Capítulo 23: |Olvidarla|

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—¡Lauren! —gritó fuertemente y escuchó a lo lejos unos ladridos de perros pero nadie me abre—. Lauren abre la puerta—vuelvo a gritar apoyando mi frente en la puerta sintiéndome inestable. Todo me da vueltas y Lauren no abre la puerta.

Estoy tratando de mantenerme estable para hablar con ella. Quiero hablar con ella de verdad y no decirle cosas de mi plan con Alex. No quiero hablar de negocios con ella, quiero hablar de sus ojos bonitos y de su ternura.

¡Lauren abre la puerta quiero besarte! —le grité golpeando fuertemente la puerta—. No me voy a ir, Lauren.

Vuelvo a golpear la puerta una y otra vez hasta que finalmente veo que una luz se enciende dentro de la casa. Me apoyó a un lado con mi frente pegada a la pared y respiró hondo tratando de que todo deje de girar. ¿Cuánto tomé? No lo sabría decir con exactitud aunque me parecieron dos botellas, ¿o serían cuatro?.

Últimamente cada noche trato de huir de los recuerdos en algún club donde trato de olvidar a Lauren. Algunas veces quiero olvidarla pero me es imposible olvidar sus besos, sus caricias y su forma de tocarme y hacerme el amor.

—Ábreme la puerta, mi amor—dije suavemente—. Por favor, Lauren. Te necesito conmigo. No puedo seguir así.

Escuché la puerta abrirse y al ver la luz cerré mis ojos de golpe. Necesitaba ver a Lauren pero sabía que a ella le molestaba tanto que tomara. Siempre que la llegaba a visitar ella se enojaba conmigo.

—Perdón por venir así pero quería verte—dije aun con mi cabeza pegada a la pared—. Vuelve conmigo, Lauren.

—Lauren no está disponible ahora mismo—dijo una voz que no reconocí y al abrir los ojos me encontré con una mirada marrón que sin duda no era la mirada verde de Lauren.

Mi mirada era inestable así como todo mi cuerpo pero pude ver un cabello negro y largo y una mirada acusatoria. Había otra mujer en la casa de Lauren.

—¿Me equivoqué de casa? —murmuré con dolor—. Quiero ver a Lauren Jauregui ¿La conoce? Es una doctora preciosa, y la amo mucho pero ella me dejó y vengo a rogarle que me perdone.

—Creo que será mejor que te pida un taxi, Camila—dijo la mujer y yo la observé sin saber porque ella conocía mi nombre y yo no conocía el suyo. La vi acercarse a tomar mi bolso y otras cosas del piso y suspiré recordando que le había comprado una rosa amarilla a Lauren, su favorita.

—¿Quién es usted? —susurré—. Por favor lléveme a casa de Lauren.

—Esta es la casa de Lauren—me dijo y yo respiré hondo—. Ahora mismo no puede atenderte porque está en la ducha.

Mis ojos fueron hacia la mujer y observé su pijama. Unos shorts y una camisa de tirantes rosa. Iba con unas sandalias y en ese momento la verdad me golpeó fuertemente.

—¿Quién eres tú? —la mujer respiró hondo y en ese momento Lauren apareció a su lado con su cabello húmedo mientras la camisa se pegaba a su cuerpo como una segunda piel.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó Lauren y yo olvidé por un momento a la otra mujer.

—Mi amor—yo intenté moverme pero fracasé en el intento cuando sentí unos brazos sostenerme y el olor del shampoo de Lauren penetrar mis fosas nasales de una manera increíble—. Mi amor—ella me vio con tristeza.

—Estás completamente borracha—dijo Lauren con su voz cargada de dolor—. No me extraña que sea así—Lauren dirigió la vista a mi coche y yo traté de seguir y al verla abrir los ojos sorprendida—. ¿Chocaste tu coche?

—Una cerca sin importancia—dije observándola—. Compré una rosa para ti...ella la tiene—Lauren dirigió su vista a la mujer que estaba con el bolso de Camila en su mano y respiró hondo.

Coffee at Midnight  (Camren)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora