15. Familia.

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Nunca amé más a mi hermano que aquella noche en la que había llegado justo para evitar la vergonzosa escena que estaba haciendo frente a Ed.

Sí, al parecer la gran fiesta de celebración de los chicos había sido tan grande que la Policía tuvo que hacer acto de presencia. Claro que todos huimos de la escena antes de que ellos llegaran.

Ahora tenía a un Nick gruñón a mi lado que no dejaba de quejarse de cada cosa que hacía. Rodé los ojos.

—Basta, Nick.

—¡Basta un cuerno! ¿Cuándo pensabas decirme que ese niño rubio con cara de querubín engreído había compartido saliva contigo? —Frunció el ceño aún más— ¡Genial! Ahora tengo horribles imágenes de ustedes haciendo sabe Dios que cosas, asco.

—En primera, no compartí saliva con él.

—Claro que sí, los...

—En segunda, tú solo te estás creando esas imágenes. En tercero, eres un mentiroso porque sólo estábamos hablando.

—Bueno... —Detuvo el auto en la gasolinera, ambos salimos al minisúper que se encontraba ahí—, pero sí que estaban muy juntos. Eso no me gusta.

Abrí la puerta del minisúper rodando los ojos por tercera vez consecutiva, tomé unas galletas de chocolate y giré a observarlo.

—¿Y? Ese no es tu problema.

—¡Ajá! Te gusta el querubín rubio...

Caminé lejos de él probando mi teoría sobre que, si me alejaba tal vez, sólo tal vez, olvidaría el tema, no fue así.

Tomé tres bolsas de Cheetos para los chicos, se las arrojé a Nick que seguía parloteando sobre Ed, abrí el congelador tomando un pote de helado de vainilla para la embarazada.

—De hecho, debes tomar dos... —Se quedó pensativo—. No, mejor tres —Pensó otra vez—, mejor cuatro.

—¿Y qué haremos con tanto helado?

—Magui come sola dos potes de vainilla, no se lo digas, pero últimamente come demasiado. —Afirmó con una mueca graciosa, reí.

—Está embarazada Nick, ahora ella se volverá una gran comelona, no podemos juzgarla —Giré y tomé los otros dos potes restantes—. Pero como soy una cuñada genial le llevaré los dos, consentiré a mi sobrina.

—Querrás decir sobrino, será hombre como su padre, te lo aseguro —Aclaró con una sonrisa arrogante, lo ignoré decidiendo que más llevar—. Lleva dos de vainilla para Magui, uno de chocolate para Adam y uno de fresa para Grayson.

Fruncí las cejas arrojándole una mirada interrogante, me ignoró tomando un par de galletas más, luego me observó y sacudió su cabeza en mi dirección.

—¿Qué?

—¿Fresa? ¿Es enserio? —A pesar de que reía de la rara sugerencia de mi hermano, le hice caso y me dirigí a pagar antes de que gastara más de lo necesario.

—Le gusta la fresa, lo descubrí hace poco —Lo miré elevando una ceja, suspiró con resignación—. Bien, me envió un mensaje para que lo lleváramos, ¿Contenta?

Tomé las bolsas llenas de frituras, chocolate y helado que me tendió la encargada del minisúper, y me encaminé fuera del lugar, Nick no estuvo feliz con mi ocurrencia de que él pagara hoy. Reí muy fuerte cuando llegó a la camioneta quejándose sobre hacerlo gastar demasiado.

Amaba a mi hermano.

[=]

Habíamos pasado bien la tarde con la familia, porque sí, éstas personas que se encontraban tirados en la alfombra eran mi familia, tal vez Grayson era nuevo, pero eso no significaba que no formara parte ahora, todo se sentía tan correcto que quería congelar este momento por todo el tiempo que pudiera.

Pero claro que un momento como éste no había durado tanto como yo lo había pensado, pues horas después Marck había llamado para obligarnos a todos a ir al trabajo, exceptuando a los mellizos quienes se quedarían con Grayson.

—¡Vamos chicos! Hoy seré el niñero Grayson, tengo una mejor idea... ¡Soy el tío Grayson! —Todos lo miramos horrorizados, en especial los mellizos. Thamy se acercó a mí.

—Él no toma drogas, ¿Cierto?

—No lo hace Thamy, descuida —Le di una palmada en el hombro—, Grayson los cuidará hasta que regresemos, no sean tan malos con él, es buena persona.

—Define buena. —Habló Thom, Grayson frunció las cejas.

—Escuché eso Thom, y no fue agradable —Luego sonrió—, vean el lado bueno, estarán aquí con el tío Grayson que es muy genial.

Nick rodó los ojos mientras Magui no paraba de reír y sobarse la barriga de tres meses que apenas y se notaba si la mirabas fijamente, Brandon y Bridget sólo negaban.

—Sólo no salgan de casa —Miré a Grayson—, nada de zorras aquí.

—Entendido jefa. —Guiñó un ojo.

Después de despedidas y dejando a unos mellizos inseguros que aseguraron que, si Grayson traía zorras a la casa, las raparían, por fin todos nos subimos a los autos para llegar lo más rápido posible y evitar un Marck insoportable. Entre bromas de los chicos, lamentos de Nick y quejas de Magui llegamos, bajamos y cada quién tomó su camino como era de costumbre.

Caminé a paso apresurado a la oficina de Marck en la cual se escuchaban gritos desde afuera, toqué y toqué, pero como nadie me atendió abrí la puerta encontrando a Rachel con rastro, un poco leve, de un ojo morado, ella sabía maquillarse y cubrir moretones, todo lo contrario, a mí que era un completo desastre.

Tanto Marck como ella me miraron, analizándome, sacudí los hombros antes de hablar, ignorando por completo la sonrisa come mierda de Rachel.

—Venía para decirte que mi auto aún no está listo, quiero saber cuándo me lo darás.

—Cuando aprendas a manejar tal vez.

Le fruncí el ceño enseñándole el dedo de en medio, ella era una víbora cuando se lo proponía. Miré a Marck esperando una respuesta. Resopló tirándome las llaves, lo observé con cautela.

—El auto estaba listo desde ayer, pero la Policía vino y se lo llevaron junto a los demás al corralón, hoy mandé que los trajeran todos. Sé que tu auto es de tus mejores herramientas para hacerme ganar mucho dinero, así que espero le saques provecho pronto.

Asentí sin decir nada, me giré y quise huir tan rápido como pies me lo permitieran, su voz me detuvo.

—No quiero otro choque Abigail, porque entonces te irás al sótano.

Escuché la carcajada de Rachel, pero no me giré, asentí nuevamente saliendo rápidamente como me fue posible.

Cuando supe que me había alejado lo suficiente, me dejé caer en la pared golpeando mi frente brevemente mientras cerraba los ojos tratando de conseguir nuevamente mi calma.

Suspiré y despegué mi frente de la pared girándome para encaminarme en una carrera con mi bebé que acababa de regresa a mí.

—Hasta que te atrapo solita. —Salté en mi lugar por reflejo inmediatamente, mierda.

Destrozos del alma© [ IL#1 ]Where stories live. Discover now