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La azulina estaba de muerte, buscaba diversas maneras de comenzar una conversación con su platónico aunque él no parecía pensar lo mismo, Usagi llegó a aquella conclusión luego de recibir varias respuestas cortantes de su parte. “Tranquila...Ya todo se pondrá mejor...” intentaba animarse a sí misma, aunque en el fondo seguía preguntándose cosas cómo; “De verdad todo se arreglará?” “¿Que haré si Springtrap se marcha de mi lado?” Aquellas preguntas solo la hacían dudar de sus decisiones, pero ya no había vuelta atrás. Lo hecho hecho estaba.

—¿Que te parece salir el fin de semana? Como una cita...como...en los viejos tiempos...—terminó con un murmullo apenas audible. ¿En qué momento todo había cambiado tanto?.

Se sentía cohibida por la indiferencia de Springtrap, no sonreía ni hablaba, solo mantenía aquel rostro lleno de neutralidad. Aunque para todos —incluyéndola a ella— su "neutralidad" era considerada como "enojo". Cuando al fin Springtrap se dedicó a mirarle se sintió feliz, aunque de inmediato aquella felicidad era reemplazada por nervios e incomodidades.

—¿...Cita?— le escucho susurrar, aunque le costó varios segundos decifrarlo, el volumen con lo que el peli olivo había dicho eso era casi nulo. Por una milésima de segundo BonBon pudo haber jurado ver como sus labios se curvaban en una sonrisa. Su corazón comenzó a latir con rapidez y ya hasta le costaba respirar.— Lo siento, tengo...cosas que hacer este fin de semana. Tal vez otro día, ¿Si?

Y con aquellas simples palabras, todo dentro de BonBon pareció haberse derrumbado. Con un leve asentimiento dió por finalizada la "conversación" y Springtrap no se preocupó de seguir hablando, simplemente caminó hacia el frente con una sonrisa en sus labios. Se le había ocurrido una gran idea.

Por otro lado dentro de las paredes del instituto corría una chica castaña con preocupación en su mirada. Lo que había llegado a sus oídos hace unos minutos no le daba buena espina, pero no se iba a quedar de brazos cruzados como los otros cuatro, ella si estaba dispuesta a resolver sus dudas. Con algo deprisa miró dentro del salón, al parecer aún no había llegado. Tomó aire una vez más y con un dolor en sus piernas por correr desde la sala de música —que quedaba en el último piso al fondo del pasillo— hasta el mismo salón de clases tomó su rumbo esta vez en dirección a la entrada, saludando con un ligero movimiento de cabeza al peli olivo que caminaba hacia el salón, pero a penas bajo el primer escalón se detuvo, no había necesidad de buscar a su amiga, ella venía subiendo allí mismo.

—Buenos días, Mangle... Y Foxy— Saludó amable como siempre, algo preocupada al sentir la tension entre el pelirrojo y ella.

—¡Joy!— sin esperarlo la albina se lanzó a sus brazos en un abrazo. Ella sabía que podía confiar en Joy, prácticamente era a la única persona que aún le tenía confianza...sin contar a Springtrap, claro estaba.— Buenos días.

—Buenas...— respondió simple el pelirrojo siguiendo su camino, al parecer la aparición de la castaña tambien le relajaba.— Nos vemos luego.— y así de rápido desapareció de la vista de ambas, algo le decía que no debía quedarse allí por más tiempo.

—Joy, hay algo que quiero contarte— habló Mangle apenas vió a Foxy marcharse. Quería desahogarse con alguien, ¿Y que mejor que tú mejor amiga?.

—¿De que se trata?— preguntó Joy, aunque ya tenía una idea de lo que ella le iba a hablar.

Mangle miró a ambos lados y al ver a demasiados alumnos al rededor pidió caminar a un lugar más privado, nadie debía enterarse de su plan o los demás arruinarían todo. Una vez más alejadas de los demás decidió contarle todo a Joy; desde la infidelidad de Foxy hasta el trato con Springtrap, omitiendo algunos detalles claramente. Joy no pudo evitar mostrar sorpresa en su rostro, lo que ella había escuchado era diferente a lo que ella le contaba. La gente a veces puede ser muy supersticiosa.

Fingir [Springle] #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora