Me giro y lo primero que veo es mi aspecto en el espejo. Mentira, lo primero que veo son los músculos de su ancha espalda moviéndose mientras rebusca la crema de afeitar, y luego mi espantoso aspecto de zombie de The Walking Dead. Creo que todos nos hacemos una idea, no hace falta que lo describa. Me apoyo en el marco de la puerta y me cruzo de brazos, sonriendo de medio lado.

-Así que no es una leyenda eso de que los chicos malos tienen su lado dulce...

Me encuentro con su mirada a través del espejo y su sonrisa maliciosa se curva hacia arriba.

-Así que no es una leyenda eso de que las niñas buenas se convierten en malas cuando sus papis no están. -responde sin dejar de mirarme.

Los nervios me suben por la boca del estómago y tengo que respirar hondo para calmarlos. Touché.

Baby de Justin Bieber suena por toda la habitación y murmuro un "mierda". Ese es mi teléfono. Eros me mira acusador antes de soltar una carcajada, seguro pensando en lo "cría que soy". Debería haber cambiado el tono de llamada, pero ahora ya es tarde. Lo busco y luego descuelgo.

-¿Ariadna?

-Hola Reese. ¿Que...tal estás? -frunzo el ceño. Ella nunca suele llamarme por teléfono.

-Bien...

-Verás... ayer en la fiesta, bebiste demasiado e hiciste algunas cosas... -hace una pausa y yo no dejo de preguntarme a donde narices quiere llegar.- Alguien ha subido un vídeo tuyo a internet bailando encima de la mesa de mi salón. Solo quería que lo supieras, ya que...

-¿Qué? -digo confundida mientras un recuerdo borroso comienza a llegar a mi.- ¿Quién ha sido?

-Un anónimo.

Me llevo las manos a la cabeza. Eros sale del cuarto de baño y comienza a buscar algo en el armario sin prestar mucha atención.

-Siento mucho haberte dejado sola, supongo que ahora no recordaras nada y estarás muy confundida, espero que me perdones. -dice suplicante.

-Si... claro, gracias por avisar Ariadna.

-De nada. -suspira.- Entonces, ¿no recuerdas nada más...?

-No... -digo negando con la cabeza, aún que no pueda verme.- ¿Lo dices por algo...?

-No. -contesta rápido.- Era curiosidad. Bueno, tengo que colgar, espero que se solucione, te quiero. -dice antes de que se corte la línea.

Me siento en la cama y entro a redes sociales, y efectivamente, veo el vídeo. Aparezco yo moviendo las caderas de una forma bastante provocativa con una canción de rap. Lo peor de todo, es que casi todo el instituto lo ha visto, y han comentado cosas como "esa es la chica de la harina" "pensaba que Reese era una chica buena" "no sé qué pensaría su padre si viera esto" o algunos "vaya culo". Pensar que estoy haciendo el ridículo otra vez delante de todo el instituto me carcome por dentro. Logra hacerme un nudo en el estómago que no puedo deshacer y siento que en cualquier momento comenzaré a llorar.

-¿Qué pasa Russell? -pregunta Eros. Va vestido con una camiseta negra de manga corta y unos vaqueros negros. Está guapísimo, pero ni si quiera puedo fijarme mucho. Me levanto del colchón y le pongo el móvil en las manos de forma brusca.

Mala influencia®  Where stories live. Discover now