– ¿Pasa algo? –preguntó John notándome nerviosa.
– Sí –tartamudeé–... Esuché a mi mamá hablar con la tía Mimi por teléfono diciendo algo sobre mi y sobre tí –respondí insegura.
– ¡¿Qué?! –gritó John.
Y se tapó la boca con ambas manos, pues había gritado demasiado fuerte.
Nos quedamos callados rogando porque no lo hayan oído.
Pero entonces, vi como Mimi subió y comenzó a decirle a John cosas que no pude oír pero que supe que eran regaños.
Oh, no.
Solo pude oírla cuando me descubrió observándo la escena.
– ¡¿Qué hacías con Michelle?! –gritó a John.
Entonces volteé rápidamente al lavadero y retomé lo que hacía anteriormente con nerviosismo.
– Te dije que no andes con ella, no quiero tener problemas con su madre. Te prohíbo verla –y eso fue lo último que escuché.
Me alarmé y lo único que pude hacer fue dirigirme inmediatamente lo más cerca posible a él para gritarle.
– ¡John no te vayas!
– ¡Te veré pronto no te preocupes! –respondió John tratando de soltarse de Mimi consiguiendo que ella se enfade más
– No griten de ese modo jovencitos –nos regañó para luego llevarse a John abajo.
Rápidamente bajé en busca de mi madre.
– ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡No podré volver a ver a John! –le dije triste.
– Como siempre debió haber sido –respondió.
La miré incrédula, ¿cómo podía decir eso?
– Ese chico no te beneficia en nada –continuó provocando una innundación en mis ojos–. Siendo dos años mayor que tu lo que debería hacer es cuidarte y no lo hace.
No quise verla más, no podía creer que me prohíban ver a mi mejor amigo.
Subí a mi cuarto y me encerré a llorar hasta que me quedé dormida.
+++
Me desperté con la voz de mi madre que me llamaba a cenar. Al parecer había dormido mucho. Bajé con pesadez, no quería verla. Y entonces, sonó el teléfono. Corrí a él aprovechando la situación.
– Buenas noches –dije.
– ¡Michelle! –respondió una voz conocida.
¡Era él!
– John –susurré realmente alegre– ¿La tía Mimi te ha dejado usar el teléfono?
– No te preocupes, acaba de salir. ¿Que te ha dicho tu mamá? –preguntó.
– Nada bueno –respondí–, sabes que siempre dice que no deberíamos ser amigos. ¿Y Mimi te ha dicho algo?
– Nada bueno tampoco, pero eso no importa. ¿Qué hacemos mañana? –preguntó animado.
¿Cómo podía estar tan contento luego de haber sido fuertemente regañado?
– ¿Mañana? Creí que no podríamos vernos –dije triste.
– ¿Quien dice?
– Pues... La tía Mimi –dije tímida.
– ¿Y qué? No importa. Nos vemos mañana en el parque como siempre –dijo emocionado.
– Eres todo un rebelde –dije riendo.
– Yo también te quiero –dijo burlón.
Colgué y fui a cenar con mejores ánimos.
+++
A la mañana siguiente me levanté, me duché, me puse uno de mis típicos vestidos y bajé a desayunar tan alegre como siempre pues se me había olvidado lo de ayer.
Ya en la tarde mi madre se arregló un poco.
– ¿Qué haces mamá? –pregunté.
– Oh, es que me invitaron a salir –respondió– ¿Quieres venir conmigo?
– No, gracias –respondí.
Mi madre salió y me quedé sola en la casa.
– Vaya... –dije triste viendo a todos los niños jugando en el parque desde la ventana de la sala.
Y de pronto alguien tocó la puerta.
Bien, sé que no debo abrirla, pero qué aburrido está este día para mí. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Me dirigí a la puerta y la abrí.
ESTÁS LEYENDO
Across The Universe
FanfictionLas palabras surgen a raudales como una lluvia infinita en un vaso de papel Se deslizan al pasar Desaparecen a través del universo Charcos de tristeza, olas de alegría flotan en mi mente abierta Poseyéndome y acariciándome Nada cambiará mi mundo...