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— ¡Estás helado!—gritó.

—Shh...—contestó él ante el grito—No grites que aún van a descubrir que dormimos juntos—susurró divertido.

— ¡P-pero es que tienes los pies helados!—moderó el tono de voz, pero seguía quejándose igual— ¡N-no me toques!

— ¿Aún te enteras ahora? Creí que ya te lo había mostrado antes...

Lisa recordó aquel día. Aún sentía vergüenza al mirar a YongGuk y todo por culpa de él.

—B-bueno, ¡déjame!

Se dio la vuelta en la cama, pero no podía ir más allá.

Era un cama pequeña en la que, teóricamente, solo cogía una persona. Pero no. Ahí se encontraba ella. Metida en esa cama junto a él. A escondidas de todos.

Se suponía que ella dormía en la habitación de YongNam, mientras que los gemelos dormían en  la de YongGuk. Pero no.

YongNam había ido, a mitad de la noche, a su habitación y la había ‘’secuestrado’’, obligando a YongGuk a cambiarse de nuevo.

—Acaso... ¿no te gusta que durmamos así?—sonrió pícaro, algo que Lisa no pudo ver por la oscuridad.

Silencio.

—No me digas que ya te has dormido...

Silencio.

Estaba convencido de que ella no estaba dormida.

Tanteó su pequeño cuerpo bajo las mantas y, una vez que dio con el, metió  su fría mano entre la ropa.

Silencio. Sin embargo, notó perfectamente, como el cuerpo de ella se contrajo al sentir la fría mano contra su caliente abdomen.

—Sé que no estás dormida—susurró—Ignorarme tan solo empeorará las cosas.

Silencio.

—Muy bien. Tú te lo has buscado.

Fue entonces, cuando sus manos comenzaron a moverse que una risa comenzó a escucharse en aquella habitación.

—Shh...—volvió a susurrar él—Si no me hubieras ignorado, esto no habría pasado.

Ella refunfuñó por lo bajo.

— ¿Tienes sueño?

—Sí.

—Pues duerme.

— ¡Eso intentaba hacer antes!

— ¿En serio? No lo sabía—susurró. Le encantaba hacerla enfadar— ¿Estás enfadada?—preguntó segundos después. Al no encontrar respuesta por parte de ella se tomó ese silencio como un y se despidió—Buenas noches.

***

La mañana de aquel veinticinco de Diciembre, pasó rápidamente con la recogida de regalos y el reparto de  los que faltaban por colocar debajo del árbol de Navidad.

La conversación en la comida se tornaba divertida.

— ¡Se pasó una semana entera sin abrir su armario con el miedo que tenía de que le saliese un monstruo como en la película!—comentaba YunSeo, la madre de los gemelos y Natasha, con gracia.

— ¿Y aquella vez que se quedó afónico y se puso a llorar por miedo a no poder hablar más?—está vez fue Natasha la que habló, riendo con las anécdotas por las que YongNam pasó cuando era pequeño.

—Ya basta. Ya me habéis avergonzado bastante de mí delate de mi novia.

Silencio, fue lo que se escuchó en la mesa después de sus palabras, bueno, también se escuchó como alguien se atragantaba y comenzaba a toser.

— ¿Qué?—preguntó Natasha al dejar de toser.

Quitando a todos los presentes, YongNam seguía comiendo tranquilamente, a pesar de que a su lado, Lisa también se había quedado sin habla ante la repentina declaración de YongNam.

—Vaya. Creí que no nos lo ibas a decir nunca—comentó RyuJin— ¡Felicidades!—sonrió y comenzó a aplaudir.

Los demás, aún en shock por la repentina sorpresa, aplaudieron también.

YongNam, que seguía comiendo, tenía una sonrisa plasmada en la cara, mientras que Lisa, se ponía roja por momentos.

Miradas cómplices se extendían a lo largo de toda la mesa, hasta que Natasha rompió el pequeño silencio que se había formado:

—Entonces, ¿para cuándo la boda?

Ahora sí. Ahora fue el momento para que YongNam, se atragantase.

***

Mi vida, Mi sueño y TúWhere stories live. Discover now