Red Moon [RM #01]

Red Moon; Segunda Parte.

Último capítulo!! De esto solo faltaría el epílogo y luego... mmm... luego ya no hay nada UnU

Noticia, ayer regrese al país (hermoso y precioso México) Wow!! Y en mi viaje logre conseguir Norte y Sur Parte Tres!! Pequeño SPOILER no se dice nada si Malina y Hakoda se casan, pero si se quedan juntos :3

Capítulo dedicado a: ClarissaMH MariaCDF _Dunst_

[Katara]

Toph estaba sentada a su lado, golpeando el piso con la punta de su bastón de forma impaciente. El silencio en la sala era tal, que podías escuchar el aleteo de una mosca. Katara ya alcanzaba a escuchar los susurros impacientes entre los asistentes.

Sokka ocupaba el lugar principal en el estrado, acompañado por el resto del Consejo, sin embargo, el lugar del acusado permanecía vacío.

Katara estaba tan impaciente como el resto. Aang debía de haber regresado con Koemi hace horas. Al principio, la tardanza había sido pasada por alto, pero los minutos se convirtieron rápidamente en horas y el sol ya comenzaba a desaparecer en el horizonte.

¿Que podía estar pasando en el Templo? ¿Acaso algo andaba mal? La sola idea le ponía los pelos de punta a Katara. Giró la mirada hacia las grandes puertas del recinto.

Ellos cruzarán esas puertas en cualquier momento, en cualquiera.

A su lado, Toph golpeaba el suelo con su bastón metálico. Katara se llevó una mano al cuello, sintiendo su collar de compromiso ¿Donde estaba Aang? ¿Donde estaba Koemi? Sus ojos atraparon los de Sokka a unos metros de distancia de ella y el chico le hizo las mismas preguntas en silencio.

El día había empezado tan bien que ella había tenido confianza en que todo resultaría favorecedor. Despertó con Aang a su lado, viendo el hermoso brillo en su mirada y después de que él partiera en busca de Koemi, la Maestra Agua había tenido una agradable conversación con Toph.

Katara le hablo sobre lo que había ocurrido, omitiendo evidentes partes del relato que Toph no necesitaba saber, pero por el accidente de esa mañana, ya se podía imaginar. La Maestra Tierra también parecía emocionada y Katara casi podía escuchar en su voz algo parecido a la ilusión y se preguntó que podía haberle pasado para estar tan feliz.

Pero ahí estaban de pronto; la perfecta sincronía del día interrumpida.

Katara puso su mano sobre la de Toph, deteniendo el golpeteo impaciente de su bastón. Se puso en pie y sintió sobre ella la mirada de los asistentes, pero no les dio importancia. Cruzó la estancia entre los susurros de sus faldas y llegó junto a su hermano.