20. Tiempo/ Parte I.

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Su expresión me hizo saber que estaba procesando mis palabras, era la verdad, o por lo menos mi verdad. Lo único que el tiempo me había dejado desde el accidente, era dolor.

—Tu hermano me contó lo que te sucedió —Repentinamente un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

—Bueno —Intenté una sonrisa forzada—, estamos en desventaja porque yo no sé nada de ti.

El río sin gracia, eso captó mi atención. Arrojó otra hoja al fuego y luego se dejó caer en el césped frío. Observó el cielo perdido en sus pensamientos y habló, sin despegar su vista.

—No me verías igual.

Me estremecí, acercándome más tratando de captar cualquier detalle.

—Sé guardar secretos. —Traté de darle seguridad con mis palabras, me observó antes de seguir con la mirada en el cielo y las estrellas.

—Lo sé, Abby —Se incorporó riendo—, sé que no eres una chismosa que irá a contarle a medio mundo mis secretos.

—Oh, pues que bien que lo tengas claro. —Comenté con ironía.

—Es sólo... que fui un idiota. Ahora que estoy empezando de nuevo y encontré a mi familia —Miró hacia arriba y emitió un suspiro pesado—. No quiero que me alejen, los mellizos son unos chicos asombrosos, en serio, tú y Nick me han brindado más que una simple amistad.

>> Me ofrecieron un hogar real, algo que nunca tuve. Y Brid y Brandon me han dado un cariño especial que hace que mi pecho se llene de tanto maldito orgullo, y eso es lo que me da temor. Tengo miedo de que ellos me conozcan realmente.

—Grayson, ahora eres parte de esta familia. No te juzgaré.

Extrañamente pareció que mis palabras le habían dado esa seguridad que buscaba. Aspiró profundamente antes de clavar su mirada en mí, una mirada de melancolía que me hizo estremecer.

—Desde los 10 años tenía una mejor amiga, te juro que ella era una chica tan genial, dulce, bondadosa, y muy hermosa —Cerró los ojos un momento, como si le doliera de tan sólo recordar—. Nos convertimos en mejores amigos hasta los 17 que nos enrollamos y empezamos una especie de relación, estábamos ebrios y claramente yo acababa de inhalar cocaína. No pensaba claramente, sólo la deseaba y al parecer ella a mí, era una tensión difícil de ignorar.

Abrí la boca, pero la cerré esperando que continuara. Él estaba abriendo su corazón para mí y sabía lo duro que eso era, no a todos les vas contando el dolor más grande de tu corazón. Es algo que hace que cada palabra, cada sílaba arda en la boca, que se quede atascada en la garganta y reviva los recuerdos como una herida fresca.

>> Solía hacerla llorar con mis comentarios hirientes, discutíamos todo el tiempo y lo resolvíamos con sexo —Frunció sus cejas molesto—, ese fue uno de nuestros más grandes errores. Teníamos una relación tóxica, pero aun así nos amábamos. Éramos felices por cortos momentos, y los disfrutamos lo más que pudimos.

>> En algún momento la golpeé, varias veces. Me decía que sólo era el calor del momento. En pocas palabras nuestra relación se basaba en; discusiones, golpes, comentarios hirientes y sexo —Tragó en seco, cerró los ojos nuevamente, aspirando y expulsando el aire bruscamente—. Ella quedó embarazada, lo cual era de esperarse, no nos cuidamos lo suficiente.

Tomé su mano cuando se dio un tiempo para tomar más aire, Grayson la sujetó con fuerza, esperaba que ese apretón fuera suficiente para hacerlo sentir que no estaba solo. Arrugó sus cejas con enfado y fue cuando comprendí que su mente había viajado hasta sumergirse en un recuerdo doloroso, soltó el aire contenido y continuo sin despegar la vista de la fogata.

>> Le pedí que abortara, lo hice y es algo que me pesará por toda mi maldita vida. Le dije cosas horribles, le dije que los decepcionaría a todos y que no la querría si tenía al bebé —Un aspecto sombrío pasó por sus ojos—. Al día siguiente me fui con mi padre y la abandoné por varias semanas, regresé el día en que iniciaríamos el final de curso. Bethany ya no era la misma, estaba pálida, dolida y rota.

Así que ella era la Beth que mencionó Ed.

Era demasiado para él, lo notaba, lo que me estaba contando era fuerte, crudo y real. Y yo no era nadie para juzgarlo, pero no quería que siguiese si eso lo lastimaba, me ignoró y siguió con su relato. Apreté los labios, contendiéndome de callarlo de una buena vez.

>> Intenté hablar con ella y me ignoró mandándome a la mierda —Apretó sus puños debajo de mis manos que aún sujetaban las suyas, apoyándolo—, sólo tenía 17 años. Era un crio ignorante y herido por la chica que amaba, o eso creía, en realidad era yo quién la hería a ella y no lo noté.

>> Era tan orgulloso que lo dejé pasar y la ignoré por completo. La dejé ir y no luché más, me fui de fiesta y cuando amanecí con otra chica —Su voz se quebró, apenas venía la parte más dolorosa, lo intuía—, me dejó una carta que destrozó todo mi maldito corazón. Ella se había suicidado en su habitación, me buscó y yo no la ayudé. Ella murió de depresión, había tomado la plata que le arrojé y había abortado al bebé, todo fue mi culpa.

Limpió sus ojos con rudeza, finalmente levantó la mirada y comprobé que se había roto, que había llegado al trágico final de una historia que estaba destinada al fracaso, justo como la mía, comprobé que estaba llorando cuando sentí la humedad en mis mejillas, un nudo se formó en mi garganta, sin saber que decir.

>> Bethany murió por mi culpa. Por eso me fui a Rusia. —Sollozó en silencio, me dolió infinitamente verlo de esa manera. Destrozó parte de mi corazón y me hizo abrir ciertas heridas que había mantenido perfectamente selladas.

Grayson siempre parecía mantener todo bajo control y siempre estaba impasible y serio, ahora lloraba y sollozaba sin control en silencio mientras de manera brusca limpiaba sus ojos.

—Fuiste irresponsable y un idiota, es cierto —Emití un largo suspiro—, pero no fue tu culpa Grayson. Bethany tomó sus decisiones.

—Decisiones en las que yo la orillé.

—Cada quién es culpable de sus acciones. No podemos culparnos más por las acciones del pasado, debemos levantarnos y afrontarlas, mejorar y aprender de ellas para no volver a fallar. —Concluí con una pequeña sonrisa para reconfortarlo, él asintió.

No tenía idea si las palabras habían sido para él, o para mí. Mi corazón se estrujó de tristeza y lo abracé con fuerza, me abrazó con la misma intensidad, como si lo necesitara para sanar su alma, intuía que esto nos uniría más a Grayson y a mí. O por lo menos eso esperaba, pues me daba cuenta de que él, de una manera extraña, entendería mi dolor.

Ambos habíamos sufrido por las personas que amábamos, y ambos habíamos sido los que se quedaron de pie para afrontar las consecuencias.

Destrozos del alma© [ IL#1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora