Capítulo 6 - Nuevo trabajo, noche sin luz.

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Capítulo 6 - Nuevo trabajo, noche sin luz.

Narra Daniela

Me levanto al medio día, lo bueno de los miércoles es que puedo dormir más porque solo tengo una clase y es a las dos de la tarde. Genial ¿no? Camino con mis cosas hasta el baño, esta ves no tengo que entrar antes que Diego por que adivinen que...¡El renacuajo debe estar en la universidad! Lo que en el mundo de Daniela Bech significa, paz, amor, armonía, felicidad y muchas buenas vibras. A la hora salgo del baño, creo que hoy tardé un poco. Camino hasta la cocina y veo en la nevera lo que hay. No tengo ganas de comer sandwich y por alguna razón que desconozco aún...no como Corn Flakes. Me daba pena y coraje decirlo pero... extrañaba y necesitaba a Diego en estos momentos. Pero el renacuajo inútil no estaba en la casa. Tuve que desayunar un triste y pobre yogurt de guineo y fresa. Terminé de alistarme y subí al auto.

Sonreí con malicia mientras manejaba hasta la universidad. Busqué el número de celular de Diego y lo llamé. ¿Que cómo tenía su número? Fácil, habíamos intercambiado números el primer día de convivencia por si algo llegaba a pasar.

- ¿Para que soy bueno?

- No, no eres bueno. ¡Eres malo!

- ¿Estás en tus días Daniela? - preguntó riendo.

- No, lo que sucede es que es tu deber hacerme de comer. ¡Sabes que no se cocinar!

- Woo woo, para el caballito Danielita yo no soy chef de nadie.

- ¿Sabes algo?

- ¿Qué? -preguntó aburrido.

- ¡Me desmayé por tu culpa! - digo dramática.

- ¿En serio? ¿Ya estás bien? - sonaba preocupado, que tierno, idiota.

Río para mis adentros - Por suerte estoy bien. Pero en la enfermería me dijeron que debo de desayunar y hacer tldas mis comidas muy bien y a su hora. - estaciono el auto y bajo de este.

- Pues...come mejor entonces. Y aprende a cocinar.

- Es que tú no lo entiendes pero yo no estoy hecha para cocinar. - digo acercándome a la parejita besuqueadora.

- Ajá...oye.

- ¿Qué?

- Debí haber aceptado el regalito de tu padre.

Frunso el ceño - ¿Qué regalo? ¿De qué hablas?

- Es que tenía un asunto importante y como comprenderás sin gorrito no hay fiesta. - me quedo sería y niego.

- ¿No se supone que estás en la universidad? - cuestiono.

- Si pero yo estudio y tambien aprovecho el tiempo.

- ¡Eres un cerdo, Diego! - digo y cuelgo la llamada.

Mis dos amigos se me quedan viendo con una sonrisa en sus labios.

- Diego, Diego, Diego - dice Michelle.

- ¿Hasta cuando van a ocultar su romance? - pregunta Rodrigo.

- ¿Cuál romance tonto? - digo haciendo una mueca. Miro mi reloj y veo la hora ¡mierda! - ¡Me tengo que ir, se me hace tarde! - digo corriendo hasta el anfiteatro.

(...)

- No se preocupe señora, claro que puedo cuidar de sus cinco perros. - le sonrió a la señora de unos setenta años.

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