Estoy asustada.
Confundida.
Despertar no se siente más como eso, todo parece un sueño.
Abro los ojos una y otra vez, frustrada hasta las lágrimas pues todo lo que veo es oscuridad.
Pasa un día.
Y otro día.
Muchos más.
No sé cuánto tiempo he estado aquí. Ni siquiera sé dónde es aquí.
Papá no deja de repetirme que todo está bien, mamá no deja de llorar. No he escuchado la voz de Chris, ni el llanto de Taylor y no puedo preguntar dónde están porque la oscuridad es demasiado aterradora como para hacer otra cosa que no sea llorar.
Lo último que recuerdo es felicidad y una canción que suena como el silencio. Es extraño, pero así se siente.
Y nadie me explica nada.
...
Las personas en el hospital son realmente amables conmigo. Incluso, hacen sonar las malas noticias como no tan malas.
Me explicaron que mis ojos están enfermos y que descansarán por mucho tiempo. Hasta que alguien sepa como curarlos del todo.
No me siento triste por eso, pero hay algo más que no me permite sonreír.
Las enfermeras se esfuerzan realmente por hacerme sentir bien. Me cuentan cuentos antes de dormir y están dispuestas a jugar conmigo aún cuando me he vuelto un poco mala haciéndolo.
Ellas me llaman Aurora, por mi princesa favorita. Yo las llamo tía Flora, tía Fauna, tía Primavera y tía Maléfica buena. No es mi culpa que no hayan más personajes femeninos disponibles.
Mi favorita es la tía Flora, es la que más me cuida y me cuenta cosas, por ejemplo siempre me habla de sus hijos y de lo traviesos que son.
Me prometió que antes de salir del hospital, me traerá a una de sus hijas pequeñas para que hable conmigo.
Tiene 4 años, pero dice que habla como si tuviera siete y que seguramente nos divertiremos mucho.
Espero poder conocerla.
...
Es la primera vez que siento un dolor tan grande.
Estoy en casa, pero no se siente como el hogar que dejamos.
Papá me lleva al lugar en que se encuentra Taylor. Y me explica que ya no regresará con nosotros.
Sólo puedo sentir la superficie del frío lugar en que ahora está encerrada.
...
Papá y mamá discuten mucho últimamente. Sobre mí, lo sé porque escucho la primera sílaba de mi nombre antes de que bajen la voz.
Chris está a mi lado, lo sé porque escuché su voz hace un momento. Escucho su respiración, parece intranquila.
Últimamente se me da muy bien escuchar, gracias a mi condición. O por culpa de ella.
...
Han pasado seis meses desde el accidente, la muerte de Taylor y mi ceguera.
Las cosas entre papá y mamá están un poco mejor.
Ella sigue aún demasiado triste. Como todos nosotros, pero un poco más.
Sin embargo, por fin ha llegado a un acuerdo con papá. Resulta que, efectivamente, las discusiones entre ellos eran por mí; Papá quiere que tenga una "vida normal", es decir, quiere que vuelva a la escuela, que pueda salir de casa y que vuelva a tener contacto con mis amigos.
