El banquete de despedida

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—¿Porqué se va?

—Ese no es tú problema.

—Solo quieres que haga un banquete... ¿Por qué no lo haces tú... ?Es tu invitada.

—Lo tomas o lo dejas. No hay más.

—Por supuesto — contestó con una gran sonrisa.

(...)

Tulpe no estaba de acuerdo con que la señorita Lord se adueñará ese día de su cocina.

Replicó a todo lo que hacía,decía o preguntaba la joven.
Y orgulloso como era, se negó a ayudarle.

Amethys ni se inmutó, estaba motivada. Diamante confió en ella para aquella tarea, y lo mejor... Luna se marcharía,ya no estaría a la mañana siguiente.

Hacia tiempo que no cocinaba,pero confiaba en su habilidad con los alimentos,y las alacenas del palacio estaban muy bien abastecidas.

Su primer platillo: una sopa de champiñones. Un entremés elaborado con berenjenas,queso,marisco y olivas negra. Y el plato fuerte, cordero asado,sobre hojas de vid cocinadas en aceite de oliva y rellenas de arroz.

A la hora de la cena,los señores White, dispusieron la mesa como de costumbre.

Cuando Diamante y Luna bajaron, Amethys ya los estaba esperando.

—¡Bienvenidos! — los recibió emocionada se había sentido útil de nuevo en mucho tiempo.

—No finjas... — la interrumpió Luna — Lo único que quieres es echarme de aquí.

Amethys se limitó a sonreír. En parte era cierto,ya quería que se marchara.

A Diamante como a cualquier otro hombre le divertía aquella situación.
No albergaba esperanzas,pero le gustaba pensar que Amethys estaba celosa.

—Felicidades señorita Lord, todo se  ve delicioso — dijo el príncipe,invitándolas a ambas a ocupar sus lugares.

Cómo siempre él iba a la cabecera, Luna a su derecha y Amethys al otro extremo de la mesa.

—Bueno... Hay que ver si sabe cómo se mira... — parloteo la loba, esperando que la niña bonita ni para eso sirviera  — Siempre es agradable comer algo más que carne cruda.

A Luna no le agradaba Amethys,porque la consideraba responsable de la profunda tristeza que se reflejaba en los ojos de su señor. A pesar de saber que todo había sido culpa de su hermana.

—¡Buen provecho! — Amethys sonreía, se le veía contenta.

Luna fue la primera que probó la cena. Sólo había probado una cucharada de sopa cuando la escupió.

—¡¿QUÉ CREÉS QUE HACES?! — le gritó  — ¡Esto está salado! ¿A caso no sabes que la sal derrite la nieve? ¿Qué crees que le pasara al señor Diamante? ¡TÚ QUIERES ENVENENARLO! — aseveró.

Al principio Amethys se sorprendió por su acusación. Luego pensó que era otro de los juegos de la Loba para dejarla mal con su amo.

Así que probó la sopa para demostrarle lo contrario, pero se equivocó.

Luna tenía razón, toda la cena se había salado.

—¡No puede ser...! ¿Cómo...? ¿Por qué...? — se debatía la angustiada muchacha.

Cuándo cocinó,todo tenía buen sabor
Y ahora estaba arruinado.

—¡Tulpe...! ¡Tulpe..! — se oía gritar a Luna llamando al cocinero  —Ni mis lobeznos se comerían esto.

—Por favor,no puede ser tan malo — intervino Diamante al ver el rostro angustiado de Amethys y él también probó la sopa ante las protestas de Luna.

Y al igual que la loba,el también escupió, la sal le quemaba la boca.

En ese momento llegó Tulpe.

—¿Me llamaba señorita Luna.

Hasta el cocinero era condescendiente con ella.

—¡Tira todo esto! ¡Echalo a la basura! —le ordenó la loba — Y prepara otra cosa por favor,esto está incomible, muy salado.

—Lo sé... Le advertí a la señorita Lorde que no le echará sal,pero no me escuchó — mintió. Lo único que hizo fue quejarse de que ella estuviera en su cocina.

Y entonces Amethys supo que aquellos dos sabotearon su cena.

—Me adelante a los hechos y ya he preparado algo:
Una deliciosa sopa de pescado y verduras y para usted querida Luna, filete de ternera en su jugo.

Cuando el menú fue cambiado y todo su trabajo tirado a la basura,incapaz de contenerse por más tiempo Amethys se puso de pie y habló:

—Me retiró. De repente me he que dado sin apetito.

No espero que Diamante le dejara retirarse,simple y sencillamente se marchó.

Una vez a solas en su habitación dio rienda suelta a su llanto.
Estaba humillada una vez más y hambrienta para rematar.

Fingió estar dormida cuando la puerta de su habitación se abrió,escuchó acercarse a su cama el carrito de servicio de la señora White.

Esperaba que se marchará al creerla dormida pero no.

—Señora White, por favor,ahora mismo quisiera estar sola — le dijo con la voz entrecortada por el llanto.

—No es bueno desperdiciar una buena cena... — dijo para su sorpresa el príncipe Diamante.

Amethys se incorporó de un salto en su cama.

Él le estaba sonriendo. Con una de esas sonrisas que solo a Luna le regalaba.

Se sentó junto a ella y le ofreció un plato de su sopa de champiñones.
Amethys se le quedó mirando.

—¿Me acompañas a cenar? — le preguntó.

Amethys tomó el plato y miró con asombro al príncipe tomar otro.

Lo observó disfrutar de su cena y ella también lo probó.

¡Estaba deliciosa!

—¿Pe-pero cómo...? ¿Cómo arregló mí de sastre? — estaba sorprendida.

—No hay nada que no se arregle con un poco de agua, y de vuelta a hervir. Además no todo fue un desastre,los bollos dulces rellenos de crema de avellana están deliciosos. Ah,y Tulpe confesó. Es un gran cocinero,un buen hombre,sólo que en ocasiones se comporta cómo un crío.

Después de eso pasaron una velada agradable y para Amethys lo fue aún más  al enterarse de  que Luna se había marchado.

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Dedicado a:

Toc_toc06

Valeria17773

safirok

kaiHGrey2014









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