Misterioso Amor(PAUSADA)

Capitulo 1: Chico misterioso

La mañana estaba fresca y ventosa, era otoño, una temporada genial, las hojas caían y el clima era templado. Me levante y mi compañera de cuarto ya estaba lista para irse.

—Andrea, ¿a dónde vas tan temprano?—pregunte sentándome en la orilla de la cama.

—Tengo entrenamiento de futbol y si llego tarde el entrenador me matara—dijo poniéndose la mochila en los hombros—Te veo en clase

Se despidió y salió de la habitación. Andrea era mi compañera de cuarto y una de mis mejores amigas, es la capitana del equipo femenino de futbol.

Me duche, me cambie y me maquille un poco. Mire el reloj y eran las 7:20 a.m., 10 minutos para que tocara el timbre, salí corriendo y vi que ya nadie estaba en el pasillo. Rayos.

Baje las escaleras, corrí por el césped que conectaba al campus de la universidad, llegue al salón y toco el timbre.

—Justo a tiempo—dije para mí misma. Me senté en mi lugar de siempre. Saque mis libros de inglés que era lo que tocaba a 1era hora.

Las chicas que se sentaban enfrente de mi susurraban palabras como "Mira que guapo es" "No tenemos oportunidad con el" "No habla con nadie" decidí ver hacia donde ellas veían y solo estaban observando al chico que se sentaba al final del salón.

Fidel Morris. El chico misterioso que no hablaba con nadie, el guapo desinteresado. Es muy raro no se junta con nadie y hasta dicen que nunca lo han visto comer en la hora del recreo. El me inquietaba, me da curiosidad que es lo que pasa por su mente. ¿Por qué tan misterioso? ¿Por qué no hablar con nadie? Es realmente inquietante.

El profesor entro y empezó su clase, Andrea todavía no llegaba. La van a castigar de nuevo.

En eso entro sin aliento y con el cabello aun escurriendo de agua, no sé si es porque se ducho o es sudor, espero y haya sido por la ducha.

—¿Qué paso?—dije inclinándome un poco para que me escuchara.

—El entrenador nos estaba diciendo instrucciones para el próximo partido y aparte me tuve que bañar porque sudaba con una cerda—dijo con cara de asco.

Eso hizo que una carcajada se me saliera por accidente haciendo que todos voltearan a verme, rápidamente me tape la boca y me acomode en mi asiento.

La hora se acabó y el profesor salió y me senté viendo a Andrea.

—¿Qué haremos el fin de semana?—pregunte emocionada.

—Creo que estudiare para los exámenes de la próxima semana—dijo apoyando su cara en la paleta del banco.

—Por dios Andrea, que flojera—dije un poco molesta.

—No es mi culpa que tú seas un maldito genio—dijo dándome un pequeño golpe en la cabeza.

—Ándale, te ayudo a estudiar o mejor aún te paso las respuestas del examen—dije convenciéndola.

—¿En serio?—dijo levantando su cabeza rápidamente.

Asentí y pensábamos en que íbamos a hacer, en eso entro el profesor y comenzó la clase. En ocasión volteaba al fondo a ver al chico misterioso...bueno se llamaba Fidel. Su rostro blanco, ojos cafés profundos sin ninguna expresión, facciones perfectas cabello negro que algunos mechones largos caían por su rostro.

Me devolví a mirar la clase, aunque fuera guapo y tuviera todo perfecto, era más que claro que nadie podía acercarse a él. Era una pérdida de tiempo.

A la hora del recreo Andrea y yo nos sentamos a comer en una mesa dentro de la cafetería.

—Diablos ¿qué haremos?—dije picoteando mi comida.

—Ni idea—dijo Andrea comiendo sin para.

Oh no la tarea de literatura. Salí corriendo hacia el casillero, porque entrando del recreo tocaba. Abrí mi casillero y empecé a buscar entre los libros.

—Genial, aquí esa—dije emocionada.

Alguien gritaba mi nombre así que voltee para ver quién era. Era Belinda la chica "popular" por decirlo así.

—Al fin te encuentro, donde se meten tú y Andrea—dijo.

—Estábamos comiendo, solo que vine a buscar la tarea, ¿Por qué?—pregunte curiosa.

—Ten una invitación, es el sábado, cumplo años, te espero ahí—me dijo guiñando el ojo y se fue.

Genial nuestro fin de semana estaba hecho. Cerré mi casillero y camine por el pasillo, vi que estaba Belinda con un chico, me acerque para ver quién era...era ¿Fidel? Me pare detrás de la pared para escuchar un poco...solo un poco.

—Toma es una invitación a mi fiesta de cumpleaños.

—No me interesa—dijo y se fue.

Intento fallido.

Entre a la cafetería y busque la mesa donde estaba Andrea. La vi y me senté.

—¿A dónde fuiste? Me dejaste sola—dijo molesta.

—Lo siento, mira lo que me dio Belinda—dije pasándole la tarjeta—cumple años el sábado y hará fiesta, hay que ir.

—Definitivamente, las fiestas de Belinda son lo mejor—dijo.

Entramos al salón y ya casi todos estaban sentados, el profesor entro después de nosotras.

Me quede pensando en lo que había pasado con Belinda y Fidel... ¿Por qué no acepta a nadie? ¿Quién diablos era? Era realmente inquietante.