Las voces de Reese y sus amigas resuenan en la planta de arriba junto a una música adolescente, están cantando la canción a pleno pulmón y pegando saltos. A Bruce parece no importarle. Por unos instantes, me pregunto qué habrá pasado con la madre de Reese, vi una foto suya en un marco nada más llegue aquí y debo decir que era igual que ella. Quizás pasó algo serio y por eso Bruce la trata de esa manera. Unas risas estallan en el piso de arriba. Dios mío, no sé cómo aguanta Bruce esto.

-¿No crees que malcrías mucho a tu hija? -le pregunto sin dejar de masticar.

-¿No crees que no eres el más indicado para darme consejos de educación? -responde. Esa ira que no conseguía dominar cuando era más joven comienza a surgir en mis entrañas, pero consigo normalizarla, no puedo desatarla otra vez así como así.

-Da gracias que estoy cumpliendo bien mi trabajo. Eres toda una excepción Bruce, deberías de estar orgulloso.

-Según lo que me ha contado Reese estoy bastante contento. Parece que te lo estás tomando enserio. -no paso en alto la manera en la que lo dice, frunciendo un poco el ceño. Y también sé que Reese le habla bien de mi porque le conviene, sino ya estaría despedido.

-Para eso me pagas, ¿no?

-Si, espero que solo sea por eso. -hace una pequeña pausa.- Ya sabes cuáles son las consecuencias si te acercas a ella más de lo debido. -murmura levantándose de la mesa.

Y tanto que las se, adiós vida de rico, hola cárcel.

-No es por contradecirte Bruce, pero tu hija no es una súper modelo. Relájate. -digo acompañándole. No es como si no me pudiera resistir a ella. Reese es guapa, hay que admitirlo, pero he visto muchas chicas que están mil veces mejor que ella. Aún así Reese tiene algo que me llama mucho la atención aún que aún no sepa que es.

-Para mi lo es. -contesta caminando hacia su despacho.- Tengo que irme unos días a Orlando a aclarar un caso. Es algo peliagudo, así que no puedo hacerlo desde aquí.

-¿Cuantos días?

-Algo más de una semana. -casi sonrío en su puta cara al oírlo, pero me contengo. Algo más de una semana para estar a solas con Reese.- No te separes de ella ni un segundo, ¿de acuerdo?

Asiento con la cabeza.

-¿Cuando te vas? -no puedo evitar estar contento al enterarme de que voy a poder molestar a su hija sin peligro de que me pille y me deje en la calle. Últimamente hacer que se enfade se está convirtiendo en una de mis actividades favoritas.

-Mañana. Ya he aclarado todo en el instituto, puedes asistir sin ningún problema.

-De acuerdo.

Una vocecita a nuestras espaldas hace que nos giremos. Es esa amiga rubia y pequeña de Reese, Lily.

-Reese pregunta si podemos quedarnos a dormir. -le sonrío y veo como comienza a ponerse roja.

-Eeehm, si claro. -contesta Bruce amable ordenando el papeleo.

-Genial. -va a darse la vuelta cuando la llamo.

-Espera Lily, voy contigo.

Juntos caminamos hacia las escaleras. Ella mira hacia abajo, cohibida, cuando llegamos a la planta de arriba, se para en medio del pasillo y observo sus grandes ojos azules mirándome mientras apoya la espalda en la pared.

Mala influencia®  Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon