Capitulo 2

961 56 3
                                    

– ¿Pasa algo? –preguntó John notándome nerviosa.

– Sí –tartamudeé–... Esuché a mi mamá hablar con la tía Mimi por teléfono diciendo algo sobre mi y sobre tí –respondí insegura.

– ¡¿Qué?! –gritó John.

Y se tapó la boca con ambas manos, pues había gritado demasiado fuerte.

Nos quedamos callados rogando porque no lo hayan oído.

Pero entonces, vi como Mimi subió y comenzó a decirle a John cosas que no pude oír pero que supe que eran regaños.

Oh, no.

Solo pude oírla cuando me descubrió observándo la escena.

– ¡¿Qué hacías con Michelle?! –gritó a John.

Entonces volteé rápidamente al lavadero y retomé lo que hacía anteriormente con nerviosismo.

– Te dije que no andes con ella, no quiero tener problemas con su madre. Te prohíbo verla –y eso fue lo último que escuché.

Me alarmé y lo único que pude hacer fue dirigirme inmediatamente lo más cerca posible a él para gritarle.

– ¡John no te vayas!

– ¡Te veré pronto no te preocupes! –respondió John tratando de soltarse de Mimi consiguiendo que ella se enfade más

– No griten de ese modo jovencitos –nos regañó para luego llevarse a John abajo.

Rápidamente bajé en busca de mi madre.

– ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡No podré volver a ver a John! –le dije triste.

– Como siempre debió haber sido –respondió.

La miré incrédula, ¿cómo podía decir eso?

– Ese chico no te beneficia en nada –continuó provocando una innundación en mis ojos–. Siendo dos años mayor que tu lo que debería hacer es cuidarte y no lo hace.

No quise verla más, no podía creer que me prohíban ver a mi mejor amigo.

Subí a mi cuarto y me encerré a llorar hasta que me quedé dormida.

                                                                      +++

Me desperté con la voz de mi madre que me llamaba a cenar. Al parecer había dormido mucho. Bajé con pesadez, no quería verla. Y entonces, sonó el teléfono. Corrí a él aprovechando la situación.

 – Buenas noches –dije.

 – ¡Michelle! –respondió una voz conocida.

¡Era él!

 – John –susurré realmente alegre– ¿La tía Mimi te ha dejado usar el teléfono?

 – No te preocupes, acaba de salir. ¿Que te ha dicho tu mamá? –preguntó.

 – Nada bueno –respondí–, sabes que siempre dice que no deberíamos ser amigos. ¿Y Mimi te ha dicho algo?

 – Nada bueno tampoco, pero eso no importa. ¿Qué hacemos mañana? –preguntó animado.

¿Cómo podía estar tan contento luego de haber sido fuertemente regañado?

 – ¿Mañana? Creí que no podríamos vernos –dije triste.

 – ¿Quien dice?

 – Pues... La tía Mimi –dije tímida.

 – ¿Y qué? No importa. Nos vemos mañana en el parque como siempre –dijo emocionado.

 – Eres todo un rebelde –dije riendo.

– Yo también te quiero –dijo burlón.

Colgué y fui a cenar con mejores ánimos.

                                                                 +++

A la mañana siguiente me levanté, me duché, me puse uno de mis típicos vestidos y bajé a desayunar tan alegre como siempre pues se me había olvidado lo de ayer.

Ya en la tarde mi madre se arregló un poco.

– ¿Qué haces mamá? –pregunté.

– Oh, es que me invitaron a salir –respondió– ¿Quieres venir conmigo?

– No, gracias –respondí.

Mi madre salió y me quedé sola en la casa.

– Vaya... –dije triste viendo a todos los niños jugando en el parque desde la ventana de la sala.

Y de pronto alguien tocó la puerta.

Bien, sé que no debo abrirla, pero qué aburrido está este día para mí. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Me dirigí a la puerta y la abrí.

Across The UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora