II

27 2 0
                                    

(DICIEMBRE 2014)

Ya habían pasado más de cinco meses desde que me había enterado del "problema" que tienes. Mi mamá jamás me pidió que dejase de ser tu amiga, es más, me dijo que tratara de darte consejos y hacerte ver que aquello no estaba bien. Es que, en esos tiempos sí le agradabas a mi madre y ella quería verte bien, quería verte como el amigo mío que tan bien le caía. Y decía que cuando se quiere se puede y que si yo te lo proponía tú sí podrías. 

Eso era lo que ella decía, en cambio yo por mi parte, ya me había dado cuenta de que aquella promesa que me habías hecho meses atrás había sido en vano, que haberme prometido algo así y, haberte creído, había sido una pérdida de tiempo.

¿Pero qué podía hacer?

En esos tiempos la amistad que teníamos había cambiado mucho, de hecho, ya no era una amistad, no puedo decir que éramos enamorados o novios o algo así, la verdad es que no sé cómo llamarle a lo que éramos, el hecho es que teníamos una relación un tanto extraña.

Tú te habías convertido en esa "otra parte" de mi existencia. Te habías convertido en la única persona en el mundo que sabía comprender cada detalle de mi extraña locura, de mi estúpido carácter y de mi desastrosa rareza; tú y únicamente tú eres y has sido la persona que querré y quizá también amaré eternamente por tener la gentileza de comprenderme a pesar de ser un "desastre de persona."

TÚ, MI GRAN DECEPCIÓNWhere stories live. Discover now