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La misma boca con la que mientes está besándome

Y las mismas manos con las que matas están tocándome


Keim golpeaba la ventana, con su mano derecha metida en el bolsillo de su chaqueta y su cuerpo apoyado al coche. Tenia la capucha puesta, y aún así su cabello estaba húmedo y cubría sus ojos un poco, no sonreía y no mostraba esa lujuria de siempre.

Estaba enfadado, y yo también lo estaría si estuviera bajo la luvia con aquel frio.

Me miró fijamente y señaló hacia abajo, refiriéndose a la puerta, luego hizo como si bajara la ventana.

Negué con la cabeza.

Al ver mi negativa miró a su alrededor y se alejó un poco.

Me pasé al asiento delantero y lo observé rodear el coche. Cerré todas las puertas por dentro al darme cuenta de lo que intentaba. Encendí el motor e intenté mover el coche, pero seguía trabado en el barro.

Keim volvió a rodear el coche hasta estar junto a mí y miró dentro, quizás buscando algo. Él me miró un segundo y tragó saliva. Señaló mi suéter.

"¿Tiene frio? -pensé, dudosa- ¿O quiere que me lo quite?"

Señaló su propia ropa, desabotonando su chaqueta. Estaba amenazando con desnudarse.

Le saqué la lengua e hice entender que no me importaba apartando la mirada.

Puso los ojos en blanco ante mi indiferencia.

Me incliné y tomé el celular de vuelta. Seguía temblando por el frío. Dejé el celular en la guantera y busqué una manta en la parte de atrás.

No habíamos revisado el coche desde hace mucho, y allí seguía estando una manta de cuando yo era niña. La tomé y me sequé un poco el cabello. Bajé la cremallera del abrigo y me lo quité para secarme.

Keim comenzó a tirar de la puerta y, al ver que sus esfuerzos eran inútiles, amenazó con romper el cristal.

Cubrí mis oídos para alejar el ruido de los golpes. Estaba irritandome.

Me miró con diversión, tomó una piedra y me la mostró, levantando sus cejas.

No era capaz ¿O si?

Chillé al ver como lanzaba la piedra y cubrí mi rostro. La piedra pasó de largo sobre el auto, y él se partía de risa ante mi sorpresa.

Al parecer el muy degenerado disfrutaba de verme así,

Comenzo a escribir algo en el vidrio y vi las palabras "Hace frio" antes de que se borraran del todo por la tormenta.

Le fruncí el ceño y volví a secarme, ignorándolo del todo.

Se volvió, dándome la espalda. Intenté nuevamente mover el coche, pero no había caso.

Keim me miró con ojos fríos, haciéndome sentir incomoda.

Me deslicé a la parte trasera y él me siguió, interesado. Mi ropa estaba completamente empapada. Saqué una camiseta blanca y un lycra de mi bolso de la escuela, que solía guardar para emergencias como esa.

Keim me sonrió, observando. Me puse de espaldas a él para que no me mirara y me quité la camisa. Él sujetador estaba mojado también, pero no tenía repuesto para eso. Procuré que Keim no mirara y pasé las manos a mí espalda, quitando el broche. Aparté el sujetador y me puse la camisa seca. Me saqué los zapatos y el pantalón y me vestí sin mirarlo.

Miré a Keim, y él me miraba tan fijamente que sentí vergüenza.

No pude aguantar más su mirada. Cerré mis ojos, luego suspiré. Me arrepentiría, pero abrí la ventana.

𝐴́𝑛𝑔𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑦 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜𝑠  [#1/COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora