Capítulo 24: Llamada Inesperada

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El verano se debilitaba, faltando solo unos pocos días para el otoño. Una fuerte lluvia hacía que las gotas chocaran fuertemente en la ventana de la habitación de Ingrid. Los relámpagos hacían que la noche quedara de día y los truenos hacian vibrar los vidrios. Yo observaba plácidamente detrás de una ventana, la lluvia era algo que me hacía sentir bien y su olor llenaba mis pulmones de pureza.

-¿Eso es todo?-preguntó Ingrid sentada en la cama, abrazando un peluche-¿No se fue a despedir al aeropuerto?

-No-contesté con la mirada en la lluvia.

-Ha pasado un mes. Seguramente han hablado... ¿o no?

-No-volví a contestar cortante.

-¡Dawney!-gritó Ingrid irritada y me arrojó el peluche que tenía en sus manos.

-¡¿Qué?!- contesté dándome la vuelta.

-¿¡Por qué no se han hablado!?-levantó sus manos.

-No lo sé....solo...

-Hace poco fue su cumpleaños...-interrumpió- ¿Ni siquiera le mandaste un texto?

Suspiré- Mira...- me senté junto a ella- No creo ser capaz de hablar con él...¡No se qué pensar de el!-baje el tono de voz-...después de lo que pasó no se si lo volvería a mirar a los ojos.

- Seguro fue un accidente-continuó la rubia.

-¿Accidente? ...¿Que quieres decir?- fruncí el ceño y me giré dándole el frente.

-Dawn...no creo que después de tanto tiempo juntos, después de todo lo que hizo por ti, después que te confesó que eras muy especial para él...te halla abandonado. Dawny, estoy muy segura de que él fue al aeropuerto, pero no a tiempo.-tomó mi mano- No te culpes, no lo culpes. Yo sé que las cosas no fueron como tu piensas.

-¿Tu lo crees?- contesté con un tono triste, pero con algo de esperanza.

-Si, estoy tan segura de eso que...te haría una apuesta-dijo sonriente.

-No, no, no-interrumpí negando con las manos- No quiero más apuestas por el resto de mi vida ¿Ok? Y no preguntes por qué.

-Uy...como digas señorita mandona-se puso de pie- Ahora...¿Quieres helado?

Largué una carcajada- No, solo quiero dormir.

-Está bien-se dirigió a su cama y cubrió su cuerpo con las sábanas. Imité sus acciones y cerré mis ojos- Buenas noches.

-Buenas noches-dije y apagó la luz.

Me acomodé en la cama mirando hacia la pared y empecé a contar obejas para dormirme.

De repente empezó a sonar un celular.

-¡Ingrid!...apaga el maldito teléfono-dije cubriéndome la cara con la almohada.

-¿Perdon? Pero ese no es mi celular, es el tuyo- protestó mirando su teléfono

-¿El mío?...¿Quien será a esta hora?-dije tomando el aparato que estaba sobre la mesita de noche.

-Atiende rápido o corta. Quiero dormir.

Miré la pantalla y me quedé petrificada al ver quien era. El corazón subió a mi boca y mi mano presionó fuerte las sábanas.

-Mierda...-dije sin apartar la vista de la pantalla.

-¿Qué? - preguntó encendiendo la luz.

-¡Mierda!-repetí poniéndome de pie sobre el colchón.

-¡¿Qué?!

-Es...es...es- tartamudeé-¡Es Ed!

-¡¿En serio?!-dijo casi gritando. Saltó de la cama, tropezó, calló al piso y finalmente llegó a gatas hacia donde yo estaba.

DISTANCIA (Ed Sheeran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora