10: Un adiós.

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-Deberías elegir aquel que te ame, pero elegiste al que amas; así hice yo, y ahora soy un gato perdido. Bien, el amor es como un laberinto. ¿A dónde habrá ido mi hilo rojo del destino?- leí.      -Bien, muchas gracias Leah...- dijo el profesor.

Segundo año de preparatoria, me tocó en un salón diferente al de Eve. Desde esa vez, ya no puedo sentir nada, es como si me hubiesen privado de todo sentimiento, como si estuviera encerrada en una jaula. A veces él me saluda y viene a buscarme hasta el salón, claro, le respondo el saludo, pero trato de alejarme lo más que pueda.

-En un libro leí que según la mitología griega, los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. Ante el temor de su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de sus otras mitades- escuché entre pláticas de unas compañeras, eso parecía totalmente absurdo, me guiaba más por la leyenda china del hilo rojo del destino.

No se puede obligar a nadie a amar, pero si se le puede enseñar a como quererte como mereces.

Era ya la graduación de la preparatoria, el último año, nos volvió a tocar juntos, pero ahora nos separaremos de nuevo.

-Siento mucho que tu mamá no haya podido venir a la graduación- dijo.    -No importa, ya estoy acostumbrada, siempre falta a eventos importantes-     -Nos vamos juntos?-     -No estoy bien-      -Leah, nos vamos a separar de nuevo, tu estarás en una universidad diferente a la que yo...-      -Eve, mis sentimientos hacia ti no van a cambiar, y eso es suficiente para hacerme feliz- dije y me fui de la escuela, al fin y al cabo, el evento ya había terminado.

Realmente lo voy a extrañar mucho, extrañaré sus chistes malos, su sonrisa, su amabilidad, todo de él.

El hilo rojo.Where stories live. Discover now