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Era más de medio día para cuando el rubio despertó, la cabeza le palpitaba y la luz del sol no hacía más que hacerlo querer morir.

¿Qué había pasado anoche?

Ese dolor en sus caderas era familiar, un poco más agudo de lo que acostumbraba. Se levantó con dificultad de la cama, apenas logro ponerse en pie sintió como de entre sus piernas escurría un líquido. Valla que se había divertido anoche. Lo único que recordaba era el sueño que había tenido, en su sueño había hecho el amor con JJ de tantas maneras, le hizo cosas que simplemente hacían vibrar su cuerpo de placer; No sabía que era posible, pero esa noche el sexo llego a otro nivel, las posiciones, los juegos, la excitación. Había sido el mejor sexo que había tenido en su corta vida. Su miembro comenzó a despertarse mientras el recordaba lo que había soñado. Necesitaba sentirse de nuevo así, quería que lo llenaran.

Como anoche.

Demonios, Había sido un sueño ¿Verdad? Entonces... ¿Porque había semen entre sus piernas? Camino en dirección al baño, necesitaba ducharse, limpiar su cuerpo en intentar relajarse. Lleno la tina con agua caliente, la esencia de vainilla fue después, apenas entro todos sus músculos se relajaron, estaba tan cómodo que por un segundo cerro los ojos... Sin darse cuenta se estaba quedando dormido.

Cuando al fin salió de la ducha, limpio el paño del vidrio. Se veía demacrado, unas ojeras enormes estaban bajos sus ojos, entonces lo noto. Su blanca piel estaba llena de manchas rojas, mordidas, moretones... Se alejó un poco, se giró, observo su trasero, que además de estar bastante bien... tenía unos cuantos moretones. Dios ¿Con quién había pasado la noche? Tal vez con un animal salvaje que lo había hecho suyo una y otra vez, alguna persona que víctima de sus impulsos le había hecho cada marca que ahora permanecía como un recordatorio, era como si pudiese ver un mensaje en ellas, un mensaje de advertencia, de propiedad. Yuri le pertenecía, o bueno, así es como él lo vio; Quien quiera que fuera, no le molestaría repetir aquel acto de pación y desenfreno.

Escucho ruidos en la parte de afuera, su corazón dio un pequeño salto al pensar que ese animal sexual había regresado, y tal vez. Solo tal vez había regresado por otra ronda. Su cuerpo tembló excitado de tan solo imaginarlo. Se colocó una toalla alrededor de la cintura y salió sin más del cuarto de baño. Con la mirada recorrió la habitación, había ropa botada por doquier y parecía que un torbellino había pasado por la cama. Una sonrisa pícara se formó en sus labios.

-Buenos días yuri- Cuando escucho aquella masculina voz, su cuerpo se congelo por un segundo. Otabek estaba ahí, tenía la misma camisa del día anterior solo que desfajada, no llevaba el saco y mucho menos el moño. Se veía exhausto.

-Ah, Hola- Saludo con una ápice de decepción en su voz. Apenas el kazajo se percató de las cicatrices que yuri tenía en su cuerpo, dejo de lado la comida que había ido a conseguir hacia unos instantes y con rapidez/preocupación se dirigió al rubio.

-Por dios- murmuro, sus ojos estaban bien abiertos, ciertamente no se creía capaz de hacer semejante cosa y menos con la única apersona que amaba en el mundo.- ¿Estas bien? ¿Te duele?- Paso sus dedos por la tibia piel del ruso.

-Por supuesto que estoy bien- Se apartó violentamente del agarre lo cual descoloco al kazajo.- ¿Hace cuánto llegaste?- Pregunto aun a cierta distancia. La decepción de Otabek no pasó desapercibida; Había pasado la mejor noche de su vida con la persona más importante para él, el problemas era que esa persona no tenía ni idea de lo ocurrido.

Tenía que decírselo ¿No? Pero no sabía cómo hacerlo, no era algo fácil de decir, ni siquiera podía pensar en esa palabra sin sentir una tremenda vergüenza, un miedo paralizante se alojó en el al momento en que los ojos verdes lo recorrieron de arriba abajo. Había cometido un error, se había acostado con su mejor amigo, ambos estaban más que borrachos pero aun así, Otabek sabía que no estaba tan mal, seguía consiente lo que significaba que conscientemente se había aprovechado del menor. Podía ir a prisión... ¡Al diablo con la prisión! ¡Yuri lo odiaría! Por supuesto que lo haría, ¡Era un pésimo amigo! ¿Y si el rubio no quería verlo de nuevo? Seguramente no podría lidiar con eso, prefería mil veces la muerte antes que perder a Yuri, el dueño de cada fibra de su ser. Trago saliva nervioso. Podía mentir, decir que acababa de llegar ya que estaba preocupado. Yuri estaba envuelto en una toalla, seguramente ya se habría visto al espejo y ya habría notado todas esas marcas, además, cuando salió del cuarto dejando al pequeño gatito acostado en la cama, pudo observar su semen salir lentamente de entre las piernas de Yuri.

Omisiones ⁕M-Preg⁕ ⁕Otayuri⁕Where stories live. Discover now