, vestirse con tiempo y quizás desayunar. Sonrió de lado yendo a hacer lo que tenía planeado, uno que otro inconveniente en el camino pero son más detalles menores.
Sonó el timbre de la casa y perezosamente fue a ver quién era, seguro su madre olvidó las llaves otra vez.

-Si?- Dijo abriendo la puerta y encontrándose una sorpresa -¿Mike? ¿Qué haces aquí?-

-Vamos, soy tu amigo, vivimos cerca, vamos a la misma clase, ¿Te parece raro?- Respondió Mike con una sonrisa de oreja a oreja

-Oh bien...-Susurró Danny -Pero tomando en cuenta que nunca lo haz hecho me parece sospechoso, quiero que quede en claro-

Dicho esto ambos adolescentes fueron caminando juntos al colegio

Daniel, para que se hagan una idea, tiene los ojos verdes, no es bajo pero tampoco un edificio con patas, tiene el cabello castaño claro y claro, un gran don para ver criaturas de otro mundo.

Su amigo si es bastante alto, el cabello es rubio teñido, aunque no le queda nada mal, tiene los ojos cafés oscuros y una personalidad que a veces deja mucho que desear, hay que admitirlo.

Como sea, ya en clases y justo a tiempo entraron al salón sentándose bastante lejos el uno del otro
Mike se sentó en los puestos de adelante para molestar al profesor mientras hace su clase.
Por otro lado Daniel se sentó al fondo al lado de un puesto ¨vacío¨ aunque él sabía que no era así para nada. Estaba sin duda siendo utilizado por alguien, o algo...Que los demás no lo noten es diferente.

Daniel le sonrió a la chica que solo él podía ver, resivió una sonrisa de vuelta, algo sin duda raro, ella nunca le prestaba atención, aún cuando no tenía nadie más que la viera.

La primera clase pasó extrañamente rápido, era de historia y la historia de los pueblos originarios tenía a los adolescentes ya hasta la puta madre.
El resceso más para tomar el desayuno que no tomó en su casa junto a sus amigos

Y así sucesivamente el día se fue alargando hasta llegar al final de la jornada escolar.

Daniel tomó su mochila, la puso en su hombro y cuando iba camino a su casa se topó de nuevo con la chica de su clase, la que sol él podía ver, la que lamentablemente nadie conoce el nombre.
Ambos se quedaron mirando un largo tiempo hasta que la chica soltó unas palabras y hechó a correr

¨Ayúda me...¨

-¿Qué...? ¡No espera...!- El adolescente, aún sabiendo que se veía como un completo loco decidió seguirla.
La vió entrar a una iglesia y paró en seco frente a la puerta.
La chica entraba como si nada y caía de rodillas frente a alguien que parecía ser el ¨padre¨ o algo así.
Daniel no puede entrar a las iglesias y lo sabe, no está maldito ni nada, pero algo le impide entrar, algo que le quema cada célula de su cuerpo.

Pero algo debía hacer, ¿No?

Juego del reyWhere stories live. Discover now