Capítulo 04

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Los mejores abuelos.

En cuanto el auto comenzó a avanzar, Natalie comenzó a cuestionarme hasta el motivo por el que seguía vivo

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En cuanto el auto comenzó a avanzar, Natalie comenzó a cuestionarme hasta el motivo por el que seguía vivo. Desde siempre mi hermana ha sido así, deja su parte dulce y cariñosa para Noah, y yo recibo la parte insoportable que te tienta a llamar a la mafia.

-¡No lo sé Natalie!

Mi hermana se concentra en su celular luego de mi grito, si bien de niños-antes de que cierto niño invadiera mi vida- éramos unidos, con el tiempo Noah se ganó a la menor de la familia quien si tuviera que salvar a alguno de los dos, se arriesgaría por el otro infeliz aunque por él tuviera que saltar al agua y por mí estirar la mano.

Al llegar a casa solo percibimos silencio, probablemente papá este encerrado en su estudio hablando con sus amigos y mamá en su cuarto haciendo quien sabe qué.

Ambos subimos las escaleras, Natalie corre hacia su habitación pero yo opto por ver a mamá.

Toco la puerta de su habitación-antes de ambos- mientras desarmo la corbata que comienza a asfixiarme. Lo único que logro oír es un pequeño gruñido, por lo que entro.

Nunca creí que vería a Leah Kate Brown Hamilton en ese estado, su piel estaba más blanca que de costumbre, sus ojos cafés no tenían brillo alguno, estaban opacos. Sus labios ya no eran rojizos, sino que estaban pálidos y resecos. Su cabello estaba despeinado como si no lo cepillara desde hace días.

-Mamá.

Me siento en el borde de la cama y ella no duda en abrazarme mientras mira en un punto fijo.

-Ambos están mal, deben arreglar las cosas-digo mientras aprieto levemente su hombro.

-No puedo, oculto algo demasiado importante en nuestras vidas-hablo con voz ronca-, ¿sabes? Al descubrir que él me escribía las notas me enamore perdidamente, cada palabra había llegado mi corazón, y años después confiesa que él no escribió las notas, que las escribió alguien más en nombre de él.

Mamá se queda en silencio y así nos quedamos durante dos horas, hasta que decido dejarla dormir, me despido dándole un beso en la frente y me marchó a mi habitación, en donde curiosamente Noah me espera.

-¿Acaso no sabes lo que dice el cartel de la puerta?-cuestiono- "Prohibido entrar, estoy intentando olvidar que alguien más habita en esta casa".

Noah no sonríe desafiante como siempre, solo me observa.

-No me digas que estas aquí por Judith-exclamo deseando que no sea cierto-, estas en una relación con Keira, ¡ella está más que enamorada! Tienes a la mujer que muchos desean, no la pierdas por caprichoso.

-Si tanto piensas así de Keira conquístala-dijo pausadamente.

-Ya se, soltaras alguna mierda extraña sobre que al ver a mi mejor amiga revivieron tus sentimientos.

Judith ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora