8. Los golpes de la vida.

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—¿Quieres un café? —Pregunta, lo miro y asiento.

Desaparece por mi cocina y después de unos minutos reaparece cargando dos tazas de café en su mano, me tiende una. Doy un sorbo y suelto un pequeño gemido al beberlo puesto que es lo único que ha probado mi estómago en las últimas horas, me avergüenzo y siento mis mejillas sonrojarse, ríe.

—Para ser un niño rico, preparas un café muy bueno. —Comento después de varios minutos en silencio.

El recorrido a casa fue silencioso y él no preguntó nada, ni siquiera comentó nada cuando entró en mi pequeña casa, no le importó y eso me sorprendió. Suspira bebiendo de su taza.

—Mis padres nunca estuvieron en casa y cuando lo estaban sólo llegaban para reprochar todo lo que hacíamos Samy y yo. Yo no llevaba las mejores notas, ¿Pero Samy? Ella realmente se superaba, notas excelentes y créditos extras. Era una genio, a mis padres nunca les importó nada de nosotros, sólo les importa su dinero, sus empresas y su estatus social. Samy y yo preparábamos nuestra comida casi siempre, así que sí, sé preparar algunas cosas.

—Al menos sabes que tus padres están ahí, los míos nos abandonaron cuando éramos muy pequeños y nunca más supimos nada de ellos, simplemente se esfumaron. —Resoplé cansada.

—¿No es fácil, cierto? —Junté las cejas, aclaró su garganta— Perder a dos personas que amabas.

—No, no lo es.

—Te entiendo, perdí a la única persona que realmente me importaba, que me entendía. Supongo que todo pasa por algo...

—Eso no lo hace menos doloroso, Ed.

Me mira y asiente, bebiendo otra vez. Es extraño, como si por primera vez en mucho tiempo pudiera hablar con alguien que me entiende, no sé la historia del chico histérico, pero supongo que no es muy buena conforme a lo que me ha contado.

—Exacto. —Contesta, sin dejar de mirar la pared fijamente.

[=]

Salí del coche dejando de lado todo lo que había pasado, después de lo de ayer, Marck mandó un mensaje diciendo que no le importaba lo que había pasado, que teníamos un trato y obligaciones de las cuales tenía que empezar a emprender. Escucho el sonido de la puerta trasera de mi auto cerrarse y veo salir a Bridget con Brandon, sonrío hacia ellos y me devuelven la sonrisa.

—Tengo que hablar con Marck, prometan no meterse en problemas chicos.

Ambos asienten y me sorprendo cuando Bridget no réplica nada de lo que les digo. Me giro y camino hasta su oficina, la puerta rechina cuando la empujo y después mi vista divisa a Marck sentando en su silla como siempre. Frunce el ceño cuando me ve entrar sin tocar, me observa detenidamente por largos segundos en los que solo me cruzo de brazos, aclara su garganta ajustando su corbata roja. Ruedo los ojos impacientes, me mira y después de acomodar a la perfección su estúpida corbata, habla;

—Creo que habías olvidado el trato que teníamos.

—No lo he olvidado —Musito con enfado—, me lo recuerdas a cada jodido minuto.

—Solo velo por mis intereses preciosa —Sonríe—. Pero dejando de lado todo el drama que te caracteriza, hoy correrás con uno nuevo que acaban de mandar los del lado Sur B.

—¿Te refieres con él? ¿O contra él?

—¿Ahora eres retrasada, Abby? —Niego— He dicho que con él, te vas y te montas en ese jodido auto, corren y ganan, ¿Ya? ¿Entendiste?

Destrozos del alma© [ IL#1 ]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें