Una cubeta de agua fria

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Atena miro su telefono. Se habia quedado sin bateria justo en ese momento, que necesitaba realizar una llamada urgente. Decidio ir directamente a la oficina de Liam, de todas maneras, se anunciaria en la recepcion para no incomodarlo.

La torre donde se encontraba el trabajo del moreno estaba cerca de su facultad, por lo que no le tomo mucho tiempo llegar hasta alli. Una vez recorrido el gran hall de entrada, se anuncio con aquella carismatica pelirroja que estaba como recepcionista.

-Andrea ¿como estas? -la saludo amablemente.

-¡Atena! Has vuelto, ¿buscas a Liam?

-Si, claro.

-Dame un segundo y ya te comunico.

La castaña espero, conteniendose. Estaba ansiosa y solo queria abrazar a su prontamente novio.

-Dice que subas. ¿Recuerdas que piso es? 

-Claro, gracias Andrea -se despidio con una sonrisa, aquella muchacha irradiaba alegria.

Subio por el ascensor puesto que la oficina del moreno estaba en uno de los ultimos pisos. Se arrincono contra una de las esquinas y alli cerro los ojos y respiro profundo. Pensar que en una situacion similar se reencontro con la persona que amaba...

Bajo rapidamente del elevador, aun la ponia nerviosa. Se dirigio hacia aquella oficina de paredes de vidrio con vista espectacular a la ciudad y sin llamar, entro.

-Que hermosa y tentadora sorpresa... -ronroneo aquel muchacho, observandola con deseo.

-Perdona que llegue sin avisar, es que necesitaba estar contigo... -dijo ella, sintiendose avergonzada por tomarse atribuciones que quizas aun no le correspondian.

-Puedes venir cuantas veces quieras, bonita, a mi no me molesta. -le respondio, acercandose, rozando su mejilla. Noto que habia algo mal en ella, sus ojos se veian tristes y opacos y sus manos temblaban ligeramente. Llevaban separados cuatro años, pero aun recordaba como se ponia cada vez que algo la entristecia. -¿Que es lo que pasa?

Atena no lo soporto mas y lo abrazo con fuerza, soltando toda la angustia que llevaba reprimiendo en el camino hacia alli. Sollozo contra su hombro, sintiendose libre de expresar aquel dolor que tenia porque su mejor amiga, su hermana, no comprendier lo feliz que era al lado de Liam.

-Hey, Teny... No llores, dime, cuentame que te sucede, pero no llores que se me viene el mundo abajo... -le susurro el moreno. No mentia, ver aquel rostro de angel derramar gotas  saladas era un tormento para el. No podia ni queria verla asi, solo deseaba quitarle sonrisas a cada momento.

-Es que... es que... -decia ella, hipando. -Es que Lucy me dijo cosas horribles... porque le conte lo que paso anoche...

En ese momento, la puerta de la oficina se abrio de par en par, interrumpiendolos. Liam se puso blanco, por lo que Atena giro rapidamente para ver que era lo que lo habia alterado. Mariela estaba parada en la puerta, cruzada de brazos, con expresion altanera en el rostro.

-¿Y esto? -pregunto con desprecio.

-Mar... yo... Atena... este... -El moreno era incapaz de articular una frase completa, de su boca solo salian palabras sueltas que nada explicaban. La castaña espero a que dijera algo coherente, que de una vez por todas terminara su relacion con la traidora. Pero nada sucedia, Liam no podia decir nada entendible.

-¿Tu que, Liam? ¿Atena que? Menos mal que tenias mucho trabajo querido, ¿por que pierdes el tiempo con poca cosa? ¿Que hace ella aqui? -La morena tiraba dardos envenenados y la castaña hacia todo lo posible para contenerse. Es que aquella mujer lograba sacar lo peor de ella, y ese no era el lugar para practicar lucha en el lodo.

Volviendo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora