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Mis manos estaban sudadas mientras me agarraba fuertemente de la chaqueta del traje. Seguía dándole la espalda no quería voltearme, no quería observarlo, la mirada de Alan me mostraba que estaba confundido que no sabía quien era.

– Liesel mirame por favor - Dijo de manera suave casi suplicando.

– Nena... ¿Lo conoces? - Miré a Alan y vi en sus ojos desesperación al verme y no era para menos. Temía de esto, lo sabía, sabía que algo podía pasar, debí irme apenas me enteré que Theo me lo dijo. Pero... ¿Porque me quede? ¿Porque no me fui?

Al ser humano le gusta predeterminarse a pesar de saber que está mal, no hacemos nada prevenir las cosas, solo nos dejamos guiar, aún así seamos conscientes de lo que puede pasar, no paramos; Como cuando dejas la llave del grifo abierta sabiendo de que el día de mañana te cortaran el agua o la factura contendrá cifras altas que pagar. Nos gusta predeterminarnos aún así sabemos las consecuencias no hacemos nada para detenerlo.  Y aveces pienso que eso nos llevará a nuestra propia extinción.

– Si lo conozco - mis manos tiemblan, y ya no puedo más. No puedo mirar más el rostro de Alan pidiendo explicaciones. - Hola Nathan - digo girandome observándolo a la cara.

No está Tan cambiado, su piel blanca igual como siempre con sus pequeñas pecas que diminutamente resaltan en sus pómulos y cuello. Sus ojos oscuros que están entre la línea del color negro y marrón, su cabello negro despeinado se ve como siempre. De repente se abalanza sobre mi abrazandome apretandome entre sus brazos.

– Te extrañamos tanto. - susurra en mi cuello - ¿Donde esta...? -

– Alejate de mi - Rugi alejándolo de mí. - No me toques, y no finjas que te importó, no seas falso Nathan.

– Liesel... yo...

– ¿Donde está Charlize y Jerry? - pregunte interrumpiéndolo, en algún momento Nathan me importó, pero luego de que me ignorara, de que creyera que estaba loca con respecto a la primera vez que me topé con Alan, que no creyera en mi, lo odie. Otra persona más que no creía en mi fue añadida en mi lista.

– Están Buscándote por alguna parte de la fiesta, Charlize ya casi no duerme, se ha dedicado a sólo buscarte, desapareciste sin dejar rastro, y Jerry también, casi no come, creímos que te había pasado algo. - me quedo en silencio sin decir nada. ¿Que podría decir? O si, el hombre que esta a mis espaldas me secuestro, y yo lo amo más que a nada. Me meterán en un psiquiátrico y a él a la cárcel, así que prefiero el silencio como respuesta. - ¿Quien es el? - mira como puede a Alan ya que parte de el, esta detrás de mi y yo obstruyo que Nathan lo vea.

Pero ahora; ¿Que podría decirle?

– Soy Alan Cale su...

– Novio. - finalizó mientras mi mirada hacía Nathan cada ves se hace más glacial y fría, su rostro mira a Alan con confusión y luego a mí.

– ¿Tú novio? - pregunta como si estuviera dolido y se que eso es sólo una farsa. - No perdiste el tiempo Liesel... - susurra y antes de preguntarle a que se refiere la voz tan conocida de mi mejor amiga se hace notar.

– ¡Liesel! - Grita con fuerza y con la voz rota, tiene un vestido rojo ajustado. Su rostro no lleva maquillaje por lo que logró ver las grandes ojeras y sus labios ahora resecos, Sus ojos verde brillante se ven opacos notando lo rota que está. Lágrimas tan finas y transparentes bajan por sus mejillas.

Viene corriendo y sin más voy hacia ella. Y la abrazo con fuerza. Mis lágrimas salen mojando por completo mi rostro, La extrañe. La extrañe demasiado Charlize a sido mi mejor amiga desde niña, me conoce de pies a cabeza y mas que a mi misma.

Dulce Estocolmo. © #MMA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora