Misterioso Amor(PAUSADA)

Capitulo 8: Chico Nuevo

Estaba desayunando en la cafetería con Andrea, Fidel todavía no llegaba y la marca no dolía eso quiere decir que no está muy lejos, en eso escuche donde todos corrían en dirección a la entrada del edificio. Una chicas que estaban en la mesa de a lado decían que un nuevo chico entraría a la universidad aunque era extraño ya que estábamos a medio año, ellas se levantaron y se fueron.

—¿Escuchaste?—pregunte volteándome hacia Andrea.

—¿Qué cosa?—dijo sin ningún interés. Yo solo rodee los ojos, Andrea tan distraída como siempre.

—Dijeron que entrara un chico nuevo—dije mientras picoteaba la comida.

—No creo que la facultad lo acepte—dijo

Aunque es verdad no creo que lo puedan aceptar ya que tenemos dos años aquí, no puede entrar así nomás...o sí?

—¿Vamos a ver?—pregunte un poco emocionada.

—Si vamos, a lo mejor es guapo—dijo tomando su bandeja. Yo reí y tome mi bandeja, la dejamos y nos fuimos a ver qué pasaba.

Caminamos por el pasillo y todos estaban bola se podía ver a lo lejos, más bien eran chicas, entonces era todo un casanova el chico.

—¡Vero!—alguien grito a lo lejos así que voltee.

Era Fidel, al verlo sentí nervios, porque era la primera vez que me decía Vero siempre me dice Verónica, eso me alegro mucho.

—¿Por qué hay tanto alboroto?—pregunto acercándose.

—Se suponía que un chico nuevo entrara, pero no se—dije. Caminamos más para ver si en verdad era un chico. Las chicas empezaron a despejar la vista y no podía creer lo que veía. Imposible.

—¡Oh! Por fin los encuentro chicos—dijo el chico acercándose. Era nada menos que Marco...pero ¿qué hace aquí?

—¿Qué diablos haces aquí Marco?—dijo Fidel muy enojado. Es verdad ¿Qué hace aquí?

—Estudiare igual que tú—dijo muy alegre.

—¿Por qué viniste aquí?—pregunte susurrando.

—Tenemos que hablar—dijo Fidel—Verónica también vienes.

—Ah sí...ya voy—dije y me voltee a decirle a Andrea que ahora venía, su cara tenía expresión confusa. Pero nadie tiene que saber que son demonios.

Salimos afuera del edificio para que nadie pudiera escuchar nuestra conversación.

—¿En que estabas pensando Marco?—Fidel estaba muy enojado y entiendo el porqué, el que los descubran es peligroso y con Marco aquí puede pasar.

—¿De qué hablas? Yo solo quise salir de aquel mundo, aquí es más tranquilo y puede ser divertido—dijo Marco.

—No se trata de que te diviertas ni nada por el estilo, esto es serio, sabes perfectamente que nos pasaría si nos descubren muchos humanos—dijo.

—Se perfectamente, pero necesitaba salir de ahí, es aburrido estar ahí siempre—dijo Marco.

—Bien...solo que no te descubran—suspiro Fidel.

—No pasa nada, mientras nadie sospeche está todo bien—dije.

Fidel se fue, camino con sus manos en los bolsillos del pantalón. Creo que estaba asustado de que alguien pudiera descubrir lo que en realidad son, pero yo tratare de ayudar a que eso no pase.

—¿Qué te parece si entramos y me enseñas todo?—me pregunto sonriendo Marco. Yo asentí.

—¿Cómo te dejaron entrar? A la facultad—pregunte curiosa.

—Alix me ayudo, sus "contactos" fueron los que me ayudaron a entrar—dijo.

Andrea venia hacia a mí, se veía furiosa. Rayos.

—¿Dónde estabas?

—Andrea, es el Marco—lo presente—Es...un amigo de la preparatoria, ¿Verdad? Que somos amigos de la prepa—Marco noto luego luego mi mentira.

—A-Ah sí, somos amigos de la prepa—dijo nervioso.

Andrea no sospecho nada, así que lo conducimos a la oficina del director, y ahí se quedó, nosotras nos fuimos al salón ya que estaban por iniciar las clases.

—Genial—dijo Andrea sin quitarle la vista a Marco. Andrea siempre había sido de las chicas que se enamoraba de varios chicos a la vez, solo espero y Marco no sea uno de esos chicos. Es imposible.

Las clases fueron silenciosas, por alguna razón nadie estaba muy animado, o solo era que Fidel, estaba más silencioso que de costumbre. Los demonios son tan complicados.

Le diré si quiere salir a pasear o algo, lo más probable es que me rechace pero intentarlo no pierdo nada. Capaz y se le paso todo lo que paso con Marco.

Me fui a sentar a la mesa donde estaba comiendo, pensé que estaría Marco con el pero estaba con otros chicos en otra mesa.

—Oye Fidel... ¿Qué tal si salimos?—Pregunte sentándome y poniendo mi bandeja en la mesa.

—¿Qué?—pregunto sorprendido.

—Salgamos, hay buenas pelis en el cine, vayamos—dije comiendo algo de mi comida.

—No quiero, no me gustan los cines—dijo y sentí un golpe en el pecho, los cines son lo más genial.

—Pero...yo quiero ir—dije haciendo puchero.

—Ve tu sola.

—No, iras conmigo, no poder aguantar el dolor y toda la verdad saldría a la luz, después me matarían y a ti también y será el fin del mundo—casi lo lograba su rostro parecía molesto, pero lo tengo que convencer.

—Que molesta eres, está bien iremos, pero solo una película y nos regresamos—Yo asentí emocionada y le dije que mañana lo vería afuera del campus a las 5 p.m.

Fidel era muy serio y rechazaba a todos, pero ahora estamos ligados a este contrato el ahora ya no se siente tan solo, porque nadie quiere vivir en la soledad ni si quiera un Demonio como él.