¡Por Dios,parad! — había gritado su Amethys justo cuando Diamante se abalanzaba una vez más sobre Narcissus. Pero no era Amethys la que gritaba,ó eso fue lo que pensó.

¡Has algo! — musitó la angustiada copia de Amethys.

Tenía el mismo cabello rojo,los mismos ojos grisáceos,la misma piel pálida y la misma voz suave e hipnótica y aún así no era la verdadera  Amethys...

—... Fue ahí cuando todo lo entendí. Había sido engañado por una chiquilla. Pero soy un demonio y no iba a quedarme con las manos vacías...

—¡YO.TAMPOCO. SOY. UN. PREMIO. DE. CONSOLACIÓN...!

Se miraron fijamente. Un rayo de comprensión los atravesó. Los unía algo más que la traición. En el fondo de su interior eran iguales, dos almas vacías que intentaban alcanzarse.

Un ruido a sus espaldas llamó su atención.

Un lobo de terroso pelaje se acercó gimoteando,estaba herido.

—¡Luna!- a Diamante le dio un vuelco el corazón y se le estrujó dentro de su pecho cuando la vio desplomarse.

Salió corriendo a su lado.

—¡Luna! ¡Mí querida Luna! ¡¿Qué fue lo que te pasó?! ¡¿Quién te hizo esto?!

Arrodillado junto a ella, recorrió con su mano el pelaje marrón del animal.

El animal no dejaba de gemir de dolor.

—Está muy mal,hay que llevarla a palacio — anunció mientras Amethys contemplaba asombrada al señor del invierno.

¿Cómo era posible qué sintiera más compasión por aquel animal salvaje qué por ella?

No podía creer que existiera tanta ternura en esas manos frías y duras como piedras.

La loba le gruñó cuando al cargarla le lastimó la herida. Le mostró los dientes pero no lo atacó.

—Tranquila, preciosa,tranquila, soy yo — la reconfortó con sus palabras.

Diamante parecía volar en lugar de correr,mientras Amethys intentaba seguirle el paso.

Al parecer, el príncipe se olvido de ella, en cuestión de segundos la dejó atrás. Perdiéndose en la espesura del bosque.

Sin saber cómo, la pelirroja se las arregló para llegar a palacio casi al mismo tiempo que las puertas se habrían con su suave tintineo y Diamante entraba con la loba en brazos.

Amethys se detuvo en seco,al ver la asombrosa transformación que sufrió el animal.

Nada más entrar al palacio,al cruzar las puertas,todo el pelaje desapareció, la loba se transformó en una hermosa joven de piel canela y largos cabellos ondulados causando una gran conmoción en el palacio.

—¡Luna! — gimió la señora White al verlos entrar.

El señor Withe se deslizaban por el pasamanos escalera arriba,siguiendo a su amo,que no  paraba de dar ordenes.

—Dile a Tulpe... — quien era el cocinero de palacio — ...Qué vaya al pueblo y consiga,gazas,agujas,hilo y algo para el dolor,ah, también desinfectante. Y señor White... Qué lo haga rápido — ordenó con una pizca de preocupación.

La bola de nieve obedeció deslizándose lo más rápido que podía.

Y,mientras Tulpe hacía lo que se le pedía y regresaba con el encargó, Diamante usaba su magia para aliviar el dolor de aquella joven. Pero no estaba resultando tarea fácil.

inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora