Capítulo XXXVII: Rock & Suck

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Con el paso de los días la banda siguió practicando y refinando sus detalles, con Allyson como auxiliar y ayuda, pero más que con los demás miembros del grupo, ella giraba en torno a Ryan; ninguna pregunta era lo suficientemente pequeño: una palabra que sonará extraña, o fuera de lugar que no quedara con el ritmo o el estilo de la melodía, cualquier cosa era razón para ir a buscarlo. Fueron días extraordinarios para la joven pelirroja.

—¿Saben algo que me molesta bastante? —Sarah comentó mientras los tres veían la televisión en el sofá de la familia Martin.

—¿De qué se trata?— preguntó Jake.

—¡Como detesto cuando los programas de comedia que empiezan graciosos se vuelven dramáticos hacia el final! ¡Caramba, como me repatea eso!

—¿Quieres decir, cuándo empiezan con esas tonterías de conflictos amorosos y sentimentaloides?

—Tú si sabes, amici.

—Ni lo digas, eso me encabrona también —Jake respondió, fingiendo cierto asco en su expresión—. Uno ve esas cosas para apagar el cerebro por unos minutos, obtener risas fáciles, ver el escote que usa la chica sexy en el episodio y luego seguir con tu vida.

—Y eso sin contar que muchos olvidan la parte de "re-conectar" el cerebro.

Pero en una conversación sin demasiado sentido, había una voz faltante: una voz particularmente quejumbrosa.

— Allye, ¿está todo bien?— Sarah preguntó.

—Sabes que no— interrumpió Jake—. Ella está demasiado ocupada pensando en su novio Ryan.

—Él no es...

— Por favor, no digas que "no es tu novio"— Sarah fue la que irrumpió en ese momento—. Sabes bien que en éste tipo de historias cada vez que alguien dice "no es mi novio" es porque deseas con toda el alma que lo sea.

—¡Bien, bien! no lo diré —Allyson respondió mientras se levantaba del sofá—. Por cierto, una nota pequeña: creo que ustedes dos han visto demasiada televisión.

—Y tú lees demasiadas historias de romance en la Internet —Jake replicó.

Pero ella no estaba de humor para burlas; en ese momento, lo que ocupaba su cabeza se encontraba a dos niveles: en uno superficial, el asunto de la canción y el concurso de talentos...

...Y en uno mas profundo, mas enraizado en el corazón de esta chica, como una mala hierba que sabes que hace daño pero no te puedes quitar, se encontraba el deseo de ser algo mas para Ryan que solo su letrista; claro, una hierba en sentido figurado, no como si se tratara de una amapola o algún otro tipo de planta alteradora del estado mental, pero dado lo mucho que conocemos a Allyson y compañía, no estorban las aclaraciones.

Pero, ¿dónde termina un sentimiento rebelde y cualquiera, y donde comienza algo verdadero y sincero? No sólo ilusiones o sueños, sino aquello que es genuino; bueno, si obtener la respuesta fuera así de sencillo, Allyson, o más bien, todos que tuviéramos un corazón, sabríamos ahorrarnos una o dos decepciones en la vida.

—¡Magnifico Allye!—exclamó Ryan en el receso del día siguiente, en los pasillos, a Allyson—. ¡Esos cambios de ritmo quedaron increíbles, y se ajustan mejor a tu letra!

—Gracias...—sonrojada la joven contestó.

—Nos salvaste el cuello Allyson, no se cómo podemos agradecerte.

—¡Ya pensaremos en algo!—Allye respondió al instante, con un volumen mas ruidoso del usual, y sólo dándose cuenta después de pronunciar la última letra de las implicaciones de tal oración.

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