Capítulo 31. (¿Orgullo?)

2.1K 144 32
                                    

¡Ya basta! -Dije cuando Vi que Leo le devolvió el golpe.

Anzel y leo se detuvieron.

- ¿Qué creen que hacen? Dije molestó.
- El se fue..dejandote una nota ridícula ahora vuelve después de 1 mes y medio como si nada. Y.. ¿tú le recibes? Pero me dices que si quieres andar conmigo. ¿Cuál es el juego Daniel? -Dijo Anzel. Mirándome muy serio.
- ¿Eres su novio? Me preguntó leo triste.

Juro que escuchaba varias voces al rededor hablando de mi. Veía a leo después a Anzel y así sucesivamente por varios segundos los dos me miraban y mis amigos no decían nada. Solo quería huir pero ya era hora de dejar de huir.

- Haber todo esto no hubiera pasado si tú Anzel.. no me hubieras presionado, te dije mil veces que iríamos lento y no lo hiciste. Es más todo esto no hubiera pasado si nunca te hubieras ido, dije mirando a Leo ahora yo triste. Y me fui a las canchas. Un buen lugar para distraerme.

Saque un cigarro de mi bolsillo hace mucho no fumaba y extrañaba la sensación. Pero no tenía con que encenderlo, ¿algo más podría arruinar el día?

De repente me cayó un encendedor del cielo. Literal, volteé era leo..

- Oh, venga.. que quiero estar solo. Enserio. - Dije fastidiado y nervioso.

Era incluso gracioso lo nervioso que me ponía al estar con el solamente.

- Solo estaré aquí. Fumaremos y ya.

El también saco un cigarrillo y lo encendió. Los dos nos quedamos callados. No pude evitar verlo. Enserio se veía más maduro y aún más guapo, su pestañas largas claras ya que le llegaba un rayito de sol. Perfecto para que estuviera capturado en mi cámara.
Pero, Al verlo fumar me di cuenta que su rostro seguía triste.. sentí que por fin estábamos en la sincronía. No estábamos siendo felices.

Giro a verme también, no me volteé y sonrió sin mostrar los dientes.

- Si te digo que te amo. ¿Responderías lo mismo? - Dijo serio y con una voz tan ronca que casi fue irreconocible.

Mis latidos se aceleraron no al mil, ni diez mil. Dios, lo amaba. Enserio lo amaba. Gire la vista hacia el frente y solo salió de mi un: "No".

- Dímelo mirándome a los ojos.
- Ya te lo dije. Me pare para irme, pero no tuve oportunidad el ya me estaba jalando hacia el. Los dos estábamos parados, el tenía sus manos en mis cachetes, estábamos tan cerca, sentía su respirar acelerado, me miraba a los ojos, después los labios y devuelta los ojos, se acercó tanto que me costó respirar. Mis piernas estaban apunto de doblarse o correr, pero no reaccionaban se quedaron ahí quietas.

- Te amo- Volvió a decir ahora con voz quejumbrosa, pidiendo perdón y rogándome que lo besará ya.

¿por qué hacia todo tan difícil? Lo amo, lo amo, mi Cabeza lo repetía una y otra vez. Me pregunté por qué no me besa ya. De repente se alejó.

- Dan, quiero que me perdones pero.. no voy a pedirte lo toda la vida. Lamento haberte ocultado la verdad, lamento haber arriesgado a tu familia y a ti. Pero dame una respuesta ya, no puedo con esto.

- Te perdonó.

Soltó una sonrisa enorme y estaba apunto de besarme. Pero ahora yo me aleje.

- ¡Hey! Dije que te perdonó, no quiero regresar. Estoy con Anzel.

Mi corazón me dió una enorme bofetada, sentí como las palabras rasparón en el.

- Ok, dijo en seco.

Solo vi que dió la vuelta y se fue lento sin girar a verme. Gire mi vista hacia abajo ahí se encontraba su encendedor metálico, lo tome y lo acaricié sabiendo que era el último recuerdo que tendría de el.

No sé en qué momento llegué a mi cuarto, deje caer la mochila. Mi costilla aún dolía así que me acosté despacio.

- ¡Hey! ¿A qué hora llegaste? ¿Por qué no tocaste la puerta?
- Traigo llaves, lucy.
- Luces fatal ¿aún te duele?
- Si. Dije soltando lágrimas de repente.
- ¡Hey que marica! Ni se te ve tan grave. Dijo observando mi costilla.
- ¡No tonta! Me duele el corazón. Dije entre llanto y risa.
- Ohh, lo siento. ¿es por leo?

Asentí. Me dijo que me quería, y que lo perdonará e intento darme un beso.

- ¿Y entonces? Ashh, los jóvenes son tan complicados. Ven tanto drama donde no lo hay. El te quiere tú lo quieres. Ya hermanito, razona.
- No es tan simple..
- ¿por qué no?
- Estoy con Anzel.
- ¿y qué?
- Como que .. ¿y que?
- Terminalo.

La mire con ojos de ironía.

- Pues si, quieres a leo por qué estás con Anzel, dime una buena razón.
- ¿por qué me quiere?
- Leo más.

Se paró y tomo el teléfono de la casa.

- Ten, termina no esto.
- ¡No! Y menos por teléfono.
- Ash, bueno.. haz lo que quieras, al rato no estés llorando por qué leo se canse de esperarte.
- Yo lo espere más de un mes.

Lucy guardo silencio.

- ¿Entonces es eso? Venorgullo.
- ¿Ehh? Volví a soltar una risa.
- Venganza y orgullo. Ya, estoy hablando enserio. No puedes estar sufriendo así, por nada.

Y salió de mi cuarto sin más.

Tenía el celular en la mano, observaba fotos de leo y yo. Sonreía cada que veía su sonrisa tan perfecta.

Fui a la parte de mensajes y empeze a escribir uno.

- *Hablemos..* -puse.
- Ok.
- No quiero seguir con esto, lamento haber entrado en tu vida y ahora irme así. Lamento lastimarte y lamento que todo esto no funcione por culpa mía. Se que todo es culpa mía. Gracias por las notas y los pocos días que pasamos juntos, creeme me hiciste bien, espero haberte hecho un poquito feliz. Y qué no te quedes con un mal recuerdo de mi. Si gustas y quieres estaré aquí para lo que se te ofrezca, hablando amigable mente. Gracias por todo.
- Me alegro que luches por quien quieres, me entristece que no sea por mi. Ojalá y en verdad te haga feliz y no vuelva a lastimarte.
- Me hace feliz créeme.
- Aquí estaré por si no lo hace.
- No esperes.
- ¿seguro?
- Seguro. Cuídate y enserio, gracias por todo. Se que encontrarás la persona adecuada, yo soy un desastre.
- No lo eres. Cuídate también.

Sentí como cuando cargas un montón de cosas y las dejas caer, así de bien me sentí en ese momento.

Lucy y yo estábamos jugando Wii, cuando llegó papá.

- Woo, ya estás mucho mejor, eso me alegra.
- Si, papá.. solo tengo moretones pero ya no duelen.
- ¿Qué tal la escuela?
- Bien...
- ¡Daniel termino con Anzel! Grito lucy contenta.

A papá se le formuló una sonrisa enorme.

- ¿por qué les alegra tanto? Dije sorprendido.
- Por que mereces ser feliz hijo.
- Lo soy.
- Lo sé. Dijo tocando mi brazo. Oye, se quedó en el carro está bolsa.

Dijo mientras me la extendía, era la bolsa de regalo de Leo. Recordé que no había visto lo que tenía solo la carta.

Subí a mi cuarto, y la abrí tranquilamente, una sonrisa enorme se me formó, lo primero que se veía era una foto de ambos, de aquel día que me pidió que fuera su novio en el auto, antes de llegar a la escuela. Nos veíamos realmente felices. Luego había otra cajita está tenía un brazalete que tenía grabado nuestras iniciales. Y finalmente una bufanda, mi favorita de el, ahora mía, con su olor.

No podía seguir castigando me así, me metí a bañar, me cambie, me peine y me a perfume. Me puse la bufanda y el brazalete.

- Iré a buscar a Leo. Dije cuando baje.

Papá sonrió. Está bien hijo. Le sonreí y salí de la casa. Cuando llegue a su departamento tome un respiro profundo y toque la puerta. Parecía que no estaba pues no se escuchaba nada de ruido. Pasaron unos dos minutos cuando abrió.

Recién salido de bañar, con una toalla en la cadera, su cabello despeinado, incluso aún tenía gotas de agua en su cuerpo, su cara era de asombro y alivio, quizá.

Yo solo alzé los hombros en mi defensa y le sonreí.















Mejor Juntos [COMPLETA] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora