- Hora de despertar dormilona – Escucho la voz de Alan despertarme de mi dulce y profundo sueño, Alan eres un idiota – Vamos a desayunar.
- Alan no seas idiota, déjame dormir.
- ¿Me dijiste idiota?
- Sí, te dije idiota – Le pegué con una almohada en la cara.
- Así que soy un idiota...
- Si eres un completo idio... ¡No! ¡No Alan! Por... favor.
Empieza hacerme cosquillas haciendo que me retorciera en la cama como un gusano.
- ¡Discúlpate Esel! ¡Discúlpate!
-Lo... siento...– Lagrimas empezaban a brotar de mis ojos – ¡Ya detente! ¡ALAN!
-Ya tregua – Deja de hacerme cosquillas para extenderme la mano – ¿Tregua Esel?
- ¡No! – Le salto encima golpeándolo con la almohada de nuevo en la cara mientras comienzo a hacerle cosquillas – Repite conmigo, Esel soy un idiota.
- ¡Esel...! No soy un idiota
- ¿Qué? No te entendí.
- ¡Esel!
- ¡Alan!
Sin darme cuenta Alan me gira quedando yo debajo de él, de nuevo, él toma de mis muñecas colocándolas sobre mi cabeza y se sienta a horcajadas sobre mí, sin apoyar todo su peso, porque el sabría que me aplastaría si lo hiciera. Nuestras respiraciones agitadas, y nuestras caras rojas por la risa, apuesto que la mía estaría igual de roja que la nariz de Rodolfo el reno.
¿Porque siempre pierdo en este juego?
- Alan... ¿Cuándo será el día en que gane en este juego?
- Esel... ¿Cuándo será el día que te portaras bien?
- Alan... ¿Qué día será en el que me castigaras?
Mi rostro debió ponerse más rojo en cuanto esas palabras salieron sin ser procesadas, me hacía mal la falta de oxígeno a mi cerebro eso era verídico. Eso era, esa era la causa.
- Esel... ¿Cómo quieres que te castigue?
Bueno creo que a los dos nos hacía daño la falta de oxígeno, y más como él lo dijo su rostro había vuelto a su color normal, pero sus ojos estaban más oscuros, y su voz salió ronca y sensual, como si decir eso fuera un placer para él.
Fue acercando más su rostro al mío, sus ojos se veían cada más oscuros cada vez que se acercaba más a mí, mi corazón latía con fuerza y trataba de retener mi respiración, cerro sus ojos y yo solo lo imité cuando sentí su respiración en el lóbulo de mi oreja me susurro;
- Vamos a desayunar Esel.
Mordió el lóbulo de mi oreja haciendo que un gemido saliera de mi boca sin retenerlo, sus ojos se abrieron a la par y mi rostro no pudo hacer nada que estar más y creo que imposiblemente mucho más rojo, me había escuchado.
- Si... si vamos a desayunar – Me separo de el entre tropezones y de forma nerviosa, levantándome de la cama, mientras él estaba sentado sobre la cama y mordía su labio inferior tratando de oculta la sonrisa que se asomaba en su boca - ¿Qué?
- Nada, ven vamos a desayunar
Asentí y empezamos caminar hasta la cocina, antes de salir del cuarto le salte encima a Alan, enrollando mis piernas en su cintura, todo el camino jugando de forma ridícula cuando llegamos a la cocina me dejo sobre la encimera, mientras buscaba lo necesario para empezar a preparar el desayuno.
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Dulce Estocolmo. © #MMA2017
Romance~1° LUGAR EN CATEGORIA ROMANCE EN LOS PREMIOS BLUE 2017 ~°1 LUGAR EN CATEGORIA ROMANCE EN LOS MASTER MINDS AWARDS 2017 Atrapada en un lugar donde sólo árboles nos rodean. Alan Cale, el hombre de dos esferas azules que me ha secuestrado, ¿con que pr...