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Él era un chico. Gastón era un chico que lograba hacerle latir el corazón a Mike más rápido de lo normal, ¿Muy tonto? Tal vez. Quizás el hecho de que no sea algo normal lo haga cada vez más fascinante.

Mike solía esconderse de él para no quedar en ridículo pero lo veía siempre en sus prácticas de futbol y se lamentaba el hecho de que nunca podría tener una relación con él, ni siquiera una de amigos. Y es que aunque lo intentara no podría mantener una conversación estable con él estando en sus cinco sentidos. —Me da miedo su rechazo—Se dijo a sí mismo. —Pero haga lo que haga igual lo conseguiré.

Y es que Gastón no era de la clase de chico que a Mike le debería gustar, Gastón era de la clase de chico que él debería detestar, pero dicen por ahí que el amor es algo ciego y uno se enamora de quién menos se lo espera.

Es un poco triste también el hecho de que a pesar de todo lo que Mike siente por el pelinegro, este nunca podrá enterarse del todo, porque el amor no se puede definir ni porque uno lo desee, el amor no es tan fácil como un juego de ajedrez. Y sí, el ajedrez es un juego difícil, así que podrás darte cuenta de que las cosas son un poco complicadas.

—Michael, ¿Puedes pasarnos el balón? —Le preguntó Gastón provocando que el chico se pusiera nervioso. Buscó rápido la pelota y la tomó para luego darle una mirada, lo que haría a continuación era algo muy importante por lo que debía hacerlo relajado, o bueno, intentar que pareciera estarlo. — ¿Piensas pasarlo o te quedarás mirando la pelota con cara de bobo? — Mike volteó rápido a verlo y se sonrojó, dio un suspiro para luego lanzarle la pelota al pelinegro, este la atrapó y le dio una pequeña mirada. —Buena lanzada, Mickey. —Le dijo para luego alejarse

—Sí, realmente fue buena. —Le dijo una voz a su lado, volteó a verlo y se dio cuenta de que era Andy.

—Hola. —Le dijo sentándose, Andy le sonrió y volteó a ver a los jugadores.

—El número veintitrés tiene unas increíbles piernas. —Dijo. — ¿Tú qué opinas?

—Que el número cinco está incluso mejor que él, diría que es el más guapo de toda la cancha. —Se rió viendo como Gastón corría detrás de Evan intentado quitarle el balón.

—Estás en lo cierto compañero. —Le dijo. —Debo admitir que tus gustos son increíbles. —Mike se rió. — ¿Qué harás hoy al salir?

—No sé, probablemente me vaya a mi casa.

— ¿Quieres ir a una presentación teatral? Mi hermana actuará y me obligan ir a verla.

—Claro, entonces te espero al salir.

—Me parece bien. —Le sonrió— ¿Es una cita?

—Las citas me gustan. 

Él era un chico [#EEUC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora