T E N

6.6K 621 223
                                    

Después de lo ocurrido Harry estaba sentado en las bancas de la cancha. Su uniforme de deportes puesto y su mirada puesta con atención en las porristas que se encontraban ensayando su rutina; y no era porque alguna de ellas llamara su atención, no, sino porque el mataría por estar ahí, pero seguro no lograría entrar.

Sacudió su cabeza un par de veces para alejar esos pensamientos y ahora puso su vista en Zayn, el mayor estaba jugando football junto con los demás chicos.
En el equipo contrario estaba Louis, pudo notar la forma en que miraba a Zayn, con un notorio desagrado; varias veces por la cabeza de Harry pasó el que quizás a Louis no le agradaba Zayn por celos, pero esa idea fue descartada a los segundos y supuso que simplemente no le agradaba.

El partido terminó. Un sudado y agitado Zayn corrió hasta Harry, quitándose la camisa al estar junto al rizado. Cualquier chica, incluso algunos chicos, hubieran babeado al tener aquella imagen. Pero Harry solo sonrió y extendió hacia él una camisa limpia junto con una botella de agua.

—¿Qué tanto pensabas, enano?— preguntó el ojimiel colocándose la camisa a la vez que se sentaba junto al menor.

Negó un par de veces con su cabeza. —Nada en realidad, tonterías mías. —

— ¿Entonces podrías decirme por qué te saltaste la segunda hora? Un par de amigos dijeron que estabas en la cafetería sólo.—

Segunda hora. Fue biología. Después de lo que pasó con Louis no sintió ganas de volver, pero no podía contarle a Zayn. No, el reaccionaría mal y solo causaría mas problemas. Así que escogió el camino fácil; mentir.

—Uhm, yo...¡no había almorzado nada! Sí, eso, y en verdad tenía mucha hambre, sabes. Entonces fui por comida.— quizás si no hubiera tardado tanto en buscar una excusa y no lo hubiera dicho tan nervioso, solo quizás Zayn le hubiese creído.

—Harry, apenas en la mañana me contaste el desayuno que te había hecho tu madre. Pancakes con miel, jalea y jugo de manzana. Lo repetiste tantas veces que hasta lo aprendí.— una de sus manos tomó la barbilla del ojiverde y lo obligó a verlo a los ojos. —Puedes decirme la verdad, Hazz. Quiero saber, me preocupo por ti.—

Harry mantuvo el contacto por 5 segundos, 5 segundos procesando si era una buena idea decirlo, 5 segundos pensando en los peores escenarios que podrían ocurrir, 5 segundos necesarios para acceder a contárselo.

—Me besó.— no ocupó decir el nombre, el morocho sabía perfectamente a quién se refería.

Y eso fue todo lo que Zayn necesitó para levantarse de su lugar e ir tras Louis. El rizado días antes le había contado cómo estaba las cosas con el ojiazul, no fue muy profundo, solo le dijo lo que todos sabían. Fueron mejores amigos pero ya no más.

Entonces en ese momento justo, Harry estaba corriendo hacia el pequeño circulo que se formó cuando el ojimiel tiró a Louis al piso de un puñetazo. Se apresuró a ellos y antes de que el castaño pudiera si quiera responder, el menor ya estaba entre ambos; con las manos en el pecho de Zayn.

—No hagas esto, por favor.— murmuro intentando encontrar la mirada del contrario, pero no, no lo escucho.

Las cosas solo empeoraron cuando uno de los amigos de Louis tomó a Harry por la espalda y lo alejo de ambos. Posteriormente otro de ellos sostuvo a Zayn y el ojiazul empezó a golpearlo en el estomago.

De la nada dos amigos de Zayn llegaron y se abalanzaron contra el que tenía sujeto al morocho; Oli. Así que aquella escena era constituida por Louis y Zayn golpeándose en el suelo, los amigos del ojimiel moliendo a Oli entre puñetazos y golpes; y el rizado retorciéndose en los brazos de su captor sin que éste cediera para soltarlo.

Y cuando parecía que las cosas no podían empeorar más se escuchó el pitido del silbato proveniente del entrenador, haciendo que la pequeña pelea parara y que las personas del circulo comenzasen a dispersarse.

—Todos ustedes.— señaló hacia los chicos que aún se encontraban ahí. —Los quiero en la oficina del director.—

Loulou.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora