4: Un hilo.

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Leah Hepburn.

Ya era hora de ir a la escuela, regresé a la ciudad y volvería a ver a Eve. Me sentía muy nerviosa, no sé como reaccionar frente a él, pero aún así, quiero que todo sea a como era antes... los dos juntos.

-Leah, ya vámonos-      -Si, ya voy- dije y subí al auto con mamá.

Al llegar a la escuela, tenía que buscar el salón D-5, ese sería el salón donde estaré todo el año. Me pregunto, que salón le tocó a Eve?

-Leah?-  Voltee y era Eve. Inmediatamente me sonrojé y me puse nerviosa.      -Si?- dije sin poderlo ver a los ojos, pero él parecía estar muy alegre y sin cuidado.      -Leah- dijo y me abrazó.     -Ho-Hola Eve-      -Te he extrañado mucho- murmuró, y eso me hizo sentir tranquila.       -Yo también te he extrañado-  Y respondí a su abrazo.

Fuimos al mismo salón de clases, quizás fue coincidencia, pero estaremos juntos todo el año.     -Oye, y como va tu relación con esa chica? Cómo se llamaba? Oh si, Sarah- pregunté y de repente se puso serio.      -Ella... rompió conmigo, y para mi suerte, estará en el mismo salón que nosotros- respondió, y lo único que pude hacer fue colocar mi mano en su espalda.       -Lo siento, pero yo estaré contigo- dije sonriendo, él volteo a verme y rió un poco.     -Estaré seguro a tu lado?-        -En primaria tu siempre me protegías de los demás, ahora es mi turno-       -Bien... Ahora que te veo, sigues teniendo el cabello largo, sólo tus anteojos cambiaron-     -Crees que debería cortármelo?-       -No, te miras bien así- dijo, y me sonrojé. Si es así, nunca me lo cortaré. 

En el descanso, nos quedamos en el salón y compartíamos almuerzos.      -Mis padres se divorciaron, mi papá siempre está trabajando, así que me quedé a vivir con mis abuelos- dijo y pude comprenderlo, porqué estamos en la misma situación.        -Entonces estamos igual, mis padres también se divorciaron, y mi relación con mi mamá no es muy buena, siempre llega tarde del trabajo, así que siempre estoy sola en casa-

Ahora que volví a estar con Eve, no creo que eso me moleste.

-Te parece si hoy... vamos a algún lado?- Al oírlo me sorprendió y fue inevitable no sonrojarme. -A dónde?- pregunté. -No lo sé, a comprar un helado, al centro, de compras... donde tu quieras ir-

Porqué me está invitando a salir? A caso está... pasando por la pubertad?

-Creo que... está bien- respondí. -Te sientes bien? Te ves muy roja- Por favor, no sigas siendo así.

El hilo rojo.Där berättelser lever. Upptäck nu