•| Niñero |• 《YoonMin 》 Finalizada.

Capítulo 22.

-¿Tienes tarea? -Me pregunto YoonGi, negué con mi cabeza sentándome en el sofá.

-No, hyung, no tengo tarea... Veamos la tele, estemos juntos.- Palmeé el sofá a un lado de mí, indicándole que se sentara a mi lado, YoonGi no dudo en aquello y se colocó a un lado mío.

- Mi pequeño nene.- Besó mi mejilla mientras me abrazaba por la cintura, con cuidado me senté entre sus piernas para luego encender el televisor. Esta vez colocamos en noticiero, no era algo que nos aburriese.- ¿Cuando son tus vacaciones, amor?

-Dentro de dos semanas, no falta mucho.- Recosté mi cabeza en el pecho de él. Escuchar su respiración era bastante lindo.

-Bueno, pequeño, tengo un par de boletos para volar a Madrid.- De inmediato giré a verle totalmente sorprendido. ¿Ir a Madrid? Dios santo....

-¿Dices Madrid? ¿España? ¿A España? - YoonGi soltó una pequeña risita asintiendo.

-Sí bebé, a Madrid, España.- Me lancé a a los brazos de mi hyung dejando besitos en todo su rostro.

- Yo... Pero necesito pedirle permiso a mis padres...- Murmuré formando un puchero.

-No, no es necesario si un mayor de edad va contigo, amorcito.- Me acomodé sobre sus piernas acurrucándome entre sus brazos.-

-Me encantaría ir... Pero, no me gusta que usted gaste dinero en mí.- YoonGi se acomodó de una manera para poder verme a los ojos.-

- Ya hablamos de eso, bebé, tú te concentras en la escuela y yo trabajo por el dinero... Deja de pensar en ello, yo voy a mantenerte, nene, eres mi niño...- Dejó un besito en mis labios a lo que le correspondí.

- P-pero hyung... - Suga me besó con lentitud a lo que cerré mis ojos correspondiendo a su beso.

Luego de un momento nos acomodamos en el sofá, ambos nos recostamos de costado, él se encontraba detrás mío abrazándome por la cintura, estábamos viendo una película, era Toy story 3, era lindo estar así.

- ¿No tenias tarea, pequeño? -Negué con mi cabeza.

- No hay tarea, hyung, como ya saldremos, es poco las cosas que nos dejan son mínimas y hoy no dejaron nada.- Besó mi cuello a lo que me estremecí un poco.

- Entiendo, amor, entonces tenemos libre la tarde.- Giré un poco mi cabeza para verle y le dediqué una sonrisa.

- ¿Podriamos ir a la cafetería y pasar la tarde juntos? - YoonGi me acarició la mejilla mientras asentía.

- Con gusto, hacemos un café delicioso, mi amor, espero que te guste, ve a arreglarte.- Me levanté del sofá de inmediato corriendo a la habitación para poder quitarme el uniforme del instituto, rápidamente me coloqué unos jeans y una camisa lisa de color amarilla, me coloqué unos mocasines y no faltó colocarme el abrigo, salí de la habitación caminando a la puerta.

-Vamos, hyung.- YoonGi se arregló un poco el cabello apagando el televisor, luego de ello vino hacia mí, sus brazos rodearon mi cintura y sus labios se estamparon en mi frente.

-Ya voy, tranquilo.- Abrió la puerta y ambos salimos de casa, la puerta se cerró recién salimos y juntos caminamos hacia el ascensor. Dentro de este YoonGi pegó mi espalda a la pared del cubículo metálico, él comenzó a repartir besos por todo mi rostro hasta terminar en mis labios.

- Hyung...- Murmuré con los ojos cerrados mientras acariciaba los hombros de mi acompañante.

-Sí, bebé, lo siento.- Al separarse brindó un par de caricias en mi cabello, las puertas del ascensor se abrieron y tomados de la mano salimos de este para luego salir del edificio.- ¿Te gusta nuestro auto?

-Sí, amor, es muy lindo.- Al llegar al auto, Suga abrió la puerta del copiloto permitiéndome subir primero, es que él era tan caballeroso. Rodeó el auto y se subió a este colocando la llave pero sin encender el auto.

-El cinturón mi amor.- Me indicó, ambos nos colocamos el cinturón de seguridad y sin más encendió el auto comenzando a conducir hacia la cafetería en la que trabajaba.

No tardamos mucho en llegar a la cafetería, la fachada de esta era súper hermosa, los ventanales eran preciosos, Suga aparcó el auto en la acera y ambos bajamos del auto. YoonGi me tomó de la mano y así ingresamos a la cafetería, el sonido de aquella campanita anunció nuestra llegada. Tomamos asiento en una de las mesas que estaban cerca de la ventana.

-Buenas tardes, ¿en que puedo atenderlo? -El mesero nos observó un momento y luego sonrió.- Hola YoonGi hyung, ¿que va a ordenar?

- Hola Mark, quiero ordenar dos capuchinos con caramelo y doble de espuma, ambos grandes, y dos rosquillas de chocolate, ¿que bizcocho quieres, cariño? -Me sonrojé un poco cuando me preguntó aquello frente a su amigo.

-¿Es su hijo, hyung? -Cuestionó el mesero que era amigo de YoonGi.

-No, no es mi hijo, es mi pareja Markkie.- YoonGi soltó una risita mirándome.- Ordena mi amor.

-Ah... Sí, yo quiero un par de roles de canela.- Brindé una sonrisa al chico mientras este anotaba su pedido.

-En un momento viene su orden.- El llamado Mark se fue dejándonos solos nuevamente.

Sujetó una de mis manos sobre la mesa y entrelazamos nuestros dedos mientras pláticabamos, YoonGi me decía sus planes en nuestro viaje hacia Madrid, mi móvil comenzó a sonar en aquel momento, era un número desconocido, por lo que contesté a la llamada mirando a mi hyung.

-¿Hola? - Dije esperando respuesta del otro lado.

-¿Jimin? Hijo... -Fruncí el ceño cortando la llamada de inmediato al saber de quién se trataba; mi padre.

- ¿Que sucede, nene? - Me preguntó YoonGi mientras daba suaves caricias a mi mano.

- Papá, pero le corté, no quiero hablar con ellos.-

-Amor, mejor dejen claro las cosas, tus padres te necesitan.-

-Me corrieron de casa, hyung... Sin importarles nada, no quiero nada de ellos.- Solté la mano de este para poder cruzarse de brazos.

- Pero amor... Tus papás reaccionaron por que pues estábamos besándonos.-

-No, no quiero nada de ellos.- La pantalla se encendió anunciando una nueva llamada, YoonGi con rapidez tomó mi celular y respondió.

-Sí, diga.- Respondió YoonGi.

Tardaron un buen rato hablando con aquella persona, persona por que yo ya no tenía padres. Cuando por fin cortó la llamada soltó una risita.

- Me Odiarás... Pero... Invité a tus padres a la casa.- Abrí mis ojos por la sorpresa y me levanté de inmediato caminando a la salida del lugar.

No iba a aceptar aquello.