Capítulo 11 La lección más importante

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-Lo siento-, murmuré mirando a Marco, me senté en el sofá, la confusión era una sensación aterradora, una parte de mi, la parte consiente y quizás la mas rencorosa, aquella que le había dicho que éramos dos adultos solo teniendo sexo, esa se alegraba de la aparición de mi amigo pero la otra, la que mas dolía, la mayor aun cuando no sabía que hacer, esa quería ir con el, quería olvidarlo todo, pero no lograba olvidar, como se atrevía decir que yo había cambiado, cambié cada cosa que el criticó y al final el tenia razón, yo me había perdido.
-¿Qué pasa?-, preguntó Zoe , su novio seguía parado en la entrada del departamento, ella caminó hacia mí y se sentó a mi lado.
-nick estuvo aquí-, murmuré, ella miró a Marco y el asintió.
-Ya esta, no creo que te vuelva a molestar-, dijo ella, miré la bolsa que traía en las manos, Zoe había llamado hace poca mas de media hora, ya tenía el lugar de la boda, solo unas cuantas personas estarían invitadas, ella quería que yo mirara los folletos de la Agencia de viajes primero.
-No, creo no-, logré articular y en ese momento supe que aquello solo comenzaba, no volver a verlo debía reconfortarme pero no lo hacia.
Zoe y Marco había escogido una pequeña isla griega para casarse, el lugar era hermoso según se podía ver, y mi amiga esta feliz, radiante, sin embargo se fueron mucho antes de lo que me imaginaba, Marco me abrazó y desapareció dejándome a solas con mi mejor amiga.
-¿Estas bien?-, preguntó en un hilo de voz
-No, la verdad no-, contesté y ella me miró
-¿Puedo hacerte una pregunta?-, murmuré
-La que quieras-, contestó, dejo su bolso y volvió a sentarse en el sofá.
-¿Crees que soy mejor de cuando me conociste?-, susurré y ella abrió y cerró la boca, dudaba que comprendiera a ciencia cierta a lo que me refería
-Eres distinta tara, cuando te conocí eras alguien que se había jurado no dejar que nadie mas la lastimara, lo conseguiste, te convertiste en una mujer sensual, independiente, dura-, desvío la mirada y yo me senté a su lado.
-No me gusta esa descripción-, admití y ella me miró
-¿Esto es por nick ?-, preguntó
-Quiero mirarme al espejo y sentirme yo misma, sin mascaras-, seguí evitando su pregunta, no lo sabía con certeza, las palabras de nick me quemaban.
-Esta es la tara que yo conozco: mi mejor amiga es hermosa pero no por su ropa o su peinado, hermosa por que sonríe cuando algo sale bien, cuando ve a alguien divertirse, es amable, inteligente, perseverante, amorosa y si, solitaria. Tara  tal vez deberías empezar por reencontrarte con la tara que odia a nick , la tara que no ha olvidado ni superado todo lo que vivió, armoniza esa parte de ti y únela con la parte que aceptó en su vida a un nick años después-, la miré y ella me abrazó mientras yo lloraba.
A veces la vida es una sucesión de imágenes que pasan demasiado rápido, por días así me sentí, después de casi una semana de haber visto a nick en mi departamento me harté de ser un pasajero de mi propia vida, por la mañana después de bañarme me miré al espejo, me había puesto un traje blanco con una blusa azul, miré los lentes de contacto mientras cepillaba mi cabello, me miré detenidamente, la ondas de mi cabello caían por mis hombros, la luz que se colaba por la ventana del cuarto de baño se reflejaba en mi rostro, el camino de pecas casi invisible, desistí del maquillaje, me puse los lentes de contacto y brilló en los labios.
-Hola tara -, murmuré y por primera vez la imagen del espejo me sonrió.
Las piernas me temblaban al estar entre todas las personas que conocía, prácticamente era yo, la misma que ellos conocían, pero me sentía diferente, quería dejar atrás a la mujer que había tratado de cambiar para que todo el mundo la aceptara, quería ser yo, quería aceptarme yo, los días pasaron y la sensación de valor crecía en mi pecho junto con otro sentimiento que por las noche me hacia sollozar, junto con un vacío en el estomago y un dolor en el centro de mi corazón.
-¿Estás de acuerdo?-, preguntó Jane mientras releía la carta que íbamos a enviar a una de las marcas comerciales que se anunciaban en la revista.
Miré de nuevo mi oficina, al principio odiaba mirarla y recordar cada beso, cada caricia que había compartido con nick , ahora solo cerraba los ojos, miraba su cara mientras el nudo en el estomago se intensificaba seguido por la rabia, no debía pensar en el.
-No Jane, la verdad no pero confío en ti, si consideras hacer alguna corrección señálala y la miraré por la tarde, saldré un momento-, mi secretaria sonrió y asintió aun con gesto contrariado.
Cerca del edificio de la revista se alzaban los mas grandes edificios corporativos de la ciudad, rodeados de cafés y restaurantes, era el centro, donde todo pasaba, caminé entre la gente, tratando de despejarme, mi cabello volaba a través de mis hombros, el aire y el sudor se asentaba en mi blusa, “Que diferente es aquí a Forks”, le había dicho a nick , cerré los puños al hacerlo de nuevo, al permitirme pensar en el, cada pensamientos, cada línea de mi cerebro desenfilaba en el…

Esta Vez, Si (terminada)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora