20. Tiempo/ Parte II.

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—Qué triste es llegar a casa —Afirmó Bridget dramáticamente.

—¿No habías dicho que odiabas acampar? —La cuestioné y frunció sus cejas, clavó sus ojos azules en mí.

—La verdad es que nunca había acampado, ya sabes, no salíamos precisamente mucho —Se encogió de hombros—. No teníamos familia.

Esas palabras casi hacen que muera de amor por Bridget que ahora tenía los ojos muy abiertos y las mejillas sonrojadas, lo había dicho sin pensar.

—Pero ahora la tienen, y tendrán más de esos viajes. Lo prometo. —Afirmé bajando del coche.

A pesar de que Bridget y Brandon no eran muy expresivos, una simple sonrisa como la que me estaba dando en este momento, fue más que suficiente pues ellos no estaban acostumbrados a ser tan afectuosos con las personas. Ese pequeño gesto se convertía en uno grande cuando venía de ellos, y lo apreciaba mucho.

Después de que todas las cosas se volvieron a instalar en su lugar, Grayson desapareció casi al instante en el que llegamos, con la excusa de que tendría una reunión con su padre y que de ahí se definiría si tendría que regresar a Rusia o quedarse en california, algo extraño y envuelto a decir de verdad.

—¡Abby! —Brinqué en mi lugar, me giré con la mano en el pecho y los ojos muy abiertos— ¿Vienes?

—¿A dónde, Nicholas? Tengo sueño y en la noche tenemos que estar en las bodegas.

—Lo sé, también estoy cansado —Todos bajaron, incluso la embarazada que se detuvo a un lado del susodicho, en cuestión de segundos la sala se hacía pequeña con la cantidad de personas que se encontraban alrededor, junté las cejas con curiosidad—, nos acaban de llamar, hoy una pareja no pude ir a la cita con la doctora y nos la dieron a nosotros.

Abrí la boca con sorpresa absoluta, Magui de inmediato comenzó a llorar desconsoladamente sosteniéndose de Nick.

—¿Lo veremos hoy? —La voz de Brandon temblaba, Nick asintió.

—Lo veremos hoy, pero tenemos que apurarnos porque si no tendremos que esperar dos meses más.

La sonrisa de mi hermano era tan grande y reluciente que casi me daban ganas de tener un bebé, aunque sabía que mi sobrino iba a ser la luz de mis ojos y la luna de mis noches, mi razón de respirar y el consentido de la familia.

Claro que todos enloquecerían ante la idea de ver por primera vez a la pequeña bestia, como solía llamarla Bridget, Adam salió de la casa diciendo que tendría que ir a su departamento a cambiarse para verse más presentable ante su sobrino, Brid y Thamy acordaron siempre vestirlo bonito y Thom dijo que él alejaría las pesadillas del bebé, mientras Brandon dijo que lo haría un caballero o una señorita respetuosa y estudiosa. Rio ante el recuerdo de mi broma de que había posibilidad de que tuvieran un par de mellizos traviesos ahí escondidos, lo que casi hace que Magui se atragante con su jugo de durazno que tanto amaba. Nicholas palideció al instante y dijo que, aunque estaba completamente loca, había una pequeña posibilidad de que mi teoría fuera cierta.

—¡Vamos gente! —Moví mis pies con impaciencia, tardaban demasiado.

Escuché los tacones algo altos de Thamy por las escaleras, intuía que si ella estaba bajando, probablemente toda su tropa también, lo que justamente acerté cuando vi las cuatro cabezas viniendo hacia mí.

—A veces eres molesta. —Bromeó.

—Me ofendes, Brandon — Observé a la diva al otro lado del sofá— ¿No te cansan esas botas altas, Brid?

—No, cuando te acostumbras ya ni sientes el dolor.

Estaba a punto de replicarla, cuando aparecieron los tortolos en mi campo de visión diciendo que ya era demasiado tarde, que teníamos que apresurarnos, lo cual era irónico, ya que ellos habían tardado aún más que todos nosotros juntos.

—Ya señor dramático, vámonos.

—Es muy tarde —Se volvió a quejar Nick—, Grayson ya está allá y dice que movamos el culo —Hace una mueca como si recordara algo—, esto es importante para él también.

Y vaya que si lo era, para todos.

Abrí la puerta y mi cuerpo chocó con una superficie muy dura, si no fuera porque Thomas me sostuvo hubiese caído sin piedad alguna, me estabilicé a punto de reclamarle que estaba en un lugar inoportuno, pero me callé al no reconocer ese cuerpo, esas facciones, y totalmente a esta persona.

—Ehm...

—¿Quién eres y que haces en mi puerta? —Bridget solía ser siempre tan directa, se cruzó de brazos a mi lado y casi quise reír por su actitud imponente.

—Soy...

—¿Trevor?

Giré de inmediato hacia mi hermano, bueno, creo todos lo hicimos. No entendía nada, la felicidad que antes tenía mi hermano se había esfumado al instante, espera una respuesta y si era rápido sería mucho, mucho mejor. Me observó con una ceja levantada, suspiró y luego lo miró como cuando un niño ve por primera vez el mar, con cautela, miedo y sorpresa.

De un segundo a otro se separó de Margareth y entró rápidamente a la casa, nadie sabía que hacer o si por alguna razón Nick se había vuelto loco de remate de una buena vez. Cuando el loco se dignó a salir por fin, sostenía un viejo cuadro de madera con una fotografía, una fotografía que ambos habíamos descubierto en el baúl de la abuela cuando éramos más pequeños, me lo tendió y con manos temblorosas lo sostuve, todos se amontonaron a mi alrededor queriendo ver la foto más de cerca.

En ella se veía a mi abuela de una manera diferente, más sofisticada, sostenido a un par de bebés de cada lado, ambos con trajes blancos, pero con zapatos de dos colores diferente, rosa y azul, a un lado de ella una mujer muy joven, o por lo menos eso aparentaba, con un largo vestido rojo y con poco escote, elegante y refinado. Atrás de ellos estaba Gabriel, ahora que lo conocíamos en persona lo definíamos más en la foto, nada más que estaba completamente cambiado, no se le notaban las canas y su cara era más perfilada que ahora, sentados en dos sillas de cristal estaban dos niños que no pasaban de los 5 años, una niña con dos trenzas de lado y lado, y un cabello que parecía más un color zanahoria, en un vestido blanco con un moño excesivamente grande de color rosa, mientras a un lado, en la otra silla estaba el niño con un pequeño esmoquin, cabello caoba más oscuro que el de la mujer y un corbatín azul en su cuello.

La sorpresa y la incertidumbre de esta foto, era un niño más grande detrás de las sillas de cristal, de unos 8 años, justo a un lado de la mujer y Gabriel, vestido con un esmoquin y un corbatín de un azul más oscuro, era el único que no sonreía, como si su cuerpo estuviera en aquel lugar lleno de lujos, pero su mente viajara a un lugar solitario y oscuro en el cual estaba perdido.

Recuerdo que cuando le preguntamos a la abuela, ella simplemente dijo que no era nadie, lo que nos llevó a insistir bastante al respecto hasta que se hartó y nos dijo que era nuestro hermano mayor, aún más mayor que Nicholas, pero que él había fallecido junto a nuestros padres en el accidente de auto unos días después de que la foto fue tomada.

Al parecer, mi abuela se había llevado mucha más información de la que nos había dado.

Levanté la mirada hacia él, no lo podía creer. Trevor nos observaba con semblante completamente serio, por su rostro no pasaba expresión alguna, más que una pequeña sonrisa que hizo que la comisura de sus labios se levantara cuando mi hermano soltó aquellas palabras que tendrían un fuerte impacto en todo lo que se vendría después.

>> Es él, Abby, nuestro hermano.

















Tranquilas mis niñas, todo está perfectamente calculado, así que no se me exalten, ¡VOLVÍ! Y es para quedarme un largo tiempo (Estoy de vacaciones, yeah)

Creo que este será el inicio de #Branmy y #Bridmas ¿Cuál les gusta más? Personalmente soy fan de #Bridmas ¡Aunque! La historia #Branmy es la más tierna y llena de miel sobre hojuelas que algún día leerán, lo prometo. *Risa malvada*

Los amo mucho, y nos vemos en el próximo episodio.

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⏰ Last updated: Dec 17, 2018 ⏰

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Destrozos del alma© [ IL#1 ]Where stories live. Discover now