CAPÍTULO 8: Sí.

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Me miro en el espejo: el vestido en el que estoy me encanta, es cómodo, bonito, y negro, un color que parece que disminuye el busto a la vista.

-Estás hermosa. me dice Tyler. -¿De nuevo saldrás con tus amigos?

-No, saldré con un amigo, vamos a emborracharnos, y nada más.

-Hope, nunca hablamos...del beso. 

-Eh...esto...Tyler, no puedo ahora.

-Hope, por favor.

-Está bien, pero no hay mucho de qué hablar. Fue solamente un beso, nada más. -¿en serio? ¿fue sólo un beso? -Mira, hay un chico...me gusta. Austin es alguien que me gusta, y creo que también le gusta, ¿bien? Así que ve olvidando lo del beso...fue un error. -veo en sus ojos cómo le rompo el corazón, las lágrimas le indundan y amenazan con salir por sus mejillas. Y yo también siento que voy a llorar. -Perdón, pero es verdad.

Suena el timbre. -Vete. -dice. -Vete, no quiero verte. Necesito...estar lejos de ti.

Cierro los ojos, dolida. Cada una de sus palabras es como una apuñalada. Corro a la puerta, y me abalanzo sobre Austin, abrázandolo. Me presiona contra él y trata de abarcar mi cuerpo con sus manos.

-Hope, ¿estás bien?

-Sólo...abrázame.

No dice nada, y sigue abrazandome hasta que me separo. -Vamos.

Maneja hacia un restaurante y nos sentamos en una mesa reservada de dos personas.

-Hope, espero que estés bien. -dice, al terminar la cena y cuando estamos en la puerta del departamento, todavía me queda una semana para que la apuesta termine y me pued amudar a casa, una semana  que sé que no será algo bueno, no con Tyler. -Y...tengo que decirte que...-respira. -Me gustas. Me encantas. ¿Quieres ser mi novia?

Sonrío levemente. -Sí, si quiero.

Me devuelve la sonrisa, se acerca a mí, y me besa. No siento como si el mundo no existiera, pero aún así, el beso me gusta, me gustan sus suaves labios, y su aroma masculino.

-Mejor ve a dormir, así mañana te despiertas temprano para el instituto. -dice.

-Sí, claro. Nos vemos. -me besa en los labios, corto, por última vez, y entro sonriendo como una tonta al departamento, flotando en las nubes.

-Lo besaste. -dice Tyler.

-Pues claro. Él me gusta, yo le gusto, hay química.

-Por Dios, Hope. Es Universitario.

-¿Y? No me lleva tantos años, sólo tres.

-Fue acusado de violación.

-¡Pero se retiraron los cargos, porque resultó no ser culpable!

-Lo que digas, Hope, lo que digas.

Camino a mi cuarto, me cambio en mis pijamas, y me acuesto en la cama. Algo rechina, siento una movida, y caigo en el suelo rodando. Se ha roto una pata de la cama, no sé por qué, y está tumbada hacia la izquierda.

-Mierda.-arranco las sábanas de la cama, las hago un bollo, y luego las estiro sobre el sofá, armando un precario lugar en dónde dormir esta semana. Pero es bastante duro.

-Hope, ¿qué haces en el sofá?

-Mi cama está rota, y bueno...

-¿Planeas dormir aquí? Dios, ven. -me toma la mano y me para. -Dormirás en mi cama.

-Pero...¿tú dónde dormirás?

-En mi cama, obvio.

-¿Qué?

-Por favor, ¿qué tiene de malo?

Miro su cama, y se ve muy tentadora y cómoda. -Bien, dormiré aquí. -me acuesto y me tapo hasta la barbilla con la frazada. -Tyler, ahora que soy la novia de Austin, deberías retirar la apuesta.

-¿Estás loca? Claro que no. Voy a aprovechar esta semana como nunca he aprovechado algo.

Miro su rotro, reflejado por la luz de la luna, parece triste, apenado...

-Tyler...

-Hope, si te digo que retiro la apuesta, te irás. No quiero que te vayas. Abrázame, ven.

Sonrío tristemente, apoyo mi rostro en su pecho, y me rodea con sus brazos cálidos.

-Te quiero, Hope.

-No lo hagas más díficil, Tyler.

-¡No lo hago más díficil! Sólo te soy sincero. Te quiero, y tú también me quieres, aunque solo como amigo, y eso es lo que lo hace más díficil. Pero créeme que terminaré conquistándote.

***

Paso la pasta de la cacerola a los dos platos y los dejo sobre la mesa.

-Debería alargar la apuesta. -me dice, y me atraganto con los espaguetti.

-¿Estás loco? Los amigos de Austin probablemente me consideren una puta, ¿vivir en TU departamento y ser SU novia?

-Pues si te ama eso no debería de importarle.

-Mira -digo, enfadándome. -Una apuesta es una apuesta, ¿vale? Estoy aquí esta última semana, porque la apuesta era un mes, y por más que quisiera vivir en mi casa, o con Austin, o con quien sea, menos contigo, no puedo, por una maldita apuesta. -prácticamente grito. -¡Y no es de tu incumbencia si me ama, o no!

Suelto el tenedor, que cae sobre el plato produciendo un sonido metálico rechinante, y corro a mi habitación, donde me lanzo sobre la cama y abrazo a un peluche mirando mi foto de Austin, que tengo como fondo de pantalla. Es tan hermoso...

Me remuevo, confusa. ¿Por qué dije que quería vivir con cualquiera menos con él? Me salió del interior, pero...¿es en serio?

Me meto bajo un chorro de agua caliente y canto, para tapar mis pensamientos, mientras lavo mi cabello y mi cuerpo.

No somos perfectos, solo polos opuestos,te amo con fuerza te odio a momentos... canturreo la canción de Malú, una cantante española, pero en mi idioma.

Cuando salgo, envuelta en una toalla anudada bajo las axilas, veo a Tyler parado en la puerta de mi habitación.

Le paso por al lado, ignorándolo, y entro a cambiarme, pero me aferra el brazo y me da vuelta.

-Hope, ¿qué te pasa?

-Me quiero cambiar. -digo, tan fría y cortante como puedo.

-Hope...

-Me quiero cambiar. 

Presiona los párpados juntos, y asiente, como si le costara tragar.

Me suelta, corro al armario, y me visto con lo primer que encuentro: una blusa blanca con motas violetas y unos jeans azul marino.

Me calzo unas zapatillas violetas, tomo mi móvil, y llamo a Austin.

-Necesito verte.

A los cinco minutos suena el timbre, corro a abrir, y en efecto, es Austin, que me mira preocupado.

-Quiero...salir de aquí un rato.

Asiente, y caminamos por el barrio tomados de la mano.

Cuando estoy más calmada, y decido volver para estudiar y hacer la tarea, Austin dice algo que nunca pensé escuchar de él, no tan...pronto. Aunque no es pronto.

-Te quiero. 

Dos simples palabras, pero que conllevan tanto en su interior. ¿Lo quiero? ¿Lo amo? ¿Es sólo diversión lo que obtengo?

Le sonrío, le beso en los labios, y me deslizo dentro del departamento, sin contestarle, y pensando en que no me venrdría nada mal una ducha para acallar los pensamientos, pero, son pensamientos que al fin y al cabo tendré que desenmarañar.

¿Qué es lo que siento por Austin? ¿Y qué siento por Tyler? ¿Es nuestra relación una relación de amor-odio? ¿O simplemente odio?

Quizás hice mal en pensar en que podíamos ser amigos.

Y quizás, tal vez quizás, hicimos mal en no ser más que amigos.

Maldito patán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora