TÚ, MI GRAN DECEPCIÓN

VII

(DICIEMBRE 2015)

Ya era tiempo de que tu bebé naciera. Todos los días de diciembre esperaba encontrarme en fb con esa noticia, hasta que me llegó un mensaje tuyo contándome que ya tenías a tu bebé contigo. Te imaginé inmensamente feliz. Traté de también sentirme feliz, pero no fue así, yo jamás podría sentirme feliz sabiendo que tenías un hijo con otra persona. Que aquello que yo hubiese querido contigo, tú lo estabas cumpliendo con alguien que no era yo.

Me puse a revisar el perfil de Facebook de la mamá del bebé y vi una foto del recién nacido. Aunque no lo creas, mis manos comenzaron a temblar y casi hasta me pongo a llorar, pero no lo hice. Controlé esas estúpidas lágrimas que jamás debían rodar por mis mejillas. Y luego... luego vino una insensata sonrisa. "Que cosita más tierna" dije, ¡hasta le di un beso a la foto! Tu bebé me pareció un alguien pequeñito extremadamente tierno. 

Pero su ternura no fue suficiente para borrar mi sufrimiento.

Me costó mucho hacerme a la idea de que ya eras padre. Me costó mucho tratar de continuar con mi vida como si nunca hubiese ocurrido nada entre tú y yo.

Lo único que hice el día que me contaste que ya había nacido tu bebé fue decirte: "felicidades" Felicidades porque ese mismo día murió el amor que sentía por ti.