Capítulo XL: No Te Olvides De Mí

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—¡Sabes que no! ¡Eres TÚ la que me pasa los trabajos!

—Bueno, siempre hay una "premiere fois", o sea, una primera vez —Allye tomó a Sarah del brazo y entró al interior del colegio a paso apresurado.

Jake deseaba hacer lo mismo, en verdad, pero no pudo seguir de inmediato a sus amigas: estaba confundido, y no en el sentido de un universitario novato de sexualidad ambigua tras pasar la noche en la cama de un amigo "especial" de su mismo sexo, pero no por eso menos abrumador.

—¿Qué está pasando? —se preguntó

Ese día estuvieron callados, sin poder siquiera encontrar sus miradas o al menos la más pequeña sonrisa; era una carga sentirse así, pero había una cuestión aun si debida respuesta:

¿Iría el otro?

La noche del baile había llegado, y Allyson había tomado una decisión: no iría.

—¡No lo haré! ¡No pueden obligarme!—se repetía constantemente, aun en ropas holgadas de descanso—. ¡Es solo un impulso tonto! ¡Pero al final de cuentas soy una mujer inteligente, y mi cerebro manda, no mis tontas hormonas!

Su hilo de ideas fue interrumpido al escuchar el sonido del timbre de su puerta; Allye pasó a su ventana, y vio que se trataba de Jake.

—Hola Allye... —saludó Jake, muy sorprendido al ver la apariencia de su amiga.

Su pelo era brillante, muy colorido, lacio y provocador de ser tocado y sentido entre los dedos; su rostro, maquillado elegantemente, no demasiado, no muy poco, resaltando la belleza de sus ojos y de esos labios de color rubí que invitaban a ser sentidos por los suyos a su vez; y más sorprendente aun...

...Allye estaba usando un vestido...

...era del color favorito de Allyson: un tono purpura, sin hombros, y el largo de su falda llegaba a la rodilla, haciendo lucir justo lo necesario de esa piel como para sentirse tentado a admirar todo el día, remarcando una majestuosa y elegante figura de cisne, completados por unos zapatos de tacones altos que, de hecho, Jake recordó que jamas había visto a Allye tampoco usando calzado de ese tipo.

—Jake...llegaste...entonces...

—Allye, luces...increíble.

—Gracias...sólo me tomó violar las leyes de la lógica y el tiempo para quedar así...

—Le has aprendido trucos a Sarah, al parecer, pero te ves tan preciosa qué...casi necesitarían una prosa "Twilightesca" para describirte.

Ejem...Y tras la belleza en la que Allye estaba convertida, y de insultar sin buscarlo al presente narrador de los eventos, Jake a su vez pidió un momento para él.

—Espérame dos segunditos...

Jake saltó a unos arbustos, y después de un pequeño instante, salió con un pantalón de tela negra y una chaqueta que hace juego empalmado sobre su camisa de "The Libertines".

—Hey...luces bastante bien —Allye le dijo.

—Gracias...creo que lo de Sarah también se me ha estado pegado; sólo falta ver si ganamos la habilidad de hacer estatuas con hígado picado y poder provocar lluvia de salchichas del cielo.

—Bueno, no esta noche que vamos a salir y no quiero andar con todo apestado.

Tras la oración de Allyson, ambos chicos permanecieron en silencio, tratando de apartar sus ojos del otro, más siempre cayendo en la misma trampa como victimas de un extraño magnetismo.

—Allye, tengo que preguntar porque...luces muy bien, probablemente lo mejor que jamas te haya visto, pero eso solo me hace pensar...¿Qué es esto?

El Club de HopewellWhere stories live. Discover now