3

585 53 10
                                    

-¡¡¡¡NOOOOOOOO!!!!... COMO SE ATREVE A PEGARLE A UN NIÑO – Rose Mary llegaba, ella desde su ventana vio sospechoso a su hijo y eso llamo su atención, decidió bajar, y al estar en el porche vio como Elroy levantaba su brazo para golpear a su hijo y con la fuerza que le dio su amoroso corazón de madre corrió para evitarlo pero fue demasiado tarde, el golpe había sido asestado.

Rose Mary le quito la vara a Elroy y la rompió en dos para luego aventarla a los pies de su tía, Anthony no paraba de llorar y no porque el golpe le haya dolido, si no porque Albert era quien lo había recibido. Rose Mary los abrazó fuertemente.

-Tía Elroy, la respeto en demasía, pero esto que acaba de hacer es monstruoso, mientras yo este aquí... usted jamás volverá a pegarles, ni a Albert, ni a mi hijo, me entendió... porque el día que usted lo vuelva hacer, no me va a importar que usted sea mi tía.

-Rose Mary, eres una mujercita muy débil, sabes perfectamente que esta es la mejor forma de educar a un niño, Anthony se tenia muy bien merecido el castigo por mentir, por robar... pero al menos esto sirvió para que William apareciera.

Rose Mary dejo hablando sola a Elroy, se retiro a su habitación con sus pequeños.

Al llegar recostó a Albert boca abajo.

-Te duele mi niñito... afortunadamente llevabas en la espalda tu mochila... gracias mi niñito, gracias por cuidar de Anthony.

-Es mi regalo, lo recuerdas... cuando él nació te prometí que lo cuidaría... y lo voy a cuidar siempre, no importa que me alejen de aquí, yo siempre voy a cuidarlo.

Rose Mary curo la herida de Albert, la cual no fue de gravedad. Anthony dormía, el llanto y el susto habían sido demasiado para él. Esa noche los tres durmieron en la misma habitación.

Mientras Elroy enviaba un sirviente al pueblo por George, quería que Albert se marchara lo más pronto posible a Chicago.

Al siguiente día Rose Mary en compañía de sus pequeños bajo al jardín y entre los tres hacían su labor en él. Después desayunaron como hacia tiempo no lo hacían, las miradas de los chicos destellaban una inmensa alegría, la cual desapareció con la voz de Elroy.

-Espero que hayas disfrutado de tu desayuno William, porque fue el último en esta casa... despídete de tu hermana y de tu sobrino, en este momento partes a Chicago.

Albert se levanto, abrazo a su hermana fuertemente, le dio un beso en la mejilla. Después miro a Anthony, sentía en su corazón que esa seria la última vez que podría hablar con él, estar con él. Anthony se acerco a su "hermanito" y lo abrazo, al tiempo que le pedía que no se marchara, que lo llevara con él.

Albert se puso en cuclillas y le dijo.

-Anthony... recuerda, eres el hombrecito de la casa... cuida mucho a mamá, cuídate mucho... yo siempre estaré cuidándote, siempre podrás contar conmigo.

-William... ya es hora, George espera afuera.

Albert se incorporo y con mirada fría miro a Elroy y contestó.

-Estoy listo Tía Elroy, como siempre... obedeciendo sus órdenes.

Dicho esto Albert salio. Rose Mary no pudo evitar llorar, pero sabia o creía que eso era lo mejor.

Esa noche fue muy difícil para la angelical dama, Anthony cayo en cama, una fuerte fiebre le hizo presa. Albert pasó por lo mismo, había entre estos dos jóvenes una fuerte conexión espiritual, eran muy unidos como si fueran hermanos, lo que uno sentía, lo podía percibir el otro.

Un Regalo del CorazónWhere stories live. Discover now