IV

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(FEBRERO 2015)

Aquella decisión de olvidarme de ti no me sirvió de nada. Cada día que pasaba te extrañaba y te necesitaba. Anhelaba intensamente que ya fuera tiempo de que salgas de ese lugar para volver a verte y tenerte a mi lado. Es que me hacían mucha falta los momentos graciosos que pasaba contigo.

En la penúltima semana de febrero recibí una llamada tuya. La verdad es que en el momento que llamaste al celular de mi mamá, yo no me encontraba en casa. Estaba en un cyber y de repente, un niño que es mi vecino, pasó por allí diciéndome que mi mamá me había mandado a llamar. Cuando llegué a casa me dijeron que tú me habías estado llamando al celular. Escuchar aquello hizo que un mundo de emociones recorrieran por todo mi cuerpo. Timbré al número del que me llamaste, me contestó una mujer diciendo que era tu hermana; ella me dijo que te llamara después de un ratito, así que esperé. Diez minutos después el celular timbró.

Escuchar tu voz me hizo estremecer completamente. Recordé que me había dicho a mí misma que no te quería volver a ver ni a escuchar más. Justo en ese momento me di cuenta cuan enojada estaba que por eso había tomado esa decisión incorrecta.

Después de haberte preguntado cómo estabas me contaste cosas que ya no recuerdo muy bien y al final me dijiste que muy pronto saldrías de ese lugar e irías a hablar conmigo. Eso último quedó martillando en mi mente. Martillando porque no sabía qué mismo sería eso de lo que me hablarías. 

TÚ, MI GRAN DECEPCIÓNWhere stories live. Discover now